PARÍS, Francia.- A poco de entregar el poder a Emmanuel Macron, el ex presidente francés, François Hollande, aseguró este domingo que deja su país “en mejor estado” del que encontró hace cinco años y, entre sus “logros”, destacó la aprobación del “matrimonio homosexual”, el acuerdo firmado en una cumbre mundial París para frenar el cambio climático y los “esfuerzos” que hizo para evitar que Grecia abandone la zona euro.

“Dejo el país en un estado mejor del que encontré”, sentenció Hollande ante la prensa tras abandonar el Palacio del Elíseo y trasladarse a la sede del Partido Socialista francés en París, informó la agencia española Efe.

Hollande, que fue el presidente más impopular de la historia reciente de Francia, también dijo sentirse “orgulloso” de cómo luchó “contra el terrorismo” y de que “durante las crisis que se han vivido, Francia se ha mantenido fiel a sí misma”.

Evitó hablar de su nivel de impopularidad y de la crisis de representatividad que atraviesa su partido, el Socialista, después de sus cinco años de gobierno y de la fulminante derrota en recientes las elecciones presidenciales.

El ex presidente pidió a los socialistas que mantengan “el combate” porque “siempre fue la izquierda la que ha hizo avanzar el progreso social y permitido la recuperación económica”.

“Los socialistas son los que siempre le devolvieron al país la esperanza cuando se instalaba la duda”, aseguró.

Indirectamente, también se refirió al constante crecimiento en las urnas en los últimos años de la extrema derecha. “La política debe ser útil a aquellos que atraviesan dificultades (…) La peor amenaza que puede sufrir nuestro país es que dude de la democracia. Cuando nuestros compatriotas dudan, tenemos que ir a su encuentro, convencerlos”, pidió.

La victoria de Hollande en 2012 marcó la vuelta a la Presidencia del socialismo por primera vez en más de una década.

La socialdemocracia francesa tenía la esperanza que el nuevo presidente retomará el camino del Estado de bienestar; sin embargo, el veterano dirigente optó por continuar y hasta profundizar en algunos casos la política liberal de ajuste y flexibilización laboral de sus antecesores.

Esta dirección política profundizó la interna del socialismo, que llevó a las elecciones de este año dividido y al borde del quiebre.