La forma en la que será financiado el boleto universitario gratuito genera enormes dudas. Si bien el Departamento Ejecutivo acordó con los estudiantes que reclamaban la implementación de esta medida crear un fondo especial que tendría como principal fuente de ingresos los recursos que genere la comercialización de publicidad en micros, los cálculos parecen no ser demasiado promisorios.
Es que al momento de hacer estimaciones, todo indica que los ingresos que se puedan obtener mediante este negocio cubrirían apenas un mínimo porcentaje de lo necesario para solventar un beneficio al que estarían en condiciones de acceder miles de estudiantes que asisten a universidades e instituciones terciarias de la órbita pública y, en algunos casos, pertenecientes al sector privado.
El proyecto de ordenanza que fue elevado días atrás por la gestión del intendente Carlos Arroyo al Concejo Deliberante establece que para financiar el boleto universitario el municipio creará el “Fondo Municipal de Transporte Urbano para Alumnos Regulares de la Enseñanza Pública Universitaria y Terciaria”.
Inicialmente la propuesta fue recibida con entusiasmo por los estudiantes, ansiosos porque este beneficio que ya está concedido por una Ley Provincial sea puesto en práctica a nivel local.
Pero lo que apareció como una solución, ahora genera enormes dudas entre quienes están dedicados a analizar la viabilidad del proyecto.
Según explicó el presidente de la Federación Universitaria Marplatense, Evaristo Buccico, el beneficio comprende a un universo de 25 mil potenciales personas.
Entre ellas figuran todos los alumnos de universidades e instituciones terciarias de educación pública y quienes asisten a establecimientos privados y poseen una beca del 100%.
Los cálculos sugieren que si todos ellos decidieran hacer uso del boleto gratuito, la medida sería difícil se sustentar.
Es que si durante el ciclo lectivo todos ellos decidieran aprovechar el beneficio, el sistema de transporte debería absorber 9 millones de viajes gratuitos anuales, lo que equivale a casi el 10% de la totalidad de los pasajeros transportados al año por todas las líneas de micros de la ciudad.
Además, las empresas verían duplicado el actual número de viajes gratuitos, que cada año también ronda los 9 millones.
Si bien es cierto que no todos los alumnos en condiciones de acceder al boleto universitario tramitarían el beneficio, casi todos los cálculos sugieren que su puesta en práctica tendría impacto económico que no llegaría a ser resuelto con los mecanismos por ahora previstos.
Según el proyecto el fondo para financiar la medida estará constituido en primer lugar por los “ingresos provenientes del alquiler de espacios de publicidad que sean licitados en las unidades de transporte urbano de pasajeros del Partido de General Pueyrredon”.
Como alternativas complementarias fueron agregados “los intereses que se generen con la colocación de estos fondos en las entidades bancarias” además de “donaciones” o “cualquier otro ingreso de origen nacional, provincial o municipal” que sean afectados.
La gran pregunta que existe por estas horas es cuántos recursos podrían ser obtenidos mediante la reimplantación del negocio de la publicidad en los micros y si ese dinero alcanzaría a cubrir los mayores costos que tendrán los transportistas.
Quienes ya avanzaron con el análisis de este tema dejaron trascender respuestas desalentadoras.
Asumiendo que en breve el boleto plano pasaría a costar al menos $6,86, en el caso de que los 25 mil estudiantes hagan uso del beneficio la medida tendría un costo anual estimado de $61,7 millones de pesos.
Pero ni el más optimista de los cálculos permite suponer que la venta de publicidad en los colectivos generará semejante cantidad de dinero.
De hecho, al revisar el cálculo de recursos proyectado por la Secretaría de Hacienda, se advierte que la Municipalidad prevé recaudar durante el ejercicio 2016 $18,5 millones a través de la Tasa de Publicidad y Propaganda, la cual grava a todos los anuncios publicitarios existentes en el Partido de General Pueyrredon.
Por eso se supone que los ingresos que se obtengan por admitir presencia de anuncios en los colectivos cubrirían a una mínima porción de esa cifra.
Si se construyen otros escenarios reduciendo la cantidad de estudiantes que tramite el pase los números tampoco cierran.
Por ejemplo si en vez de 25 mil la cantidad de usuarios del boleto universitario fueran 10 mil el costo de la medida sería superior a los $24 millones mientras que si la cifra se achicara a 5 mil beneficiarios los recursos necesarios ascenderían a los $12,3 millones.
En todos los casos resulta evidente que al negocio de la publicidad habrá que incorporarle nuevos condimentos para asegurar que la medida comience a ser viable.