México, años ’30, el contexto de lo nuevo de Patrick Deville
El escritor francés conecta a Trotski y Malcom Lowry
En “Vida” (Anagrama), Deville entrelaza al revolucionario ruso, que vive en la casa de Diego Rivera y Frida Kahlo, con el inglés Malcolm Lowry, que empieza a escribir “Bajo el volcán” en la ciudad mexicana de Cuernavaca.
El escritor francés Patrick Deville, autor de “Peste y Cólera”, se adentra con “Viva” en el tumultuoso México de la década de 1930, una novela de no ficción que aborda los paralelismos entre literatura, poesía y revolución a través vida de León Trotski y de Malcolm Lowry.
La historia entrelaza el exilio de Lev Davídovich Bronstein, “Trotski”, en casa del pintor Diego Rivera y de su esposa Frida Kahlo, con quien mantuvo un romance poco antes de que fuera asesinado a manos del español Ramón Mercader; con las vivencias de Malcolm Lowry, que empieza a escribir “Bajo el volcán” en la ciudad mexicana de Cuernavaca.
Deville, que presentó “Viva” en Barcelona, España, defendió la idea de que el impulsor de la revolución bolchevique junto a Lenin y el escritor británico tienen “vidas paralelas, al estilo de Plutarco”.
Lowry y Trotski nunca se conocieron pero, para Deville, están “conectados” temporalmente y geográficamente ya que llegan a México con pocas semanas de diferencia.
“En la década de los años treinta, México se presenta como una isla democrática ya que tiene la inteligencia de tener las fronteras abiertas y llegan personas que huyen del estalinismo en Rusia, del fascismo en Italia, y del franquismo en España”, remarcó Deville.
Sus motivos para buscar refugio al otro lado del Atlántico eran muy dispares: uno, con 57 años, era un proscrito que huía de Stalin y, el otro, con 27 años, llegaba al país con su mujer para escribir y para refugiarse en el alcohol que allí “era más barato”.
“Existe también una conexión literaria entre ellos”, apuntó el autor: Trotski era un revolucionario “cuyo sueño era ser escritor, que pensaba que se tiene que actuar políticamente para después actuar literariamente”, y Lowry era un escritor “que no actúa políticamente pero tiene remordimientos por ello”.
Además, en “Bajo el volcán”, que Deville ha definido como “una de las novelas imprescindibles del siglo XX”, el defensor de la revolución permanente aparece dos veces, en el primer capítulo y en el último: “Trotski tiene una gran influencia sobre el Cónsul, el protagonista de la obra”, señaló.
Entre estos dos personajes, que son los ejes de “Vida” (Anagrama), otros “en busca de un ideal” como el escritor André Breton, la fotógrafa Tina Modotti, el poeta boxeador Arthur Cravan, el guerrillero Sandino, y los pintores ya nombrados Diego Rivera y Frida Kahlo.
A pesar de que el libro empieza en 1930, Deville hace aparecer personajes contemporáneos a quienes ha consultado en el proceso de documentación, como los escritores mexicanos Juan Villoro o Mario Bellatín: “Por ello, el libro abarca un siglo y medio en México”, afirmó.
La obra exigió “un gran trabajo de documentación”, explican los editores: para tejer el mapa de la historia de estos personajes, Deville ha consultado los archivos de Lowry en Suiza y Canadá, ha tomado el tren de Moscú a Vladivostok para ver los lugares en que tuvo sus victorias el Ejército Rojo que comandó Trotski.
Deville remarcó que “Viva” se suma al ciclo de viajes narrativos por el mundo y la historia a través de “personajes tocados por el genio o la locura”, del que también forman parte “Peste y Cólera” y “Equatoria”.
Estas obras son “independientes” pero están “conectadas” por “la complicidad del narrador”, que es de hecho, él, que, como autor, aparece en todas las novelas “como un narrador con una subjetividad asumida”.