Cuando le tocó firmar la resolución que lo condenaba a 12 años de prisión por asesinar a Juan Francisco Nicola Ríos (19), Marcos Guiraldes (22) volvió a demostrar su absoluto desprecio por los deberes cívicos: "Apelo", escribió en mayúsculas y letra enorme, a lo largo y a lo ancho de la hoja. Los instructores judiciales debieron imprimir nuevamente el documento.

Hacía pocos minutos que los magistrados del Tribunal Oral Nº 4 habían dado a conocer su veredicto, tras más de una semana de juicio por el crimen suscitado durante un pelea de jóvenes ocurrida en el interior del boliche Russia. La audiencia había comenzado a las 12 y media hora después ya se sabía que Guiraldes debería volver a la Unidad Penitenciaria Nº 44 de Batán, donde permanece detenido desde junio de 2013.

Los jueces Gustavo Fissore, Jorge Peralta y Alfredo De Leonardis consideraron que la autoría del homicidio estuvo probada durante el debate oral. Sin embargo, a la pena de 15 años de prisión que había solicitado el fiscal Fernando Castro durante la etapa de alegatos, le redujeron tres después de descartar dos supuestos agravantes.

La reacción que esbozó al firmar la resolución judicial no fue el único gesto irrespetuoso de Guiraldes, ni ayer ni durante las audiencias en general. Mientras los magistrados leían el fallo, el asesino de Nicola Ríos se mostraba desafiante.

Luego, al ver cómo era celebrada su condena por los familiares de la víctima, que lo insultaban, Guiraldes se rió. La reacción fue inmediata por parte de los presentes, cuyo afán de abalanzársele y golpearlo debió ser contenido por la policía.

Pero la actitud de indiferencia del autor del crimen ya se había notado a pesar de la gravedad de la incriminación, durante las varias audiencias anteriores. En una de ellas, Guiraldes declaró no haber tenido nada que ver en el caso "porque estaba en otra parte del boliche", mientras que otro pasaje clave del debate, cuando se reproducía el audio con la declaración de la joven que fue considerada su cómplice en el hecho -y que se suicidó en junio pasado- se quedó dormido en el banquillo, ante la mirada atónita de los investigadores.

El fallo

Los abogados de Guiraldes, Wenceslao Méndez y Verónica Ramocini, habían pedido que su cliente fuera absuelto al considerar que no existían pruebas que lo incriminaran directamente. Tras el revés judicial, ya adelantaron que apelarán la resolución del tribunal.

De acuerdo a los argumentos que exhibieron los magistrados, dos de los agravantes presentados por el fiscal Castro quedaron desestimados y un tercero fue tomado en cuenta, de forma parcial.

Los jueces decidieron acortar la pena que había solicitado el investigador, al tener en cuenta la ausencia de antecedentes delictivos de Guiraldes. En rigor de verdad, no consideraron un precedente que el asesino de Nicola Ríos sentó cuando era menor.

De hecho, al momento del crimen ocurrido en el boliche Russia, Guiraldes debía cumplir un arresto domiciliario -que violó para ir a bailar- por un robo que había cometido en Santa Clara cuando tenía 17 años. Pero dicha condena, sostuvieron los magistrados en su fallo, no estaba firme en ese entonces, lo que hizo que no fuese contemplada.

Como agravante parcial, en cambio, el tribunal interviniente consideró el lugar en el que se cometió el crimen y la cantidad de gente que había allí. De todas maneras, también remarcó que el disparo fue efectuado a quemarropa -a 80 centímetros de distancia- por lo que no representó un peligro real para las demás decenas de personas que bailaban en la pista.

Es menester recordar que, entre las pruebas presentadas por la fiscalía durante el juicio, la declaración de Hugo Neris resultó definitoria. El testigo, que era empleado de la discoteca y en la madrugada del sábado 15 de junio de 2013 estaba presente en la pista de baile, reconoció a Guiraldes como el autor del hecho en la investigación preliminar y también en el juicio. Dicho testimonio fue clave para que los jueces entendieran acreditada su autoría del asesinato.

El caso

Juan Francisco Nicola Ríos fue asesinado de un tiro durante una pelea ocurrida en el interior del boliche Russia, en horas de la madrugada del sábado 15 de junio de 2013.

Por el hecho se iniciaron dos causas: la que fue ventilada en el último juicio, y otra en la que fue juzgada y absuelta una joven que al momento del homicidio era menor y para el fiscal Carlos Russo había sido la cómplice del autor material del crimen.

Dicho fallo fue apelado y luego revocado, pero la sospechosa se suicidó meses después. Para Russo, la joven había sido quien ingresó el arma de fuego -un revólver calibre 22- al ex local bailable.

En la Justicia de Mayores, el caso comenzó siendo investigado por el fiscal Marcos Pagella y en base a los testimonios obtenidos se apuntó a Marcos Guiraldes. La policía determinó que el sospechoso, al ir al boliche, había violado el arresto domiciliario que debía cumplir por una serie de delitos cometidos en Santa Clara del Mar, cuando tenía 17 años. Dicha causa también había estado a cargo del mismo fiscal Russo.

En base a las pruebas obtenidas, la policía allanó casas ubicadas en Guyana al 1600, Chacabuco al 6600, Rauch al 3200 y Calaza al 6900 para detener al sospechoso. Pero no logró encontrarlo. Dos días después del asesinato, Guiraldes se entregó junto a su madre en la entonces Delegación Departamental de Investigaciones (DDI).