“Yo vivo el fútbol de manera apasionada, al mil por mil, como debe ser. Cuando tomo una decisión, lo hago convencido”, le dijo Gustavo Noto a LA CAPITAL, ya como ex entrenador de Alvarado.

Nada ni nadie, entonces, pudo hacerle cambiar de parecer. Había empezado a madurar su salida después de la derrota del último miércoles en el estadio “José María Minella” y él mismo le puso plazos a su continuidad. El domingo con Villa Mitre era ganar o irse. Y, tras la derrota, ya le comunicó su salida a los jugadores. Durante el viaje le adelantó su decisión a los dirigentes, quienes el lunes por la mañana no lo pudieron convencer de quedarse en una reunión de dos horas.

“Jamás me pidieron la renuncia. Pero yo no me iba a aprovechar de que los dirigentes no me cuestionaran. Ellos querían que continuáramos. La idea era completar esta fase y probar en la Reválida”, explicó.

“Pero nosotros vivimos de las victorias. Y está muy claro que jugamos siete partidos y no ganamos ni uno. Así no estaban dadas las condiciones normales para que siguiera al frente del equipo”, argumentó Noto.

“Me siento tranquilo -continuó-, aunque la decisión fue muy dura. Para mí es muy difìcil volver a trabajar. Irme de Alvarado significa irme de Mar del Plata con todo lo que implica para mí”.

“Trabajamos lo suficiente. El objetivo con los jugadores era sacarles un poco más a todos. Por momentos lo logramos, en otros dio la impresión de que nos faltó tiempo. El fútbol también son momentos”, señalo.

Consultado sobre su relación con el plantel, el DT manifestó: “Estuvo bien, qué se yo…Creo que todos teníamos más para dar. Pero la entrega de los muchachos en entrenamientos y partidos fue buena. Y la relación cordial y respetuosa”.

Noto “blanqueó” que la decisión de dar un paso al costado la venía evaluando después de la caída en casa ante Unión de Sunchales. “Después de ese partido, entendí que teníamos que dar una respuesta urgente con los resultados. Ya lo había hablando con Gonzalo (Del Rio, su ayudante de campo) y el profe (Emiliano Costa). Había que hacer un buen partido en Villa Mitre. Ese juego tenía que ser un quiebre para nosotros”, confesó.

“Fue parejo, tuvimos chances. Teníamos posibilidad de ganar si jugábamos bien y manteníamos alta la concentración. Habrá que analizarlo mejor, pero nos faltó el plus cuando uno quiere ser protagonista”, dijo sobre la tarde final.
“Si ganábamos en Bahía Blanca, y sigo creyendo que podíamos hacerlo -amplió-, ya había armado un plan para llegar a la Reválida mejor posicionados”.

Consultado sobre el futuro del equipo en el torneo, Noto consideró: “Cuando pasan estas cosas, a veces el grupo lo toma para bien. Viene un entrenador con ideas nuevas y reaccionan positivamente. Hay buenos futbolistas y tienen mucho trabajo acumulado. Si viene un DT que les logra hacer entender rápido lo que quiere, están a tiempo de recuperarse”.

Noto, finalmente, se mostró muy agradecido por el apoyo que siempre tuvo de los dirigentes del club. “Me llevo el apoyo incondicional de Pablo Mirón y Emiliano Montes. Lo mismo que Alejandro Trubiano, Ariel Daguerre, Gustavo Greco, Oscar Mussi, Fabián, el encargado de la villa, y algún otro que ahora no me viene a la cabeza. Ellos se comprometieron al máximo con nosotros y el grupo. Nos sentimos parte de un mismo equipo. El de ellos siempre fue un respaldo de verdad”, finalizó.