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Cultura 29 de agosto de 2017

Ciencia en Iberoamérica y el Manual de Valencia

por Alejandro Manrique

Se encuentra disponible la edición del informe “El Estado de la Ciencia 2016 – Principales Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericanos e Interamericanos”, elaborado por el equipo de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana (RICyT) y la colaboración de especialistas en los diversos temas abordados. Al igual que en anteriores ocasiones, el trabajo muestra algunos resultados de la fecunda labor del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

Como es usual, abre el volumen “El Estado de la Ciencia en Imágenes” que ofrece mediante gráficos las tendencias de los indicadores de ciencia y tecnología de América latina y el Caribe e Iberoamérica. Se incluyen indicadores comparativos en lo atinente al panorama económico y la inversión en ciencia y tecnología, los recursos humanos dedicados a la investigación y la producción científica de los países de la región.

“Las tendencias de la ciencia y la tecnología iberoamericanas son más o menos las mismas”, afirma Rodolfo Barrere, coordinador de la RICyT y uno de los responsables del informe, quien agrega que “el crecimiento del PBI de la región ha sido importante y la inversión en inversión y desarrollo por parte de los países está concentrada en Argentina-Brasil-México, que suman el 90 por ciento”.

Sin embargo, los recursos humanos varían mucho más lentamente y las cifras entre un período y otro son similares. “Eso cambia mucho más lentamente que el gasto, si uno quiere subir la cantidad de investigadores, por supuesto que hay que invertir más en investigación y desarrollo (I+D), pero hay que formarlos e incorporarlos al sistema. Generalmente las curvas de gastos tienen unos altibajos que acompañan los ciclos económicos y los recursos humanos son mucho más lentos…”, explica el coordinador.

Uno de los inconvenientes recurrentes es la baja inversión en I+D por parte del sector privado en Iberoamérica, con un guarismo del 37 por ciento en 2014 según marca el informe. Sobre el fenómeno, Barrere dice: “En toda América latina es un problema, es difícil de medir, Brasil lidera y eleva el promedio regional. En Argentina es más bajo. Tampoco es fácil pedir a multinacionales que hagan I+D en Latinoamérica donde no tienen sus laboratorios e infraestructura.”

Cuatro estudios temáticos

El informe contiene cuatro artículos temáticos. El primero de ellos aborda el análisis de las patentes industriales solicitadas por empresas e individuos de los países de la región, bajo el convenio PCT (Tratado de Cooperación en Patentes) de la OMPI (Oficina Mundial de Propiedad Intelectual), que permite ofrecer tendencias de especializaciones y desarrollos tecnológicos regionales y compararlos con los del mundo. Aquí se presenta el fenómeno que en un 90 por ciento de las patentes en países latinoamericanos la protección es por no residentes, es decir, empresas extranjeras que protegen sus productos en los mercados de la región. “Históricamente ha sido así…”, destaca Barrere.

Le sigue un estudio que analiza los estilos de los instrumentos de política de ciencia, tecnología e innovación en América latina, con los matices que se presentan en cada país. Dentro de las conclusiones, se establece la mayor inversión y ejecución de políticas orientadas al estímulo de la innovación y la formación de recursos humanos.
El tercer artículo detalla los resultados de un informe de los vínculos de las universidades de la región con las empresas y la sociedad, que se aplicó en seis instituciones de enseñanza superior en cinco países: Argentina, Brasil, España, México y Uruguay. Dicha experiencia piloto es parte de la aplicación del denominado “Manual de Valencia”, proyecto que agrupa una serie de indicadores de medición y evaluación de las actividades de la universidad con la comunidad y el entorno socio-económico, como corolario del primer encuentro de especialistas llevado a cabo en el año 2009 en la ciudad de Valencia, España.

El cuarto y último artículo está relacionado con los indicadores de interés sobre ciencia y tecnología que surgen de las encuestas de percepción pública, en el contexto internacional más reciente. El estudio examina el interés de la población por los temas de ciencia y tecnología, con datos comparativos de Iberoamérica y Europa, que influye en las iniciativas institucionales tendientes a promover la cultura científica por diferentes medios o plataformas.

El manual de Valencia

Por otra parte, este año la RICyT publicó el “Manual Iberoamericano de Indicadores de Vinculación de la Universidad con el Entorno Socioeconómico”, más conocido como “El Manual de Valencia”, producto resultante después de un largo proceso de talleres, encuestas preliminares y reuniones en las que participaron expertos, organismos internacionales y universidades durante varios años y que constituyó un gran desafío para la institución.

El documento intenta dar una respuesta a la demanda de información confiable y comparable en el ámbito socio-productivo donde la universidad se inserta y su papel protagónico en las actividades de ciencia y tecnología que pueden tipificarla como prestadora de servicios. Según Barrere, el manual “…es importante para medir y comparar las relaciones de vinculación de las universidades con el medio, dado las diferencias existentes en las instituciones y los medios productivos donde se encuentran…”

– ¿Cómo fue la fase final que llevó a la elaboración del manual?

– El desarrollo del manual tuvo varias instancias y reuniones, la última fue a fines de abril de este año en Madrid, con el grupo de expertos de varios países latinoamericanos que participaron del desarrollo del manual y en las aplicaciones piloto de las metodologías, que están en el documento. En Madrid se acordó el texto final del manual, se revisaron algunas cosas y se hicieron algunas modificaciones. Ya con una experiencia más extensa, se establecieron lazos de cooperación para aplicar en otras universidades.

– ¿Qué indicadores intentan medir, de difusión, de gestión, de transferencia de tecnología?

– A diferencia de otros trabajos de la RICyT, no está pensado a nivel de país sino a nivel de institución, principalmente como una herramienta para las universidades. Una caja de herramientas, a través de los formularios se puede tomar distintos bloques de acuerdo con las características de la institución. A unos les interesa la difusión, otros tienen más actividades de vinculación que nos permiten medir. Que sea una caja de herramientas útil para instituciones muy distintas, es amplio. Y que de todas maneras tenga igual una base común que nos permita hacer indicadores comparativos.

– El manual era un viejo anhelo de la RICyT…

– Trata de satisfacer una demanda de muchos años de la RICyT, que desde el principio tratamos de abordar con el problema de medir el impacto social de la ciencia, algo complejo en términos metodológicos y conceptuales. Pero cada vez que lo hemos intentado, la vinculación aparecía como un emergente claro de las universidades. Medir la vinculación de las universidades, que son, como hablamos antes, el principal actor en esta inclusión de la ciencia y la tecnología en América latina, pensar cómo las universidades transfieren el conocimiento y se vinculan con la sociedad, entonces me parece que cumple con una demanda muy clara e importante.