Lo ejecutan en la cocina y la familia dice que fue la policía
Un joven de 22 años fue ejecutado en la cocina de su casa del barrio Los Pinares. Lo acompañaba su cuñado de 15 años, quien aseguró al fiscal Juan Pablo Lódola que uno de los que había cometido el ataque era un policía. En base a esa declaración el fiscal apartó de la investigación a todo personal policial. Otra línea vincula al hecho con episodios de violencia en el barrio.
Hernán Cabello (22) murió por la bala 9 milímetros que le atravesó el corazón. Segundos antes una itakazo le había destrozado la pierna. Y antes del itakazo, tres hombres habían entrado pateando la puerta de su casa para ejecutarlo. A los asesinos el plan les salió a la perfección, porque después de hacerlo escaparon hacia la oscuridad del barrio Los Pinares, donde la madrugada era pura desolación y silencio, todo lo que se necesita para huir.
"Para mí que uno de los que tiró era un policía que la otra vez estuvo en el allanamiento", dijo el cuñado de Cabello, de solo 15 años. Este menor, que se encontraba junto a la víctima en la cocina cuando se produjo el ataque, aseguró al fiscal Juan Pablo Lódola que reconoció al policía y por eso la investigación se desarrolla solo con personal judicial, señalaron las fuentes consultadas.
Cabello contaba con antecedentes y hace menos de un mes la casa de López de Gomara al 7200 había sido allanada en el marco de una causa por el robo de un perro. Según la declaración del menor, luego sostenida por la madre de Cabello, uno de los agresores sería un policía que intervino en dicha diligencia.
"Los dichos del testigo nos obligan a apartar de la investigación al personal policial y solamente, bajo mi supervisión, lo hicieron peritos de Policía Científica en la escena del crimen", explicó ayer el fiscal Lódola aunque se negó a dar más precisiones del caso por estar en la etapa inicial de las averiguaciones.
Más allá de quiénes hayan sido los autores del brutal crimen, para el fiscal Lódola no caben dudas de que se trató de una venganza. En la casa no hubo faltantes y los tres individuos que ingresaron lo hicieron con el único fin de asesinarlo. Incluso, un dato relevante se agrega para abonar esa idea: días atrás la casa de Cabello había sido baleada.
Junto a la hipótesis de una autoría policial se analiza el contexto en el barrio Los Pinares donde en las últimas semanas hubo un homicidio y varios ataques con al menos un herido de bala.
El crimen
Era poco más de la 1 de la madrugada cuando Cabello tomaba un café con su cuñado de 15 años mientras utilizaban la computadora. Estaban en la cocina. En una de las habitaciones de la casa de López de Gomara al 7200, próxima a la esquina de Millán, la madre de Cabello dormía junto a su hija de 12 años.
Cabello y su cuñado charlaban cuando se escuchó el estruendo desde la puerta principal de la vivienda. Tres hombres entraron, dos de ellos con pistolas 9 milímetros y el otro con una escopeta tipo Itaka, y redujeron rápidamente todas las posibilidades de sorpresa. Uno fue hasta la habitación donde estaba la madre y la obligó a quedarse allí, mientras que los otros dos se dirigieron a la cocina.
"¿Vos sos Hernán?" le preguntó uno de los intrusos al menor de 15 años, quien negó de un modo débil, poco convincente, acaso por el temor que lo abarcaba. Esa respuesta no convenció al atacante pero su cómplice reconoció a Cabello y no dudó en dispararle con la Itaka. La perdigonada dio de forma plena en la pierna izquierda. El siguiente disparo fue con la pistola 9 milímetros y el proyectil ingresó por el sector intercostal izquierdo y le atravesó el corazón al joven, quien murió casi de forma instantánea.
Los peritos investigan ahora si, tal como dijo el menor, hubo al menos otros dos disparos. "Cuando yo le dije que no era Hernán me dispararon, pero me revolqué y no me dio", señaló el adolescente en su declaración.
La sospecha
más dolorosa
Cabello apenas sobrevivió unos segundos, los mismos -prácticamente- que necesitaron los atacantes para escapar de la casa sin tocar un solo objeto. Estaba claro que no tenían intenciones de robar y que el objetivo era asesinar a Cabello.
Aunque no hubo testigos en el exterior, el fiscal Lódola trabaja la posibilidad de que los agresores hayan huido a bordo de un automóvil.
Cuando Lódola arribó al lugar entrevistó a la compungida madre de Cabello y allí surgió la primera versión de los hechos. Recién minutos más tarde fue localizado el menor de edad, quien se había retirado. "Era un policía uno, de los que allanaron acá la otra vez", dijo el menor.
A partir de ese dato se pudo determinar que en el mes de agosto personal policial de la comisaría séptima había llevado a cabo un allanamiento en busca de un perro de raza, un pitbull sustraído en la vía pública. La policía registró la vivienda con orden judicial pero no encontró nada vinculado a la causa, de manera que no se les imputó ni a Cabello ni a su familia delito alguno.
Sin embargo, el cuñado de Cabello indicó ayer, en su declaración al fiscal Lódola, que relacionaba el rostro de uno de los atacantes con un policía que había participado en el allanamiento.
Lódola debió recurrir a su personal y a otros de la Asesoría Pericial para encarar la investigación al sospecharse de la intervención de un policía en los hechos. Solamente permitió la labor de peritos de la Policía Científica, quienes levantaron rastros en el lugar y efectuaron todas las labores en la escena del crimen.
La operación de autopsia está prevista para hoy y no se esperan resultados que sorprendan, ya que el dato principal es el que aportará la balística. En ese sentido trascendió que se habría recuperado un proyectil calibre 9 milímetros con posibilidades de ser periciado. También se recogieron vainas calibre 9 milímetros.
Con esos elementos el fiscal intentará reconstruir lo sucedido sin desviarse, en lo posible, de la otra línea investigativa, la que se conecta con otros hechos violentos en el barrio Los Pinares.
¿Violencia conectada en
el barrio Los Pinares?
El sábado último el dueño de un comercio del barrio Los Pinares fue baleado por dos motociclistas y la Justicia se orienta por estas horas a determinar si existe una relación con el asesinato del joven Lucas Leguizamón (19), ocurrido a mediados del mes pasado.
Es que el hombre herido de dos disparos es tío del menor inimputable encerrado por haber cometido el homicidio. Vale recordar que el adolescente de 15 años asesinó el lunes 17 de agosto a Leguizamón, en un hecho que fue descripto como intento de robo, ocurrido en una plaza del barrio Los Pinares.
El ataque al tío del menor no puede desvincularse del crimen y, según algunas averiguaciones, el fiscal Lódola podría tener en cuenta esos sucesos en la investigación por la muerte de Cabello.
Un informe indica que Cabello tenía antecedentes delictivos -entre ellos el asalto a un taxista en abril de 2014- y ahora se investiga si conocía a algunas de las víctimas. Precisamente, un testimonio sumado ayer a la causa a cargo de Lódola describe como un vehículo de color gris el empleado por los asesinos de Cabello para huir. Y, según se conoció en las últimas horas, personas próximas al menor acusado de asesinar a Leguizamón utilizarían un automóvil con esas características.