Un hombre que intentó retirar a su hermano baleado de la guardia del Hospital Interzonal fue arrestado por la policía al notar que llevaba un arma de fuego en la cintura. El detenido aseguró “iban a matar” a la víctima si no se la llevaba.

Antecedentes, ajustes de cuentas y venganzas envuelven las vidas de algunas de las personas involucradas en enfrentamientos en el barrio San Cayetano, como el que el jueves dejó a un joven de 22 años internado en el Hospital Interzonal con dos heridas de disparos en su pierna derecha y su hermano, que esa misma noche fue armado a la guardia del hospital para “protegerlo” porque lo “iban a matar”.

El jueves, cerca de las 16, Matías iba caminando por una de las calles del barrio San Cayetano cuando fue interceptado por un vehículo y, desde su interior, intentaron acribillarlo a balazos.

Al joven le dispararon sin mediar palabras. Fueron seis u ocho balas las que tiraron desde el auto, pero sólo dos le impactaron e hirieron en la pierna derecho. Los atacantes huyeron casi al instante.

Matías fue llevado por un amigo al Hospital Interzonal e inmediatamente ingresó al quirófano. Fue operado y, por la gravedad de sus heridas, podría perder la pierna.

Al ingresar al nosocomio, la víctima y su amigo dijeron que fue atacado en un intento de robo, pero a los policías desde un primer momento les pareció que se trataba de un ajusto de cuentas.

Ese mismo jueves por la noche, el hermano de la víctima fue hasta el Hospital Interzonal. En la guardia estaba su madre, quien le indicó dónde estaba internado Matías.

El hermano del joven baleado tomó la camilla del herido y comenzó a retirarlo del lugar para llevarlo hasta el estacionamiento donde tenía un vehículo. Al personal médico que intentó cruzarlo le dijo que “ya estaba bien, que tenía el alta“.

Los efectivos policiales que están en el nosocomio no permitieron que el joven herido fuera retirado y al frenar a su hermano notaron que tenía un arma de fuego en su cintura, por lo que decidieron detenerlo inmediatamente. El sujeto intentó resistirse al arresto y a los gritos aseguró que si no se llevaba a su hermano “lo iban a matar”.

Este viernes a la mañana, el hombre dio su declaración en Tribunales ante la fiscal de flagrancia Florencia Sala y le explicó que el arma de fuego, una pistola calibre 22, la había conseguido ese mismo día para defender a su hermano ya que, después del ataque, “juraron que lo iban a matar“.

A pesar de asegurar que la vida de su hermano corría peligro, el hombre no dio detalles de quiénes fueron los que pudieron haberlo atacado.

El sujeto, que cuenta con numerosos antecedentes penales por hechos de violencia y contra la propiedad privada, quedó detenido por “portación ilegal de arma uso civil” y fue trasladado a la Unidad Penal 44 de Batán.