Bajo el lema #MenstruAcción el colectivo de mujeres de Argentina exigirá, en el marco de las movilizaciones por el Día de la Mujer, la eliminación del IVA de los productos de higiene femenina y que los mismos sean distribuidos de manera gratuita en escuelas, universidades, comedores, cárceles, espacios comunitarios y refugios para personas en situación de calle.

La iniciativa surgió de Economía Feminista, un espacio para debatir políticas económicas con perspectiva de género donde las creadoras, profesionales en la materia, sostienen que gran parte de su tarea consiste “en tender puentes entre el trabajo académico y técnico y el público en general” con el objetivo de “empoderar a la sociedad”.

Así, las impulsoras de la consigna destacaron que “no solo las mujeres ganamos menos sino que, por tener este determinado arreglo de cromosomas, las cosas nos cuestan más”.

La propuesta busca disminuir los precios de las toallitas femeninas, los tampones y las copas menstruales, entre otros productos considerados “de primera necesidad” para las mujeres.

¿Cuánto dinero cuesta ser mujer?

Según un relevamiento realizado por integrantes del mencionado espacio, y teniendo en cuenta un periodo promedio de cinco días, una mujer gasta, por año, entre $700 y $1000 para abastecerse de toallitas y entre $700 y $900 si se trata de tampones.

Sin embargo, las profesionales sostienen que “podemos hablar de invertir, amortizar y ahorrar en tanto tengamos una situación económica que nos permita probar, elegir y combinar distintos métodos. En el caso de las mujeres de bajos recursos, como siempre, todo se torna más difícil”.

En este sentido, y tomando los datos de Precios Cuidados, válidos entre el 6 de enero y el 7 de mayo de 2017, señalaron que “mientras que hay 15 opciones distintas de shampoos y 13 de desodorantes, hay una sola opción de toallitas, en un empaque de 8 unidades (aunque los de mayor cantidad sean más convenientes) y ninguna opción de tampones”.

Además de destacar que según un informe de UNICEF, en la Argentina la falta de acceso a estos productos genera un ausentismo de un 10% a un 20% del tiempo escolar, lo que podría ser también causante de deserción, el estudio de precios finaliza su análisis indicando el problema es “feminista” pero no así “cosa de chicas”, ya que es una “práctica ineludible” que “supone costos que ni políticas estatales de control de precios ni de salud reproductiva nos ayudan a afrontar”.