Tasas: el 80% tendrá subas de hasta el 40% y el resto aumentos mayores
La asamblea de concejales y mayores contribuyentes aprobó por mayoría las ordenanzas fiscal e impositiva. El oficialismo hizo hincapié en el incremento recaudatorio para sostener al municipio. Dos ex funcionarios de Arroyo votaron en contra.
Con los votos de buena parte del interbloque Cambiemos y la flamante bancada Crear, la asamblea de concejales y mayores contribuyentes aprobó ayer por mayoría las ordenanzas fiscal e impositiva, que contienen los aumentos de tasas previstos por el gobierno de Carlos Arroyo para este año.
Los bloques de Acción Marplatense y el Frente para la Victoria votaron en contra de las normas, al igual que los monobloques del Frente Renovador y el peronismo. En total, 12 ediles se pronunciaron en forma positiva y 12 de manera negativa, pero la balanza para la sanción de las ordenanzas la inclinaron los mayores contribuyentes: hubo 14 votos afirmativos y 10 negativos.
La aprobación implica que el 37% de los casi 430 mil contribuyentes de la tasa de Servicios Urbanos (TSU) no registrará ningún aumento o verá reducido el valor hasta en un 18%, en tanto que otro 44% experimentará subas que irán desde el 10% hasta el 40%, según se explicó oficialmente. Dentro de este universo está comprendido el 81% de los contribuyentes, mientras que el 19% restante tendrá incrementos más elevados, que arrancarán en el 50% y podrían llegar a superar el 200%, siempre según el gobierno local. La oposición advirtió, en cambio, que las subas treparán hasta el 400%.
El proyecto original fue modificado para incorporar un tope de incremento de 20% en diversas tasas y derechos, entre los que está el mínimo de la de Seguridad e Higiene, que pagan los comercios y las industrias, así como las de habilitación de ese tipo de actividades económicas.
Gran parte de los cambios los propusieron Lucas Fiorini y Alejandro Carrancio (Crear), que desde la aprobación en noviembre pasado del nuevo Código de Publicidad parecen haberse convertido en los nuevos aliados de Cambiemos en el Concejo.
“No hay que ver las ordenanzas fiscal e impositiva como un tema aislado de lo que pasa en la ciudad, sino que están profundamente vinculadas a las herramientas que necesita el Estado municipal para la recuperación económica de la ciudad y al cuidado de los sectores que permiten el desarrollo de una comunidad”, defendió Fiorini. “Por supuesto que es imprescindible mejorar la gestión municipal para que la gente vea que lo que paga vuelve en servicios, como mejorar las calles, la limpieza, la seguridad y la salud. Hace dos años que la Municipalidad está alejada de las necesidades y problemas concretos de la gente”, alertó.
Justamente el ex compañero de bancada de Fiorini y Carrancio y único concejal que quedó en el Frente Renovador, Cristian Azcona, fustigó la forma en que se hicieron los cambios al texto original. “Las modificaciones llegaron a las 11 de la mañana”, cuestionó. Y dijo que él “no diría tan alegremente” que hay un tope de 20% en algunas tasas cuando algunos vecinos “directamente no las pueden pagar”.
Pero las marcas distintivas de la jornada fueron el rechazo a las ordenanzas y las fuertes críticas que pronunciaron José Cano y Eduardo Abud, integrantes del interbloque oficialista y ex funcionarios de la gestión de Arroyo.
El ex secretario de Economía y Hacienda se quejó porque no se logró un consenso dentro de Cambiemos. “Qué lejos estamos de cuando en la campaña decíamos que era intolerable una mayor presión fiscal. Qué lejos estamos de cuando decíamos que íbamos a reducir la estructura municipal y la planta política”, lanzó, en un claro golpe a las promesas de campaña de Arroyo.
Cano agregó que la aprobación de las ordenanzas fiscal e impositiva “parecen soluciones hoy, pero van a traer problemas mañana”. Apuntó que pidió una disminución de la TSU y el oficialismo se lo negó. Y redondeó: “Algunos pasaron de ser detractores a ser patriotas. Otros que éramos amigos pasaremos a ser detractores”. La alusión fue, claro, para los votos positivos de Fiorini y Carrancio y los negativos de él y Abud. Como Cano, el radical reveló que planteó la posibilidad de modificar las normas. “Pero no he sido escuchado por ninguno de los funcionarios”, lamentó.
Aumento recaudatorio
El miembro informante del oficialismo, Guillermo Arroyo (Agrupación Atlántica-PRO), explicó que el aumento de tasas responde a “la sostenibilidad de la administración”. Y acotó: “Necesitamos los recursos para mantener los servicios que presta el municipio y aumentar la calidad”.
Arroyo puntualizó la mayor expectativa recaudatoria que tiene el gobierno local en las distintas tasas. La TSU, por ejemplo, pasará de $531,4 millones en 2016 a $800 millones en 2017; la tasa de alumbrado, limpieza y conservación de la vía pública, de $115,4 a $155 millones y la de Seguridad e Higiene, de $62,2 a $72 millones.
También se incrementará la recaudación por la contribución para la salud (de $86 a $120 millones) y por el Fondo de Promoción Turística (de $80 a $107 millones), uno de los fondos afectados más cuestionados por la oposición y empresarios del sector turístico, que aseguran que no se vuelca a la promoción de la ciudad.
Uno de los cambios fundamentales es el de la valuación fiscal de la Agencia de Recaudación de la provincia (ARBA) que se tomará en cuenta para establecer el valor de las tasas. El año pasado fue la de 2015 al 50%; este año será la de 2016 en su totalidad.
“Ese único cambio ya implica un aumento en las tasas del 50%”, estimó Balut Tarifa Arenas, del monobloque peronista. “No puede ser que el único camino sea meterle la mano en el bolsillo a la gente”, apuntó. Y después de recordar la promesa de campaña de Arroyo de bajar las tasas, solicitó, con ironía, que los concejales oficialistas les pidieran “disculpas” a la población por haber “mentido”.
“No hacen nada”
Los bloques más amplios de la oposición también cuestionaron duramente las ordenanzas. Marina Santoro, del Frente para la Victoria, pronosticó que los aumentos en las tasas generarán “una crisis social terrible”. La jefa del bloque de Acción Marplatense, Claudia Rodríguez, advirtió: “Van a cobrar más pero no hacen nada”. Y añadió: “Nos gustaría poder discutir un presupuesto y una política fiscal en relación con una visión de ciudad”.
A su entender, “no deja de ser una adulteración del orden natural de las cosas” que se haya discutido el aumento de los tributos y no “el para qué” se van a utilizar los fondos.
“Los vecinos vamos a pagar más y no sabemos para qué, porque hasta el momento con las tasas sólo hemos visto cómo se destruye el CEMA (Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias), no hay capacitación para la Policía Local en la Escuela de Seguridad, se achicaron servicios, se desarmaron los talleres culturales y la Orquesta Infanto Juvenil y se paralizó el Parque Informático, por enumerar algunos de tantos retrocesos”.
Siempre con tono crítico, Rodríguez alertó que el de Arroyo es “un gobierno sin visión de ciudad, sin rumbo y que improvisa”.
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