Emiliano Giri regresó ayer otra vez al despacho del intendente Carlos Arroyo. Lo hizo después de que este jueves ya hubiera mantenido una reunión con el jefe comunal, a la que fuentes del Ejecutivo describieron como una “visita” de 15 minutos.
Si bien no se supo si ayer el ex funcionario volvió a encontrarse con el intendente, lo cierto fue que varias personas lo vieron salir a las 11.35 de su despacho, vestido de negro, para abandonar el Palacio Municipal por la puerta giratoria de la calle Hipólito Yrigoyen.
Este segundo encuentro se produjo en un momento en el cual, tras su renuncia a la presidencia del Ente de Turismo, existen dudas sobre varias de las decisiones firmadas por Giri mientras permaneció al frente del organismo.
La abrupta salida del empresario del gabinete -ocurrida tras su detención por estar involucrado en un caso de corrupción- provocó que en las últimas horas comenzaran a salir a la luz una serie de hechos que podrían colocar en una situación comprometida a la gestión del intendente Carlos Arroyo.
Ayer LA CAPITAL reveló que una de las últimas decisiones del ex funcionario consistió en adjudicarle a una empresa conocida por prestar servicios de informática las tareas de limpieza de las oficinas del ente por una suma superior a los 693 mil pesos.
Por su parte el sitio de noticias 0223 dio a conocer que se encontraba en marcha una llamativa licitación, por 600 mil pesos, para contratar un servicio de “asesoramiento creativo” para el organismo.
Todo esto se dio a conocer mientras en el Concejo Deliberante crece la controversia por la decisión de la Municipalidad de admitir que durante este verano una empresa privada utilizara la columnas de alumbrado público para instalar banners de publicidad, violando disposiciones que prohíben la presencia de este tipo de anuncios.
Un dato curioso es que la intención del gobierno es la de otorgarle a empresa una eximición para el pago de las tasas municipales, en plena emergencia económica y financiera.
Posiblemente una de las razones por las que Giri haya regresado al despacho de Arroyo en menos de 24 horas tenga relación con alguno de estos hechos.
Sin embargo fuentes del Ejecutivo le indicaron a LA CAPITAL que la Municipalidad “no informaría nada” sobre por qué el empresario volvió a la oficina del intendente.
Lo cierto es que desde que Giri dejó de tener control sobre el área de Turismo -desde la cual también coordinaba Cultura y Deportes- comenzó a trascender el contenido de decisiones que podrían tener un impacto desfavorable para el gobierno local.

Contrato de limpieza

Por ejemplo ayer este medio dio a conocer el llamativo resultado del proceso de licitación para la limpieza del organismo, cuyo contrato le fue adjudicado este 4 de marzo al Grupo Adym S.A.
Esta empresa aparece ejerciendo como actividad principal la provisión de bienes y servicios informáticos y fue impugnada por sus competidoras por casi no tener antecedentes en el rubro limpieza y por no haber presentado la documentación requerida en el pliego en tiempo y forma.
Aún así logró quedarse con el negocio.
Existe información que ubica a uno de sus propietarios, José María Figueroa, como un allegado a Giri y a otros funcionarios como el presidente y el vicepresidente de Deportes, Guillermo Volponi y Carlos López Silva por su condición de maristas (compartieron años en el Colegio Peralta Ramos) y por su afición al rugby en el Club Sporting.

Banners en el alumbrado

Por otro lado, en el Concejo Deliberante ayer hubo tensión por el intento del Ejecutivo de regularizar la situación en torno a la instalación de los banners publicitarios que fueron exhibidos durante esta temporada en las columnas de alumbrado.
El pasado 3 de marzo, cuando concejales de la oposición reclamaban conocer quién los había autorizado, cuánto se había cobrado por ello y qué se había hecho con el dinero, el gobierno elevó un proyecto de ordenanza que arrojó algo de luz sobre el trasfondo de este tema.
En ese texto, el Ejecutivo pidió que el Concejo autorizara la presencia de esos anuncios, pero dos meses más tarde de que fueran instalados.
En ese proyecto reconoció que la idea fue acercada a funcionarios del gobierno por el “señor César Vásquez, director de la agencia “La Base Marketing”.
El acuerdo nunca puesto a consideración de los concejales sino hasta ahora planteaba que esa empresa colocaría banners para promover actividades recreativas y culturales organizadas para el municipio. Pero junto a ellos también aparecieron banners de las mismas características con anuncios de empresas comerciales.
Esta semana, cuando comenzaron a ser requeridas explicaciones, el subsecretario de Gobierno y Control, Carlos Iriarte, aseguró que su área no había otorgado ningún permiso para la presencia de estos carteles y consideró que si infrigieran la ley el caso “debería ser investigado”. Todo parece indicar que los banners se encuentran en una situación irregular debido a que el Código de Publicidad prohíbe la presencia de este tipo de anuncios en las columnas de alumbrado y esa disposición nunca fue modificada.
No obstante, pese a las sospechas de su condición ilegal, los banners continúan siendo exhibidos en puntos neurálgicos de la ciudad.
Otro punto extraño dentro del extemporáneo proyecto, es el que señala que a cambio del negocio la empresa no le pagará dinero al municipio, sino que le donará un equipo de iluminación para el Teatro Colón, supuestamente valuado en 290 mil pesos. Sumado a esto, en el artículo siguiente propone que la firma tampoco abone las tasas municipales.