La ex presidenta Cristina Kirchner sostuvo este martes ser “objeto de una persecución judicial y mediática” sin antecedentes con un “aparato de propaganda” sólo comparable al de “gobiernos totalitarios”, al calificar de “descabellada” la acusación en su contra en la causa Los Sauces, por la que se presentó a declaración indagatoria.

“Resulto objeto de una persecución judicial y mediática que no registra antecedentes en nuestro país, al menos en los períodos democráticos y que en mi caso particular se extiende a mis hijos Máximo y Florencia Kichner, en especial a esta última”, afirmó en un escrito de 45 páginas entregado en el juzgado en una breve y tensa audiencia donde no respondió preguntas.

También aludió a “las presiones que desde el Poder Ejecutivo se ejercen sobre los jueces, no sólo a través del Consejo de la Magistratura -controlado por el Gobierno- sino mediante las increíbles e inéditas declaraciones públicas del Presidente de la Nación reclamando la renuncia o exigiendo la destitución de jueces”.

Apenas comenzó la indagatoria, el escrito fue subido a su página de Internet y reproducido en redes sociales.

Mientras tanto, en la secretaría del cuarto piso de Comodoro Py 2002, la ex presidenta sólo respondió con ironías sobre sus datos personales y al momento de dar por iniciada la indagatoria el abogado Carlos Beraldi hizo saber que no respondería preguntas y entregó el descargo.

Al promediar el trámite ingresó el juez Bonadio, saludó con un buen día general que sólo fue respondido por el fiscal federal Carlos Rívolo y el abogado Beraldi.

Antes, Cristina había respondido con algunas ironías al dar sus datos, en un clima tenso ante los empleados del juzgado: “pregunten a Bonadio” respondió primero sobre sus ingresos, en alusión al embargo sobre los mismos dispuesto en otra causa judicial.

“Se armaron en mi contra dos causas y se impulsaron otras dos que ya existían” por parte de “legisladores opositores a mi gobierno, que luego fueron ampliamente difundidas a través de un aparato de propaganda que sólo registra comparaciones con el que tuvieron a disposición gobiernos totalitarios”, acusó en el escrito.

Al igual que sus hijos Florencia y Máximo, indagados ayer, Cristina hizo un descargo de tono político, repasó las causas judiciales en su contra con duras críticas a los jueces Bonadio y Julián Ercolini, entre otros

También ironizó sobre la reactivación de la justicia tras su salida del Gobierno y dedicó escasas páginas a responder por las acusaciones concretas que enfrenta en la causa Los Sauces.

En ese aspecto y en su nueva visita a Bonadio, quien ya la procesó en la causa dólar futuro, la ex presidenta advirtió que la acusación en su contra como supuesta integrante de una asociación ilícita, cohecho, lavado de activos y negociaciones incompatibles “es descabellada” y pidió ser sobreseída.

La ex presidenta aludió a un “panorama escandaloso” en la Justicia y dijo que lo enfrenta “como una ciudadana más” sin buscar ocupar cargos que le garanticen fueros.

“Sin embargo, resulta inaceptable, por antidemocrático y anti republicano, que procesos judiciales o acciones administrativas que se llevan en mi contra no se ajusten al marco de los derechos, garantías y libertades por cuya vigencia no sólo lucharon, sino que perdieron su vida miles de argentinos”, agregó.

“Tengo derecho a ser juzgada por un juez imparcial, circunstancia que ni remotamente reúne el magistrado a cargo de esta causa”, advirtió sobre Bonadio.

La ex presidenta sostuvo también que ya fue sobreseída por los delitos que se investigan en Los Sauces en otra causa que tuvo el juez Ercolini y que por ello es sometida a un doble juzgamiento ilegal.

A la hora de referirse a los cargos concretos en su contra defendió la legalidad de los contratos de alquiler firmados por la sociedad inmobiliaria con empresarios como Cristóbal López y Lázaro Báez, ya indagados

“Los contratos de alquiler celebrados con Lázaro Báez, a los que se agregan los de Cristóbal López, pretende ser calificados como un supuesto de lavado de dinero. Tal imputación resulta ridícula y contradictoria” con las pruebas en la causa, enfatizó.

Y reiteró que “se trata de contratos reales y genuinos, sobre inmuebles cuya existencia fue constatada a través de reiterados allanamientos, con inquilinos reales de carne y hueso y en los que todos los movimientos económicos se realizan por el circuito bancario”.

La ex presidenta llegó a Comodoro Py 2002 minutos antes de las 9, entró por un acceso lateral tras saludar brevemente a través de un vallado a cinco seguidoras, empleadas judiciales que habían logrado franquearse el acceso a ese sector restringido y estuvo en el juzgado sólo 20 minutos con su abogado Beraldi.

Sólo habló para informar que vive con su perrita, que cobra unos 175.000 pesos de la pensión del fallecido ex presidente Néstor Kirchner y para ironizar con un —–“ah tengo derechos”-, tras escuchar la imputación en su contra, donde se le informó de su derecho a negarse a declarar.

Minutos antes de su llegada, un grupo de diputados y seguidores intentaron acceder a la puerta por donde se planificó el ingreso pero debieron quedarse a unos cien metros, tras un vallado que cerraba el acceso en el cruce de avenida Antártida Argentina y Letonia, por una decisión de los responsables de la seguridad de impedir el ingreso.

Tras una breve discusión aceptaron la medida y aguardaron a Cristina en ese lugar, para escoltarla en su retirada a bordo de un vehículo blanco.

Cuando llegó a los tribunales, fue recibida con aplausos y vítores por un grupo de seguidores que la aguardaba desde temprano y que también la despidió de la misma manera.