La intensa lluvia que cayó sobre Mar del Plata desde la noche del lunes causó anegamientos e inundaciones en distintos barrios de la periferia. Si bien desde el municipio minimizaron las consecuencias de la tormenta, lo cierto fue que la gran cantidad de agua caída obligó a suspender las clases en decenas de establecimientos escolares, convirtió en intransitables a varias calles y afectó el servicio de transporte público por la imposibilidad de que los micros accedieran a algunos barrios.
Según informó el jefe de Defensa Civil, Rodrigo Goncalves, entre la noche del lunes y el mediodía de ayer habían caído sobre la ciudad 81 milímetros de lluvia. “No hubo mayores inconvenientes. Los pluviales trabajaron de buena manera, salvo en la zona del Puerto”, dijo el funcionario.
No obstante reconoció que “la periferia fue la zona más golpeada”. Goncalves, quien ayer fue el único funcionario de la comuna en aportar información sobre la evolución de la tormenta, atribuyó las inundaciones y los anegamientos al hecho de que en lo que va del año Mar del Plata soportó reiteradas lluvias de gran intensidad, que afectaron la capacidad de absorción del suelo.
Según explicó, en esta oportunidad los arroyos “escurrieron bien”, salvo en el caso del Corrientes, donde personal de la Delegación Municipal del Puerto debió intervenir para garantizar su escurrimiento. De acuerdo a la información aportada por el municipio, prácticamente no se registraron evacuaciones, con excepción de dos familias que debieron abandonar sus viviendas a causa del ingreso de agua.
Pese a que desde el municipio intentaron describir un panorama “tranquilizador”, los vecinos se ocuparon de dar a conocer la situación en la que se encontraban barrios, haciendo llegar imágenes y videos a los medios de prensa o bien publicándolos en las redes sociales.
De este modo quedaron en evidencia las serias dificultades registradas en toda la periferia, donde varias calles se convirtieron en auténticas lagunas, dejando a muchos vecinos en una situación de aislamiento.
Buena parte de las quejas provinieron de barrios ubicados al norte de la ciudad, como Los Pinares y Las Dalias así como de la zona sur, como San Patricio, Alfar, Playa Serena o los Acantilados. La mayoría de los testimonios dieron cuenta de la existencia de sectores completamente anegados, de viviendas inundadas y de la existencia dificultades de diversa índole en algunos establecimientos públicos. Uno de ellos, el centro de salud ubicado en Playa Serena, amaneció con sus instalaciones llenas de agua a causa de filtraciones en el techo. Algo similar sucedió en decenas de escuelas, las cuales se vieron afectadas además por el desborde de cloacas, cortes en el servicio de energía eléctrica, la intransitabilidad de las calles o la suspensión del servicio de colectivos.
Desde diversos barrios surgieron reclamos por la decisión de las empresas de micros de realizar desvíos o de recortar sus recorridos. No obstante en muchos casos resultó evidente la existencia de serios inconvenientes para que las unidades pudieran transitar. De hecho durante la mañana de ayer se registraron varios incidentes con vehículos que quedaron encajados en el barro, como por ejemplo, el protagonizado por un interno de la línea 501 en el barrio Antártida Argentina que debió ser auxiliado por una grúa.
Pasado el mediodía, el jefe de Defensa Civil, destacó que en ese momento el alerta meteorológico había concluido y anticipó que a partir de entonces habría una disminución en el caudal de lluvia y la intensidad del viento. Sin embargo advirtió que, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) “el jueves, el viernes y el sábado habrá nuevamente mal tiempo” frente a lo cual la comuna “irá evaluando la situación”.