¿Qué enseñamos cuando damos clases de matemática? ¿Existe un divorcio entre lo que se necesita y lo que damos en clase? ¿Usamos ciertos modelos de matemática que terminan siendo obsoletos? Si no demuestro, ¿no enseño matemática? Esta y otras preguntas fueron las que planteó Marcel David Pochulu, docente-investigador de la Universidad de Villa María de Córdoba, ante un nutrido auditorio de profesores en Mar del Plata. La actividad, organizada por el Departamento de Matemática de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata en coordinación con la Secretaría Académica de la Unmdp, reunió a docentes secundarios, terciarios y universitarios.
-¿Por qué las matemáticas tienen mala prensa?
-Comparto la mirada, pero hay múltiples respuestas y variables para tener en cuenta. Uno detecta algunas cosas aunque intento no generalizar. Sí hay una diferencia entre lo que acontece en la escuela primaria y en secundarias. Los chicos en general en la primaria salen entusiasmados y les gusta más la matemática y pasan por la escuela media y la terminan odiando y aborreciendo. Pero también hay que mirar cómo pasaron cada uno de esos procesos. Dentro de primaria les agrada más porque trabajan con una matemática que es más aula taller, donde las cosas se recrean dentro del aula, investigan, conjeturan, hipotetizan, trabajan con material concreto y hacen cosas. Y en secundaria pasas a una matemática donde hay más formalismos, entonces aparece la matemática más algoritmica, reducida al conjunto de reglas y procedimientos. Eso también pasa dentro de la misma universidad.
-Como todas las materias acá también está la impronta que le da cada docente a su labor para que sea más atractiva….
– La gestión que va a realizar el profesor de la clase es casi decisiva. En el caso de primaria está más o menos estipulado quiénes van a estar dando clases de matemática. En secundaria es más diversificado porque está el profesor de matemática que es ingeniero, arquitecto, contador, con más o menos formación pedagógica, y muchas veces no vale saber sólo matemáticas. Entonces por ahí tenes profesores que saben de matemática pero no conocen cómo enseñarla. No es suficiente que te guste la disciplina, tenés que reflexionar sobre tus prácticas, mirar las tendencias actuales, una cosa es enseñar matemática y otra es que te guste.
-Ahí está el gran desafío de ese profesor de hacer hincapié en la cuestión pedagógica…
-Sí, de todos modos me gusta decir que ese docente es sólo un punto de todo el sistema. En toda esa trama hay muchos componentes, no se trata de ponerle todo el peso al docente, y así no es. Esto funciona en términos de que hay alguien que tiene ganas de enseñar y otro intenciones de aprender como estudiante y que tengo un medio adecuado para desarrollarlo. En el medio también hay otros factores como el apoyo de la casa, etc…porque sino volvemos al tema de que a la escuela le cae todo el peso. El modo en que se está enseñando a gente que estudia matemática, no debe ser la misma que a quien estudia Trabajo Social, así que las variables son muchas.
-¿Cómo se enseña hoy matemáticas?
-Hay mucha creencia de que a veces estás enseñando una matemática que te quedó obsoleta. Es necesario replantearse qué cuestiones enseñamos, o para qué sirven estas cuestiones que enseño. Si tengo que alfabetizar matemáticamente a alguien, no puedo darle todo sino que debo escoger cosas. Entonces ahí aparece la pregunta de por qué escojo eso y cómo darlo. Esas decisiones son necesarias reflexionar. Cuando estás en la Universidad por ejemplo, debo tener claro si enseño matemática, a qué carrera está dirigida. Yo voy a hacer prácticas formativas que tienen que apuntar a las prácticas profesionalizantes, ya no se concibe esta idea de que doy matemática y luego se formo un profesional idóneo con el combo de todas las materias. En el nivel superior el gran miedo es si demuestro o no en matemática, lo que tengo que ver es en qué carrera.