Con su espectáculo de monólogos de humor convertido en un verdadero suceso de público, la actriz y cómica Lizy Tagliani realizará esta noche su función despedida de “Liberate“. A todo vapor, aterrizará en Buenos Aires para reestrenar en el Multiteatro este mismo show, a partir del 31 de marzo.

En diálogo con LA CAPITAL, Lizy indicó que su público tiene más que ver con lo generacional que con lo geográfico. “Las anécdotas que cuento, mis vivencias son universales… los chicos de 16 años me siguen y se ríen por cómo cuento las cosas, pero lo de mi generación pueden dibujar en su mente lo que estoy contando”, interpretó.

Agradecida con el público de Mar del Plata que llenó el teatro América todas las noches, Lizy contó cuáles son sus proyectos para el verano que viene. “Arreglamos con Carlos Rottemberg y con mis productores (Federico Hope y Ezequiel Corbo) hacer una comedia basada en mi persona o en mi personaje, con actores que tengo que elegir -dijo-. Será una linda comedia como para no volver a hacer lo mismo, para ofrecerle a la gente otra cosa, para superarme”.

– ¿Qué más estás dispuesta a contar de tu vida?

– Yo soy como un pedazo de plastilina, el que quiera utilizarme para contar una historia, bienvenida, me encanta, disfruto. El teatro para mi es para jugar, me siento una niña, pruebo libremente, no tengo prejuicios. En el espectáculo de ahora agarro un teléfono imaginario y hablo con Nicole y yo la veo… no tengo ningún tipo de vergüenza para nada. Mi vergüenza pasa por lo sexual, por el acto en sí, hablar de las intimidades sexuales no me gusta mucho, ahora si proponen algo interesante para mostrar lo pensaría. Reconozco que tengo mucho prejuicio a la hora de hablar de sexo y de exponerlo.

– Te estás corriendo del lugar que intentan darle a las actrices trans, que muchas veces están sujetas a hablar de sexo.

– Sí, no tengo problema de hablar de lo que fui, de mi identidad ni de contar mi historia. Ahora no me gusta contar mis intimidades sexuales, no me gusta contarlas ni con amigos, te diría. Es mi intimidad y la conservo para las cuatro paredes. No me parece un tema de charla, no me gusta que me cuenten los demás tampoco.

– ¿Te parece que tendrá que ver con un prejuicio generacional?

– Sí, puede ser, seguramente.

– Antes del arranque del verano, ¿olfateaste que Liberate iba a ser un exitazo de gente?

– Nunca espero demasiado ni espero nada, soy una persona que se deja sorprender por lo va pasando día a día. Todo lo que hago lo hago con ganas de que sea lo más visto, lo más escuchado, lo más gracioso. Mi papá decía que si uno va a dibujar tiene que imaginarse un pavo real, después si te sale una gallina clueca, bueno… pero la energía tiene que estar para que salga un pavo real. La vida la vivo de esa manera.

– ¿Y qué explicación le das a por qué gustó tu show?

– No tengo la menor idea, no sé a qué adjudicarlo, no hago un análisis, solo disfruto de la gente que viene al teatro. La gente me dice que no pierdo la humildad, que le gusta lo sencilla que soy, pero yo no me veo ni tan humilde, ni tan sencilla ni tan buena. Es una opinión que tiene la gente y lo agradezco y lo disfruto, pero no trato de seguir construyendo un negocio con lo que se supone que es mi humildad.

– Pero sí reconocés la enorme empatía que generás con el espectador…

– Me asombra, lo disfruto, llenamos el teatro América, que es enorme. Y eso tiene que ver con la empatía.