Juan Manuel Maldonado (39) se fue a vivir a Lobería con la llegada de la primavera. No eran razones de estación la que lo impulsaban a irse de Mar del Plata sino la necesidad de huir. Seis días antes de que el otoño se tomara licencia hasta el próximo año, Maldonado juntó un par de pertenencias y se marchó a la pequeña localidad ubicada a 141 kilómetros al sur. Ayer, mientras trabajaba en un horno de ladrillos, los policías lo encontraron y mientras lo apresaban le explicaron lo que él ya sabía: que lo detenían por el crimen de Hernán Cabello (22).

La detención realizada por personal de la DDI tuvo un sabor especial porque fue en el marco de un caso en el que debió investigarse a los propios policías. En los primeros minutos que sucedieron al crimen de Cabello, sus familiares mencionaron que los tres sujetos que habían entrado a los tiros a la vivienda de López de Gomara al 7200 aquel 15 de septiembre habían sido "policías de la brigada".

Es por eso que, tras descartar esa hipótesis solamente fundada en los dichos del menor que estaba con Cabello al momento del ataque, la policía y el fiscal Juan Pablo Lódola avanzaron hacia los verdaderos autores. Pudo establecerse entonces que Maldonado había participado en los hechos y que los otros dos individuos -aún sin identificar por la Justicia- serían de su propio entorno familiar.

Pero además, la investigación reveló que otros dos crímenes ocurridos este año en el barrio Los Pinares estaban conectados.

Un barrio violento

Los hechos de violencia en el barrio Los Pinares comenzaron en el mes de febrero. Al menos los más violentos. El 7 de ese mes, frente a la conocida villa Río Negro, Johnatan David Escobar (18) fue atacado a puñaladas y producto de esa agresión falleció poco después.

La investigación policial arrojó como resultado que el autor había sido un menor de 15 años, hermano de una joven con la cual Escobar mantenía una informal relación amorosa.

Este menor, que es inimputable y en la actualidad se halla internado en un establecimiento de régimen cerrado, siguió libre y a mediados de agosto, el 17, asesinó a Lucas Leguizamón (19) de un disparo en la cabeza. Se cree que el hecho ocurrió en el marco de un intento de robo cuando Leguizamón se hallaba en la plaza del barrio Los Pinares.

Ese mismo día fue el padre del acusado de homicidio el que lo trasladó hasta una sede policial y allí lo entregó, para intentar contener su violencia. Trascendió que el consumo de sustancias estupefacientes eran parte principal del problema.

Cabello habría participado días antes de su crimen de un episodio violento contra la familia del doble homicida que, según trascendió, habría consistido en el tiroteo de una vivienda. Averiguaciones posteriores establecieron que Cabello tenía gran cantidad de antecedentes: en 2008, portación ilegal de arma de uso civil; en 2009, hurto, tentativa de robo y resistencia a la autoridad, y tentativa de robo; en 2010, robo agravado por efracción, robo y encubrimiento y robo agravado por el uso de arma; en 2012, tentativa de robo; y en 2014, robo calificado a un taxi.

En la madrugada del 15 de septiembre, Cabello se hallaba con un amigo de 15 años en su casa y en una de las habitaciones estaba su madre y una hermana de sólo 12 años.

De manera repentina, tres hombres ingresaron al lugar y comenzaron a los tiros. Cabello recibió un disparo de escopeta en una pierna y luego un impacto fatal de un calibre 9 milímetros en el pecho.

El menor de 15 años que acompañaba a Cabello indicó en su declaración inicial que uno de los que disparó era un policía de la DDI que había intervenido en el allanamiento de tiempo atrás a esa misma casa, en la causa por el robo del perro.

El fiscal Lódola debió entonces implementar las alternativas previstas para cuando participan o se sospecha la participación de personal de las fuerzas de seguridad. Si bien los dichos del menor tenían una base débil, el protocolo se activó y la causa llegó a tener un episodio inédito: todos los policías operativos de la DDI (hoy CDI) debieron pasar por reconocimientos fotográficos. El resultado fue negativo.

Tras descartarse la intervención policial, la DDI tomó el comando de la pesquisa nuevamente y fue atando cabos, hasta encontrar la trama por detrás de los crímenes.

En el último mes, el fiscal Lódola enrocó la fiscalía con Eduardo Amavet y con esa modificación también cambió de manos la causa. Mientras tanto, la policía ya había localizado a Maldonado en Lobería y le solicitó al juez de garantías Juan Tapia su detención.

La policía fue a buscarlo a la casa de la calle Lamadrid al 1000 de Lobería, pero no lo encontró y de inmediato se dirigieron al trabajo que Maldonado había obtenido hacía varias semanas. Los efectivos policiales se presentaron en el horno de ladrillos "El Canario", de Lavalle entre José María Paz y Arturo Illia. Allí lo detuvieron.

De acuerdo a información precisa que llegó a esta redacción, Maldonado es la pareja de una hermana del menor de 15 años acusado de los dos homicidios. Y se sospecha que los otros autores del crimen de Cabello pertenecerían a esa misma familia.

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