ROMA, Italia.- En medio de las sequías que en los últimos días casi provocaron un racionamiento del agua potable en Roma, la llegada del anticiclón africano “Lucifer” llevará los termómetros romanos a más de 40 grados durante toda la semana.

“Horas de fuego para la Capital”, advirtió en su portada de este martes el diario local Il Messaggero, que reproduce la decisión del ministerio de Salud de establecer “alerta roja” por la ola de calor de más de 40 grados esperada hasta el viernes en la “ciudad eterna”.

Por su parte, el sitio especializado ilmeteo.it advirtió las consecuencias de la “temible alta presión africana que prenderá fuego Italia”, y aseguró que las temperaturas “de más de 40 grados para Roma y Florencia” permanecerán toda la semana.

“Semana infernal. Calor excepcional” aseguró la edición online de La Repubblica, que aseguró que las temperaturas en el resto de la península podrían llegar a los 50 grados, luego de que el lunes se registraran 49 grados de sensación térmica en la localidad de Capo San Lorenzo, en la isla de Cerdeña.

Dos chicas beben agua frente a la Catedral de Santa María del Fiore en Florencia. Foto: EFE/Maurizio Degl’Innocenti.

Por la ola de calor, el ministerio de Salud italiano advirtió sobre “un riesgo para la salud de las poblaciones más vulnerables, como ancianos de más de 75 años, enfermos crónicos, niños peques (0-4 años) y mujeres embarazadas”.

En medio del periodo de vacaciones conocido como “ferragosto“, el gobierno de la ciudad mantiene para todo el mes el cierre temporáneo y rotativo de 30 bebederos públicos diarios para racionar el uso de agua, luego de una “emergencia hídrica” que obligó a la empresa proveedora Acea a reducir en más de un 50% el caudal en litros que toma del lago Bracciano para la provisión a más de 1.500.000 hogares romanos.

Por el calor, además, el papa Francisco dispuso que las audiencias generales de los miércoles 2 y 9 de agosto se hagan en la techada Aula Pablo VI del Vaticano e vez de en la tradicional Plaza San Pedro, donde el Vaticano mantiene cerradas sus fuentes “en solidaridad” con la sequía que se vive en Roma.