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Policiales 3 de marzo de 2017

El estremecedor caso del ciclista acusado de violar a su hijastra durante 13 años

En la localidad mendocina de Las Heras fue detenido un hombre de 65 años, ciclista deportivo, que en 2013 había sido denunciado por su hijastra de violarla durante 13 años y embarazarla. Una historia de terror.

Foto ilustrativa Google

En el año 1997 empezó el tormento. Ella era menor de edad y nada entendía. Nada de lo que le pasaba a su alrededor. Su padrastro, aquel hombre que había enamorado a su madre, se creyó dueño de su vida en los momentos en que estaban solos y la destrozó. La violó y la golpeó. La vejó. No una vez, no un día, no un mes. Trece años. Fueron trece años hasta que en 2010 la embarazó cuando ella recién salía de la adolescencia. El embarazo fue, también, lo que la salvó porque a partir de esa circunstancia cesó la tortura.

El miércoles Esteban Garrido, el hombre de 65 años, fue detenido en la localidad mendocina de Las Heras y por estas horas está siendo trasladado para rendir cuentas ante la fiscalía de Fernando Castro.

La historia es estremecedora porque el padecimiento de la entonces niña comenzó hace exactamente 20 años en el centro de una familia numerosa, con hermanos, mediohermanos y un matrimonio en apariencia normal.

En aquellos tiempos Garrido ya tenía afición por las carreras de bicicleta y participaba en distintas competiciones. Como no trabajaba de manera frecuentemente, y mientras no salía a rodar, se quedaba a cuidar a los niños de la casa, algunos hijos suyos y otros hijos de su esposa. Entre éstos había una pequeña de solo 6 años, a la que eligió como su víctima.

Desde el año 1997 hasta el 2010 sucedieron hechos que la Justicia investiga a fondo en base a la denuncia de quien hoy es una mujer. Violaciones, torturas, golpes, amenazas…

Corría el año 2010 cuando todo aquello que solo conocían victima y victimario -porque Garrido se aseguró el doloroso silencio de su hijastra usando métodos de castigo- terminó en un embarazo. Esa situación llevó a Garrido a abandonar su conducta, pero no la familia. Antes intentó, por todos los medios, que la joven abortara. Incluso la volvió a golpear. Pero el silencio siguió impuesto como una regla y la familia se radicó en Mendoza.

La niña vejada, madre de un pequeño, no pudo más con su tormento y en octubre de 2013 le contó todo a su propia madre. Fueron momentos difíciles, de incredulidad, de miedos. Pero finalmente fueron a la Justicia de Mendoza y al tomar la denuncia le dieron traslado a Mar del Plata, ya que fue aquí donde ocurrieron los hechos.

Notificación

La causa recayó en la fiscalía N°1 a cargo de Castro y ante lo preliminar de la instancia solo se notificó a Garrido del inicio de la investigación.

Sin embargo en los meses siguientes no pudieron localizarlo para citarlo a comparecer. El paradero de Garrido pasó a ser un misterio durante los años siguientes y solo las referencias sobre su persona aparecían cuando había alguna carrera ciclística en la zona de Cuyo.

Al mismo tiempo la joven, ya madre del niño, presentó en la Justicia de Familia de Mendoza una denuncia por violencia de género lo que le reportó un leve consuelo en forma de restricción de acercamiento.

En enero Garrido participó de un evento ciclístico en la provincia de San Luis -también porque cobraba su jubilación-, pero cuando la integrante del equipo de la fiscalía N°1 Manuela Musumeci fue tras él, no lo pudo localizar. De todos modos, aún cuatro años más tarde de presentada la denuncia, la Justicia de Mar del Plata no había librado orden de detención pese a todas las diligencias realizadas por la fiscalía.

Sin embargo, en los últimos días la mujer violada de niña vio a Garrido merodear su trabajo y dio aviso a las autoridades mendocinas de la localidad de Las Heras. Finalmente en la tarde del miércoles Garrido volvió a incumplir la restricción de acercamiento y fue detenido por personal de la comisaría 16ta. de esa ciudad con intervención del fiscal Gabriel Miranda.

La fiscalía N°1 de Mar del Plata fue avisada de esta situación por la misma familia de la víctima y de inmediato se solicitó una orden de detención que, por fin, fue concedida por la Justicia de Garantías.

Garrido fue notificado en Mendoza y quedó imputado del abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado y otros hechos por abuso sexual.

Una de las pruebas que faltó durante todo el proceso y que pudo haber acelerado la orden de detención fue el examen de ADN al niño y a Garrido. Ahora, la Justicia tiene la autorización para extraerle sangre y avanzar en una causa estremecedora.



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