El reconocido trompetista Matías Nieva se presentará este sábado en Mar del Plata, en el marco de un concierto que ofrecerá la Banda Sinfónica Municipal, dirigida por José María Ulla. Será a las 20 en el Teatro Colón. En la oportunidad, el instrumentista estrenará la American Jazz Suite de Allen Vizzutti. El programa se completará con Los Increíbles de Michael Giacchino, Othello de Alfred Reed y La Bruja y la Santa de Steven Reinecke.

Cabe señalar que, actualmente, Matías Nievas forma parte de la Orquesta Estable del Teatro Argentino de La Plata.

Desde hace un tiempo desarrolla actividades en el campo de la música contemporánea y la improvisación, participando activamente en la escena musical desplegando un muy interesante intercambio de ideas con muchos compositores. Entre sus actividades se destaca un minucioso trabajo de investigación sobre notación y ejecución de técnicas extendidas y es fundador y creador del Trumpet Fest Argentina.

Nieva dialogó con el diario La Capital, sobre el concierto, sus proyectos y motivaciones que lo convierten en una figura clave del panorama musical contemporáneo.

“La trompeta fue mi primer instrumento”, contó en una entrevista. “Mi papá estudiaba saxo pero no de manera profesional, el único que se perfeccionó fui yo. Cuando estudiaba en el conservatorio, trajo a mi casa un trombón, lo vi y desde el principio no me gusto. Al otro día vino con una trompeta, me la puse en la boca y soplé. Quedé enamorado. Yo tenía seis años cuando mi papá me empezó a enseñar algunas cosas sobre este instrumento. A los 10 le dije a mi mamá que quería ir al conservatorio, insistí mucho y arranque con el maestro Roberto Rival. Estuve siete años, tras la muerte de mi profesor decidí dejar y continúe los estudios de manera particular. Con 15 años ya tocaba en orquestas estudiantiles y trabajaba con la trompeta”, sigue.

– ¿Cuál es tu repertorio favorito?

– Me gusta todo, la música en general no tengo un repertorio específico. No me inclino por nada, me considero un músico versátil. Toco todos los estilos desde cumbia, rock, jazz y trabajo en una orquesta sinfónica. Por ejemplo, la obra de Vizzutti que voy a interpretar hoy es una mixtura entre jazz americano pero academizado, tiene cosas que están escritas y momentos de improvisación. Es una obra muy divertida tanto para la banda como para el solista. No me inclino en algo específico, no es que solo toco clásico, muchas veces hasta me aburre. Por eso en cada presentación intento hacer mi versión por más que sea un concierto clásico, le pongo un toque personal de manera que transmita algo y que a la gente le guste porque nos vienen a escuchar música y hay que llegar a ellos. Por eso no me encasillo en ningún género.

– ¿Hay diferencias entre un trompetista de antes y uno de ahora en la forma de interpretar el instrumento?

– Puede ser que existan, en Argentina se cambiaron los conceptos. Siempre se habla de una escuela vieja con una determinada forma de boquilla e instrumentos grandes con los que hay que soplar mucho. Lo que yo trato de hacer es gastar la menos energía posible, que todo sea fácil.

– ¿Cuáles son tus objetivos?

– Principalmente, encontrar una manera fácil de tocar el instrumento. La trompeta es compleja pero porque las personas la hacen dificultosa. Lo único que hay que hacer es soplar y lograr que no se gaste mucha energía. El común de la gente se imagina que para tocar la trompeta hay que tener fuerza y soplar mucho. Esto no es así, y hay que cambiar ese pensamiento, ese es mi objetivo. En todos los instrumentos cualquier tensión y exceso de energía no funciona. Existe entre los trompetistas una especie de tabú, que es el de buscar la resistencia. Yo tengo otro concepto, por ejemplo para este concierto realicé un estudio de unos cuatro días intensos nada más simplemente porque necesito descansar. Por eso lo pienso como un deporte, un corredor que se prepara para competir en una carrera el último kilómetro lo va a hacer en la maratón, es un poco con eso. Para mí la resistencia es estar descansado.