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Arte y Espectáculos 6 de mayo de 2017

Walter Barrios: “No suele suceder que estos grandes premios los tenga la fotografía”

Entendió que el premio obtenido abrirá el interés del mundo del arte sobre Mar del Plata. En diálogo con LA CAPITAL, el artista local explicó cómo construyó esa fotografía.

Puede ser un ambiente. Un rincón de algún lugar conocido. O una escenografía. Tal vez el decorado de una obra de teatro. El montaje previo a la grabación de un escena de algún filme. Los colores ajustados. La luz tenue e íntima. Y una tensión, un misterio, una huella. No quedan dudas de que esa foto no es una instantánea sacada al pasar. Al contrario, es una imagen pensada, construida, fabricada por su autor, Walter Barrios, el marplatense que acaba de quedarse con el primer premio Itaú de Artes Visuales, que entrega todos los años la Fundación Itaú.

La imagen, titulada extrañamente “Kanya Stoya”, pasará a formar parte de la colección permanente de esa institución, que desde hace ocho años distingue a los artistas emergentes.

“Es una palmada, te enchufan ganas de hacer más cosas”, evaluó Barrios, tras el premio. Descontracturado, recibió el jueves último el diploma en el Palais de Glace robándole una sonrisa a los presentes: “Me lo merezco”, dijo entre risas.

“Uno hace las cosas por goce personal, pero a la vez uno actúa adentro del circuito, dentro de los rieles del arte, entonces lleva un tiempo, después de tanto trabajo es genuino que le toque a uno, siempre creo en el trabajo, que las cosas lleguen por trabajo y solamente por eso”, explicó el artista, que en esta ciudad se dedica a la docencia y es un egresado de la Escuela de Artes Visuales Martín Malharro.

La imagen ganadora integra la serie “Femenino”, una obra formada por dieciocho fotografías en las que indaga en esa frase trillada, la tan mentada “mirada femenina”. Y aunque la foto que se llevó el primer premio fue tomada en 2015, Barrios contó que la serie no está cerrada, si bien desarrolla en simultáneo otra clase de piezas.

Muy satisfecho con el lugar destacado que tuvo la disciplina fotográfica en el desarrollo de este salón, reconoció que, a partir de este premio, “Mar del Plata se va a mirar más todavía”, en relación a la actividad que llevan adelante artistas de todas las áreas de manera independiente, con nulo apoyo oficial. “Estaría bueno que me llamaran del Museo MAR para exponer”, deslizó.

“Hay algo específico -reflexionó-: que el primer premio de un salón en el que están todas las disciplinas (de las artes visuales) haya ganado la fotografía es algo que va a marcar un punto de inflexión. No suele suceder que estos grandes premios los tenga la fotografía, por lo general gana la pintura, la instalación. Es una doble alegría que la fotografía tome un lugar de relevancia”.

– ¿A qué atribuís este premio?

– La foto forma parte de una serie que se llama Femenino, que son fotos en las que construyo realidad para después sacar una foto. Tal vez esta imagen logre aún más esa idea de extrañamiento que me interesa que tengan todas las obras. Tal vez se combinen una cuestión estética muy acertada, en el sentido de afinada, que puede gustar o que puede atrapar. Hay un gancho ahí para que la gente se detenga a contemplar y a la hora de ponerse a contemplar y se da cuenta de que algo es extraño, creo que esa combinación fue lo pasó. Sucede en todas (sus fotos), o intento que suceda en todas.

– ¿Ese lugar de extrañamiento del que hablás está concentrado en ese piso enjabonado?

– Puse agua con detergente, le pasé una escoba para que quede algo circular, que es una contraforma a toda la idea de la pared que es recta, invita a ver qué paso, es como una huella.

– ¿Una huella de lo humano?

– Exactamente, es la huella humana, sí, es verdad.

– Todas tus fotos invitan a ver ese punto de tensión…

– En algunas hay leche (derramada sobre el piso), me interesa el ajuste estético, la combinación de colores y de texturas, de alguna manera es un tipo de belleza pero que genera tensión. Eso es lo que yo llamo extrañamiento.

– Además, ubicás la lámpara a una altura muy baja, de ninguna manera es una foto realista…

– En función de organizar los elementos en el espacio, el diálogo que puedo tener con la escalera, con el piso mojado y con el banco en disposición gráfica quedaba bien ahí, obviamente no vamos a encontrar en la realidad una lámpara a esa altura. Ahí vuelve esa idea de salir de los cánones normales. Es una foto fabricada. Es algo escenográfico. Estoy mucho tiempo para dibujar y pensar la idea, hago el boceto hasta que evalúo y monto la idea que es la parte escenográfica. En este caso pinté la pared, hice una conexión para esa lámpara específicamente, ubiqué el banco, en realidad hice varias tomas hasta que quedó una. Iluminé más allá de la iluminación propia de la lámpara. Genero un ambiente muy particular, la combinación de la temperatura del color me pareció una cuestión fundamental.

– De ninguna manera tus fotos son instantáneas…

– Exactamente, es armar toda la realidad, como un artista plástico, un escenógrafo o un diseñador, ilumino y después aparece el fotógrafo. Disparo para que se materialice en un soporte fotográfico y ahí se transforma en una obra.

– Además, trabajaste las diagonales en esta imagen.

– Sí, la acción en las diagonales, para generar profundidad, para meterse en una supuesta profundidad, más introspectiva.