Durante todos los viernes de enero, la puesta de sol creó el marco ideal para que jóvenes artistas de espíritu libre demostraran sus facetas más intrépidas en los encuentros exclusivos de Cerveza Sol.

Así, en un contexto de disfrute y diversión, Mía Gispert (22), una marplatense estudiante de Turismo, decidió compartir con los presentes una actividad que realiza y predica hace mucho tiempo: reciclar.

En esta oportunidad los objetos elegidos fueron, nada más y nada menos, que las mismas botellas de cerveza que se iban desechando en el lugar.

“Se tiran millones de toneladas de basura por día y gran parte de esos residuos son aptos para el reciclaje. El vidrio, por ejemplo, tarda cuatro mil años en degradarse y sería irresponsable que la cerveza fría que llega a nuestras manos termine en la basura cuando podemos convertir ese porrón en un vaso, un portavelas o hasta un cenicero.” afirma Mía.

Integrante de una familia a la que define como “de la playa”, creció rodeada de valores vinculados al cuidado del ambiente y las ventajas del reciclaje, razón por la cual le pareció una buena idea hacer una muestra de arte sustentable.

“Decidimos intervenirlos en vivo así las personas podían llevarse un recuerdo a su casa y además podían ser testigos del proceso. La verdad que tuvo una respuesta muy positiva, todos se mostraron muy intrigados, lo cual estuvo buenísimo porque me permitió contarles a cada uno de qué manera se llevaba a cabo la transformación”, explicó.

Señaló que las intervenciones también pueden realizarse utilizando tapitas de gaseosa para hacer cuadros y hasta incluso lámparas. “Creo que no todo objeto queda obsoleto tan fácil, solo hay que encontrarle la vuelta creativa”, aseguró.

Interesada en la temática desde que aprendió sobre el calentamiento global en el colegio, Mía reconoció la influencia que tuvieron sobre ella sus amigos de la ONG en post del medioambiente y las prácticas saludables, Grupo Ser Humano. “Creo que ademas de mi curiosidad ellos fueron mis guías”, destacó.

La joven marplatense aprovechó para invitar a todos a llevar “la bandera del cuidado del medio ambiente”, aunque insistió en la importancia de que ” los jóvenes y niños sean los más comprometidos ya que los valores se crean para el futuro”, además de instar “a los adultos responsables de las decisiones en este aspecto a preocuparse más por el problema real que por sus propios intereses”.

En este sentido, resaltó que la contaminación en las playas de la ciudad “es la cuestión principal a solucionar”.
“Creo que las personas tienen un concepto equivocado del consumo del recurso Playa. Nuestra salida al mundo, nuestro atractivo es catalogado en Turismo como “sol y playa”, pero si nuestra arena es un cenicero, un basural, y mas del 80% de la playa es privada no creo que nos vaya a durar mucho”, indicó.