Activa y polémica, Mirtha Legrand cumplió 90
Anunció que regresa a los almuerzos televisivos, después de terminar el ciclo veraniego desde Mar del Plata, tal como viene realizando hace varias temporadas. Filmó treinta y seis películas, pero su fama se selló para siempre en la pantalla chica.
Merecida distinción para Mirtha Legrand, por su constante apoyo a Mar del Plata. También se refirió al conflicto en Cultura de Mar del Plata. Algunos canales capitalinos aseguraron que vivió un escrache, pero no fue así.
Con una vitalidad que genera la envidia de muchos y un éxito sostenido durante décadas de presencia en la pantalla hogareña, Mirtha Legrand cumplió ayer 90 años y se convirtió en la figura más longeva, activa y polémica del espectáculo argentino.
Nacida bajo el nombre Rosa María Juana Martínez Suárez, el 23 de febrero de 1927 en Villa Cañás, Santa Fe, saltó a la fama en el cine nacional de la llamada “época de oro” en imitación del de Hollywood, que generaba estrellas en algunos casos emblemáticas y taquilleras.
Mirtha Legrand fue en su tiempo una actriz con la capacidad de fascinar, de generar un mito glamoroso, meta que alcanzó tras sus primeras apariciones en el cine, a finales de la década del 30 y principios de la del 40.
Su trayectoria en el cine local incluye 36 largometrajes, realizados entre 1939 y 1965, uno de ellos en España. Participó, además, en una docena de puestas teatrales. No obstante, su popularidad se sostiene por más de medio siglo gracias a sus ciclos de entrevistas televisivas.
Los padres de las conocidas como mellizas Rosa María Juana (Mirtha) y María Aurelia Paula (Silvia), así como del también futuro realizador José Antonio fueron el español José Martínez, librero de Villa Cañás, y su madre, la española Rosa Suárez, maestra de la Escuela Fiscal 178 de Santa Fe, en la que los tres hermanos realizaron sus estudios.
En 1934, José y Rosa se separaron. La mujer, con sus tres hijos, partió rumbo a Rosario, donde las mellizas tomaron cursos infantiles en el Teatro Municipal y estudiaron canto, recitado, danzas clásicas y españolas, piano y zapateo americano. Dos años después, en 1936, se trasladaron al barrio porteño de La Paternal.
Rosa María, después Mirtha, saltó a la fama gracias a un concurso del programa Diario de Cine de Radio Belgrano, en los carnavales de 1939, y llegó al cine de la mano de Luis Cesar Amadori en “Hay que educar a Niní”, con Niní Marshall, junto a su hermana Silvia.
Cuando tenía 14 años, su representante Roberto Cerebello la rebautizó como Mirtha Legrand, al mismo tiempo que Francisco Mugica la eligió para el papel principal de “Los martes orquídeas” (1941), trabajo que la popularizó en el mundo de habla hispana.
Su gran simpatía, su cálida belleza, y ese imponderable que los norteamericanos llamaban “it” para señalar el magnetismo que emana de una personalidad, la convirtieron en una institución del mundo del espectáculo argentino.
El género romántico primero (“El viaje”, “El espejo”), y la comedia brillante después (“El retrato”, “La vendedora de fantasías”, entre otras) encontraron en Mirtha la intérprete ideal, siempre bien recibida por el público.
Hacia finales de la década del 50 y principios de la siguiente asumió sus compromisos dramáticos más serios. En teatro participó de “La luna es azul” (1957), “Buenos Aires de seda y percal” (1962), con Niní Marshall , “Divorciémonos” (1964) y “40 kilates” (1967), que incluyó el debut en calle Corrientes de Arnaldo André.
En el cine fue figura central de “En la ardiente oscuridad” y “La patota”, las dos de su esposo (desde 1945), el director franco-argentino Daniel Tinayre (1910-1994). “Con gusto a rabia”, que rodó en 1965 en pareja con Alfredo Alcón, fue su última película.
En TV participó en varias series televisivas de ficción, como “M ama a M”, “Carola y Carolina” y “Los enredos de Mariana”, y a partir de 1968 la pantalla chica se convirtió casi exclusivamente en su medio laboral.
Su última ficción televisiva, 46 años después de la anterior, fue La dueña, en 2012, por Telefé.
El éxito definitivo llegó en 1968 con el ciclo de entrevistas “Almorzando con las estrellas” por Canal 9, con figuras del espectáculo, el deporte, la ciencia y la política que le propuso Alejandro Romay y que logró rápidamente 18 puntos de rating promedio.
El programa adoptó luego el nombre “Almorzando con Mirtha Legrand”, y a partir de 1973 se lo vio también un año por Canal 7, El Trece y América, fue varias veces víctima de censuras y totaliza, hasta ahora, 48 temporadas con más de 6.000 emisiones.
En cuanto a premios, Mirtha Legrand ganó el premio Cóndor de Plata en 1945 por su labor en “La pequeña señora de Pérez”, como uno especial a su trayectoria en 1997, entregado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.
Recibió 15 Martín Fierro, uno de Oro en 1993, a la trayectoria en 2008 y el de Platino en 2009, entregados por Aptra, dos premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, en 1944 y 1952, y tres Konex, uno de ellos de Platino.
Mirtha siempre sostuvo el éxito de sus programas televisivos con las polémicas que desata al hacer preguntas punzantes, a veces algo inoportunas, a sus invitados, en particular las que tienen que ver con discusiones, temas sexuales y sobre todo las políticas.
En julio de 2010, por ejemplo, en uno de sus almuerzos dedicado a la ley de matrimonio igualitario, se vio envuelta en una gran polémica mediática cuando en su programa televisivo entrevistó al diseñador de modas Roberto Piazza.
Textualmente Mirtha le dijo: “Te voy a hacer una pregunta muy delicada: la pareja de homosexuales, suponte que adoptan a un chico… como tienen inclinaciones homosexuales, ¿no podría producirse una violación hacia su hijo?”.
Sin embargo, su rutina más pegadiza, pícara y esperanzadora, que acompaña el cierre de cada almuerzo, sean en Buenos Aires durante el año o en Mar del Plata en el verano, sigue siendo: “Como te ven, te tratan. Si te ven mal, te maltratan. Y si te ven bien, te contratan”.
En reiteradas oportunidades, Mirtha anunció su retiro. Sin embargo año tras año volvió a la carga, y esta temporada, durante la entrega de los premios Estrella de Mar, donde recibió el de Oro por su trayectoria, anticipó un nuevo ciclo de almuerzos.