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La Ciudad 17 de julio de 2017

Familiares de las víctimas del Repunte pidieron justicia: “No fue un accidente”

Marcharon por las calles del Puerto de la ciudad. Apuntaron al dueño de la empresa Ostramar, Luis Caputo, y a la falta de controles. "Se trató de un crimen social", aseguró la hermana de una de las víctimas.

Foto: Marcela Golfredi.

Globos negros. Fotos con las caras víctimas. Y carteles con un pedido unánime: justicia. De esa forma, familiares y amigos de los tripulantes del buque Repunte marcharon ayer a la tarde por las calles del Puerto de la ciudad para pedir que la tragedia no quede impune y reclamarle a la Justicia que determine las responsabilidades que provocaron la tragedia ocurrida hace un mes en Rawson.

“Esto no fue un accidente, fue un crimen social. Lo primero pasa cuando algo es inevitable. Pero el barco tenía falencias estructurales muy importantes. Le pusieron tangones para pescar langostinos con medidas distintas y también hubo problemas cuando le justificaron la inactividad”, le dijo a LA CAPITAL Gabriela Sánchez, hermana del capitán de la embarcación, Gustavo Sánchez. Y agregó: “En cambio, un crimen social es porque hay tantos actores relacionados con el hecho que ninguno termina pagando nada. Queremos que con el Repunte no pase eso y se convierta en un caso testigo. Acá hubo una tormenta perfecta pero de corrupción y desidia”.

Los manifestantes se reunieron ayer a la tarde en el Monumento a los Pescadores, ubicado en 12 de Octubre y avenida de los Trabajadores. Allí hermanos, hijos y esposas recodaron a cada una de las víctimas. Sus historias y sus sueños.

La tragedia del Repunte aún tiene a siete desaparecidos: Gustavo Sánchez (capitán), José Omar Arias (jefe de máquinas), Horacio Airala (jefe de máquinas), Néstor Paganini (marinero), Claudio Islas (marinero), Fabián Samite (engrasador) e Isaac Cabanchik (engrasador).

Repunte2

Luego, la movilización se dirigió a la iglesia Sagrada Familia ubicada en Rondeau y Magallanes, donde se llevó a cabo una misa. “El empresario dueño de la embarcación, Luis Caputo, tiene mucha responsabilidad en lo ocurrido. El debía poner el barco en condiciones y justo se dio la casualidad que su sobrino integra el Consejo Federal Pesquero”, dijo Sánchez. Y afirmó: “Los empresarios juegan con la necesidad de la gente. Hay que investigar cómo la empresa Ostramar mantiene los permisos de pesca de sus barcos”.

Además, la hermana del capitán aseguró que en el momento del hundimiento no se estaba capeando el temporal. “El barco no soportó el mal tiempo porque estaba en malas condiciones. Se estaba dirigiendo al puerto”, sostuvo Sánchez.

La causa está a cargo del magistrado Gustavo Llerald, quien ya tomó declaración a los sobrevivientes Lucas Trillo (35) y Julio Guaymas (39). Pero no sólo eso: también requirió la documentación del buque para determinar si se cumplían las medidas de seguridad que le permitieran navegar; ordenó peritar la balsa y la baliza Epirb encontradas en la costa; y solicitó al Consejo Federal Pesquero el acta donde se le justificó a la embarcación los casi 3 años de inactividad que luego le permitió salir a navegar. Por ahora, el juez no emitió una resolución en la que se reconstruya lo sucedido y se determinen las responsabilidades.

Los familiares no fueron los únicos en reclamar mayores medidas de seguridad en las embarcaciones. El secretario general de la Asociación Argentina de Capitanes Pilotos y Patrones de Pesca pidió una reunión entre todas las partes para armar una mesa de cogestión donde se analicen las condiciones que deben tener los buques para navegar. El Repunte navegaba hace 50 años y justo se hundió cuando le instalaron los tangones”, dijo.