Alejandro López, más conocido en el mundo del hampa como “El Jubilado” y que después de dos años prófugo fue atrapado días atrás en la localidad de Quequén, se negó a declarar esta mañana en el marco de la causa en la que está acusado de asesinar a un ex convicto.

Trasladado desde Necochea hasta el despacho de la fiscal Andrea Gómez y en compañía de Ricardo Mendoza, defensor oficial, López fue informado sobre la imputación que, naturalmente, ya conocía y que había provocado su huida.

Con el aval de su defensor, López no declaró y pidió al juez Daniel De Marco no ser alojado en Mar del Plata por cuestiones de seguridad.

El domingo una vivienda de Quequén fue allanada en busca de los autores de dos asaltos, uno contra una bulonera y otro contra una carnicería. Al irrumpir en la casa de calle 570 al 1300 una de las personas buscadas fue descubierta: se trataba de López.

Los asaltos fueron investigados por la comisaría segunda y la justicia de Necochea al recibir la novedad de que López estaba prófugo por un homicidio en Mar del Plata ordenó su traslado.

El crimen que se le imputa a López es el de Damián Segura (33), un hombre que había abandonado la cárcel de Batán pro sus propios medios y sin cumplir del todo la condena que purgaba.

El domingo 1º de marzo de 2015, Segura no regresó a la casa del predio de Batán donde gozaba del beneficio Casas por Cárceles y se dedicó a cometer algunos robos. El botín obtenido le sirvió para comprar un auto y alquilar una casa en Friuli y Azopardo.

Según una línea investigativa firme, Segura habría participado en el asalto al juez federal Alfredo López, en la casa que el magistrado posee en proximidades de la Torre de Agua de Stella Maris. Y se dice que a Segura lo mataron por repartir de forma inequitativa el dinero robado.

El 14 de marzo por la noche, pasadas las 21, Segura fue abordado por dos personas, una de ellas López y la otra identificada como Diego Campos. Hubo una discusión y Segura fue acribillado: en la autopsia a Segura le sacaron seis proyectiles pertenecientes a dos armas distintas, una calibre 9 milímetros y otra calibre 38.

La fiscal Andrea Gómez inició la causa por aquel homicidio, que fue el número 21 del año 2015, y obtuvo evidencias de la participación de López, de modo que lo imputó. Luego pidió su captura y el juez de Garantías la concedió, para transformar a López en uno de los prófugos más buscados.

En los años siguientes a López se lo buscó en la provincia de Mendoza, donde se sospechaba su presencia por vínculos y contactos. Pero el rastro se desavenció hasta que un par de asaltos en Quequén terminaron por localizarlo.