“La endiablada”, cuento para grandes y chicos de Mempo Giardinelli
Por Mila Cañón // Integrante de la ONG Jitanjáfora
El último libro de la colección Luz verde es un cuento que se anticipa desde su título, La Endiablada, de Mempo Giardinelli (2017, ilustraciones de José Sanabria, Comunicarte) es una estancia del norte en Formosa, cuyo nombre juega también con el dicho “el diablo metió la cola”.
Un narrador recuerda una anécdota de su infancia, a “dos tipos la mar de divertidos” que “se gastaban bromas pesadas”, un indicio del nefasto desenlace. Guillermo y Neneko juegan con fuego, cazan, pilotean su pequeño avioncito, beben, pelean, muchas veces las cosas terminan mal, pero alguna vez, definitivamente mal.
Giardinelli decide publicar este relato trágico en el que el espacio es relevante puesto que describe una región, e instala lo diverso para el lector que bien puede que se identifique con el contexto regional o bien puede leer una historia que ficcionaliza un espacio geográfico desconocido, alejado, por ejemplo, de lo urbano o de las grandes ciudades.
También el lector tendrá que prestar atención a la ilustración de José Sanabria porque si se detiene a mirar los dibujos de contornos difusos con los colores terrosos que habitan el noreste argentino va a descubrir un juego que genera un quiebre con el realismo de la historia.
Los personajes rompen la ilustración que podría haber sido costumbrista para mostrarse perros, monos, pingüinos, gnomos o enanos, tal vez definiendo en relación el contexto rural o tal vez precisando las características que algunos animales poseen en el imaginario en relación con algún personaje. La Endiablada es un cuento extenso para niños y grandes con los condimentos que nos regala un gran escritor.