BUENOS AIRES - Un ex policía bonaerense que mató a balazos a un joven cerca de un boliche de la localidad bonaerense de Lanús, en 2006, fue absuelto por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora, que consideró que actuó en legítima defensa.

El fallo enardeció a los amigos y familiares de la víctima, Nelson Farías (16), quienes insultaron a los gritos a los jueces y policías que custodiaban al imputado.

El abogado de la familia Farías, Carlos Pigues, informó que, por mayoría, el tribunal entendió que el efectivo Sergio Aguirre "actuó en legítima defensa", porque la víctima le había disparado antes y descartó que la Policía hubiera plantado un arma al joven.

"Fue una burla", remarcó el letrado respecto del fallo, firmado por los camaristas Rafael Villamayor y Guillermo Puime, quienes votaron por la absolución, y Jorge Camino, que se inclinó por una condena.

En los alegatos, el fiscal Sebastián Scalera había pedido 18 años de cárcel y la querella 19, al dar por acreditado que Aguirre, ex integrante de la División Drogas Peligrosas de Lomas de Zamora, cometió un homicidio simple y le disparó a Farías por la espalda.

"Esto es increíble, con todas las pruebas que había creíamos que lo iban a condenar a por lo menos diez años. A mi hijo lo mataron por la espalda, ¿de qué legítima defensa me hablan?", dijo Norma Colman, madre de la víctima, quien adelantó que tanto el fiscal como su abogado apelarán el fallo ante el Tribunal de Casación provincial.

En los alegatos, ambos tuvieron en cuenta los dichos de seis amigos de la víctima que presenciaron una discusión entre Farías y el entonces policía, aunque no el momento en el que lo mató.

Los testigos coincidieron en que el 28 de octubre de 2006 fueron a bailar con Nelson a la discoteca "La Paca", de Lanús Oeste, y a la salida del local, cerca de las 6, se produjo un incidente.

Todos contaron que uno de los chicos que los acompañaba se burló de otro que tenía barba larga, perteneciente al grupo del policía, y le dijo: "¿Qué hacés Montecristo?".

Aguirre, que llevaba su arma reglamentaria aunque estaba de franco, empezó a insultar al grupo, aparentemente porque se encontraba borracho, pero Nelson no le dio importancia y cuando  fue a orinar a la vuelta del boliche, escucharon dos disparos.

Al ir corriendo hacia el lugar, los amigos del chico advirtieron que el joven estaba tirado en la vereda.

En los alegatos, fiscalía y querella dieron por probado que, tras la discusión, al ver que Farías se alejaba del boliche, el entonces policía tomó su auto y comenzó a dispararle a través del parabrisas y desde afuera del vehículo, tal como lo demostraron los peritajes.

Al llegar a una esquina, el joven fue herido, pero como siguió caminando, el policía lo persiguió hasta que logró dispararle otra vez, lo cual le provocó la muerte poco después.

La querella destacó que Aguirre "quiso simular un enfrentamiento armado", pero un peritaje efectuado en la causa determinó que en la mano del chico no había deflagración de pólvora, lo que significa que nunca disparó.

"Hoy los jueces consideraron que ese peritaje no era seguro e hicieron una interpretación muy 'sui géneris' de los hechos. Dijeron que los disparos los inició la víctima cuando vio al policía en su auto, pero el vehículo no tiene ningún balazo realizado desde afuera", afirmó Pigues.

La mayoría de los jueces descartó que el arma que apareció sobre el abdomen del chico cuando estaba agonizando hubiese sido "plantada" para hacer pasar el hecho como un robo.

"Eso es un disparate, mi hijo había sido revisado cuando entró al boliche y no tenía nada. Si hubiera estado armado, nunca lo hubieran dejado pasar", sostuvo la madre de la víctima.