CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Más allá de las noticias 28 de marzo de 2016

Condenaron a una iglesia evangélica a pagar 120 mil pesos a una vecina por ruidos molestos

Para la Justicia de Chubut, la mujer "padeció una injusta inmisión de ruidos, más allá de lo tolerable y por un plazo larguísimo de tiempo".

ESQUEL, Chubut.- Una iglesia evangélica de la ciudad chubutense de Esquel fue sentenciada a pagar 120 mil pesos a una mujer que demandó por daño moral a los responsables del templo por los ruidos molestos que ocasionaban las ceremonias religiosas.
Un fallo de primera instancia había condenado a la iglesia a pagar 60 mil pesos, pero el monto se elevó en una segunda sentencia a 120 mil, “teniendo en cuenta el tiempo por el cual se prolongó el padecimiento, la gravedad del mismo y las lesiones psicológicas que produjo”.
La sentencia indicó que la mujer “padeció una injusta inmisión de ruidos, más allá de lo tolerable y por un plazo larguísimo de tiempo”.
Asimismo, una pericia psicológica determinó que había “un estado de angustia, sufrimiento y rigidez subjetiva atribuible al conflicto, que es actual pero que tiene una larga historia”.
Según el médico que revisó a la mujer, la situación le provocó “marcada inseguridad, dependencia y ansiedad”, informó hoy el diario Jornada.
La municipalidad había sancionado a los responsables de la iglesia por el mismo motivo.
“Esas inmisiones generan quejas, muchas de ellas concluidas con actuaciones municipales y policiales”, expresaron los jueces.
Ante esa situación, el templo apeló y aseguró que contaba con habilitación municipal y que, según una inspección del año 2009, la emanación sonora se había reducido a 54,3 decibeles.
La cámara señaló que “quedó perfectamente acreditado que la demandada incumplió su obligación y que el incumplimiento se extendió en el tiempo, por casi diez años”.
Los jueces de la instancia superior rechazaron otro pedido de indemnización de la mujer, que adujo que el ruido durante años le habría afectado su capacidad auditiva, al considerar que no había pruebas de que la intensidad y frecuencia de los ruidos de la iglesia hayan causado el inconveniente, sino que el daño era preexistente.
También se negaron a indemnizarla porque su propiedad perdió valor.