“Estamos roxiadas”, suelen decirse entre ellas, cada vez que aparece esa manera tan Roxi de estar en el mundo. “Colapsadas, exageradas, neuróticas, exigentes y divertidas”, describe Azul Lombardía, directora y co-guionista de “Según Roxi”.

Verdadero fenómeno artístico, la historia de Roxi, una mujer madre que intenta surfear la vida moderna y urbana en medio de las exigencias sociales, saltó del blog de Julieta Otero, la actriz que le da vida al personaje, a un libro que es una autobiografía de Roxi y más tarde a una serie televisiva. Ahora, como cumpliendo su destino de historia que se adapta a varios formatos, llega a un escenario teatral.

Esta noche, a partir de las 21.30 en el Teatro Roxy (San Luis 1750), podrá verse la comedia “Según Roxi: la obrita de teatro”.

Un grupo de padres de un jardín de infantes tiene que preparar la obra de teatro de fin de año de sus hijos. En el transcurso de los preparativos y ensayos para “la obrita”, mamis y papis empiezan a enfrentarse unos con otros quedando totalmente expuestos y desbordados.

El elenco lo integran, además de Otero y Lombardía, Ana Garibaldi, Mara Bestelli, María Marull, Juan Martín Zubiri, Gabo Correa, Emiliano Ré y Francisco González Gil, bajo la dirección de la misma Lombardía.

Más que éxito, ellas prefieren hablar de identificación. Roxi, con todas sus culpas y contradicciones a cuestas, logró tocar alguna cuerda en el complejo mundo de las espectadoras. Y la empatía fue instantánea. “Le entramos a un grupo de gente desde la identificación, se identifican con ese personaje, con Roxi, por su exigencia y su deseo de que le salgan las cosas bien, sobre todo al hablar de la maternidad. En realidad no fue una intención, contamos la historia de una madre colapsada intentando hacer las cosas bien, con demasiado amor y demasiadas exigencias”, explica Lombardía.

La sorpresa fue más grande porque advirtieron que mujeres de Capital Federal, donde sucede el mundo Roxi, pero también de otros sitios distantes e incluso de América latina empezaron a sentir que sus vidas tenían algo de Roxi.

“Empezamos a entender que había algo en las fibras de este personaje, en su exigencia, en la soledad de la maternidad que parece que impactó y no solamente en las madres”.

– ¿El cambio de registro, de blog, libro, serie a obra de teatro afectó la historia?

– Al ser el personaje y la mirada de ese personaje contando el universo, todos los formatos potenciaron el relato y pudimos experimentar distintos canales. Cuando escribimos el libro escribimos, que fue la autobiografía del personaje, después en la serie fuimos muy libres a la hora de los recursos, hubo un abuso de los recursos, los capítulos son todos muy distintos, y ahora con el teatro estamos en nuestra salsa porque todos venimos del teatro independiente y fue aprovechar todas las posibilidades que te da el teatro.

– ¿Según Roxi es también una marca?

– Nosotros decimos sello, desde un lugar más artístico es un universo, un punto de vista, puede ser una marca. Ahora está en las librerías “Como ser la peor mamá del mundo”, un manual de antiayuda para padres. Y como la primera temporada termina con final abierto, hay tela para cortar, al ser el personaje el que cuenta la historia siempre habrá tela para cortar. Estamos llevando experiencias propias y ajenas a los guiones.