Crean la Escuela de Medicina en la Universidad Nacional
En la primera asamblea universitaria del año se concretó la institucionalización de Medicina como Escuela y el cambio de nombre a Ciencias de la Salud.
La asamblea de la Universidad Nacional de Mar del Plata aprobó ayer la creación de la Escuela de Medicina y la modificación de la Facultad de Ciencias de la Salud y Servicio Social por Ciencias de la Salud y Trabajo Social. En el primer encuentro del año de todos los representantes de la casa de altos estudios, se avanzó en la aprobación de dos temas que muchos consideran históricos.
La creación de la Escuela de Medicina es un paso adelante para dar institucionalidad a la puesta en marcha de la nueva carrera universitaria, a la vez que genera sostén para iniciar gestiones y llevar adelante la cuestión administrativa.
El cambio de denominación de la facultad es la culminación de un proceso comenzado hace cerca de dos años en la unidad académica y que representa una lucha histórica al interior de la carrera por un cambio de paradigma sobre la profesión.
La iniciativa surge a raíz de un proyecto presentado por el Movimiento Universitario Sur, actual conducción del Centro de Estudiantes de dicha Facultad, cuya presidenta Florencia Gimenez expresó: “Hoy es un día de gran alegría para el movimiento estudiantil y el conjunto de la comunidad académica ya que no solo asistimos y participamos de la creación de la Escuela de Medicina, lo que configura un avance fundamental en una necesidad muy sentida en nuestra Universidad y en Mar del Plata en cuanto a su oferta educativa, sino que además se plasmó en el cambio de denominación de Servicio Social por Trabajo Social un proceso que involucró en la discusión a todos los claustros de la carrera y contó con un gran protagonismo de los y las estudiantes”.
Además destacó: “Entendemos que la aprobación de este ultimo proyecto es el primer paso que damos en pos del cambio y actualización de nuestro plan de estudios para que se encuentre en consonancia con las problemáticas de nuestra realidad, entendiendo que nuestro rol profesional no es el de asistencia, sino el de transformadores de la realidades injustas”.