Cuando semanas atrás el actual intendente de General Pueyrredon Carlos Arroyo anunció que en alguna de las manzanas adyacentes a la del Museo Mar se levantaría un edificio para el desarrollo de tecnologías de la información y la comunicación, hubo no pocos sorprendidos.

Entre estos se reconoció la ex concejal Leticia González, de origen radical y que alcanzó la banca del HCD representando al ARI de Elisa Carrió.

La licenciada en Servicio Social González es autora de una iniciativa ya aprobada por un gobierno municipal, el de Gustavo Pulti: lleva el nombre del Corredor de las Artes, y al igual que otras iniciativas aprobadas por la anterior administración comunal, avaladas o continuadas también por el gobierno de la provincia, ahora se ve desconocida o en directa colisión con lo que el actual gobierno de la Municipalidad estaría impulsando.

La licenciada González no se quedó en el desconcierto. Buscó salir de él buscando información en ambos departamentos de la Municipalidad, pero ni en el Ejecutivo ni en el Deliberativo pudo dar con los detalles de los proyectos recién anunciados.

Cartas al HCD y al intendente

Sin respuestas, seguramente sospechando que el cambio todavía ni se plasmó en documentos, la ex concejal optó por enviar cartas con un detallado texto, que refiere todas las propuestas ya convertidas en proyectos oficiales mediante ordenanzas, al presidente del Concejo Deliberante, Guillermo Sáenz Saralegui y al mismo intendente Arroyo, quien -dato para nada menor- personalmente acompañara la idea del Corredor de las Artes siendo todavía concejal.

Tanto “la acompañó” que en oportunidad de la sanción de esta iniciativa en ordenanza, en la sesión del HCD del 29 de marzo de 2011, fueron sólo dos los concejales que hablaron desde sus bancas para destacar su conveniencia y alcances: los ya nombrados Leticia González y Carlos Arroyo.

El Corredor apunta a generar un polo artístico y cultural entre el Instituto Unzué y el Museo MAR, con un consecuente desarrollo urbano de la zona y albergando entes educativos de formación artística como la Escuela Municipal de Arte Dramático, para la cual, ya en ese momento, se preveía la sesión de un espacio a fin de levantar el edificio para su sede.

Ordenanzas vigentes

Todo esto en el marco de un convenio firmado entre la Municipalidad y el Organismo Nacional de Administración de Bienes (Onabe), puntualizado en una ordenanza clave, la 19640, sancionada en marzo de 2010, que establecía el marco normativo para el desarrollo urbanístico en el entorno del MAR, y que luego mereció un decreto de aprobación por parte del gobernador Daniel Scioli.

Estos planes habían surgido del Plan Estratégico, que fuera conformado por la participación plural de las más diversas instituciones y comunidades de Mar del Plata. El Corredor de las Artes, puntualmente, llegó al HCD con el respaldo de unas 500 firmas, desde las de protagonistas de la cultura marplatense hasta las de vecinos de las inmediaciones del MAR y del Unzué.

“Se entendía -expresa Leticia González en la carta enviada a Saralegui y a Arroyo- que ese destino (el Corredor de las Artes) se correspondía completamente con el equipamiento comunitario que habría de ubicarse en el espacio cedido por el Estado nacional al municipio”. Equipamiento comunitario que tampoco superó la etapa del papel escrito.

“En base a estos antecedentes -recalca la ex concejal y funcionaria municipal de carrera- y entendiendo que la legislación referida se encuentra en plena vigencia, es que me permito manifestar mi preocupación y mis observaciones en caso de que el municipio y/o la Provincia resolvieran instalar el Polo Informático en las parcelas destinadas al equipamiento comunitario por Ordenanza 19640 y sobre las que se dispusiera la creación del polo artístico-cultural por ordenanza 20300”.

¿Y el Polo informático en el sur?

La ex edil no deja pasar que el municipio, también tiempos de Pulti intendente, había destinado parcelas de tierra y firmado un convenio de financiamiento con el Gobierno nacional para la construcción del Centro de Incubación y Desarrollo de Empresas, TIC, del Parque Informático y de Industrias Creativas en la zona sur de la ciudad, sobre la avenida Jorge Newbery, frente a Rumencó.

Concluye González señalando no entender por qué se desconoce lo ya aprobado y por qué no se analizan otras alternativas de localización para el desarrollo informático, cuyo impulso también alienta pero sin que se contraponga o interfiera con la planificación ya establecida por municipio y Provincia, en base al consenso que refleja el Plan Estratégico de la ciudad.