Dos años y medio para la historia de la ciudad
por Gerardo Gómez Muñoz
Si a alguno se le ocurriera hoy replantear el debate que a tantos medios periodísticos, comentaristas y políticos se les ocurría centrar hace tan solo un año, tal vez fuera observado como un personaje de la prehistoria. Habrá que recurrir a un ejercicio de precisión de la memoria para recordar que eso ocurría cuando se trataba de instalar que el intendente Gustavo Pulti arriesgaba su capital político y comprometía a la ciudad porque se jugaba por un compromiso de gestión y asistencia con los gobiernos provincial y nacional que creía iba a beneficiar a Mar del Plata. Día a día y obra a obra la realidad fue un categórico mentís, como suele ser siempre, a las agorerías. Además, los números a la hora de contar los votos, revelaron otra inapelable demostración: la gente acostumbra saber más que los estudiosos de las teorías, acerca de lo que a ella le conviene. El jefe comunal lo confirmó con una contundente y reveladora afirmación, el viernes en su despacho, con la presencia de testigos calificados y ante ante el diputado Carlos Kunkel, uno de los pocos que frecuentan Olivos. Se hablaba de logros de la gestión municipal. En ese momento Pulti aclaró "pero todo lo que hemos logrado es posible porque somos gobierno y le doy gracias a Kunkel que vino a darme su apoyo cuando faltaba una semana para las elecciones. El hecho fue vital para volcar un apoyo definitorio".
Quizás la presencia del hombre reconocido como de estrecha y antigua relación con Néstor y Cristina Kirchner fue tan oportuna, tanto como la confesión, para ratificar la confianza que no sólo persiste entre el gobierno y Pulti sino que que se ha venido acrecentando. Relación que tiene, innegablemente, la misma intensidad con el gobernador Daniel Scioli. Y no es aventurado pensar que la visita y el gesto de gratitud hayan constituido todo un símbolo confirmatorio de un entendimiento que no reclama otros compromisos más que la acción concreta y el correcto uso del apoyo financiero en respuesta a las necesidades marplatenses. Porque es sabido el apremio que de tanto en tanto como sucedió hace pocas semanas reiteran "autorreferentes", urgidos de reelecciones y reubicaciones para el 2011 que ni siquiera parecen enterados del modo de conducir de sus jefes partidarios. Así es que les cuesta comprender que esta vez no es como aquel famoso acuerdo con Katz. Los cargos se los deben ganar en el escenario político porque la única paga buscada es la materialización del aporte económico con obras a la vista las que, a su vez producen el agradecimiento del pueblo que a su hora responde al que atiende y resuelve las necesidades de la gente.
Un archivo irrefutable
Los que con justa desconfianza escuchan alabanzas a los funcionarios tienen a la mano datos tan incontrastables como los registrados por la nota de LA CAPITAL del domingo. Allí se habla de los "fuertes aportes económicos de la Nación y Provincia" que posibilitan "las diez obras e inversiones millonarias que le cambiarán la fisonomía a Mar del Plata". Se destaca que "el estrecho vínculo del intendente Pulti con el gobernador Scioli y la Casa Rosada se traduce en la realización de importantes obras para la ciudad. Desde la construcción del emisario submarino y la autovía que unirá Mar del Plata-Balcarce hasta la inversión en trabajos de desagües cloacales, la edificación de nuevas viviendas y la reparación de lugares históricos como el Asilo Unzué. Todos los trabajos avanzan a buen ritmo". La enumeración irrefutable con precisos números habla de los muchos centenares de millones de pesos aportados y cuyo rendimiento se verifica con exactitud con las obras terminadas y otras en plena ejecución. No se trata sólo de ladrillos y cemento que pese a su beneficio no expresan por sí solo lo que valen. Es distinto hablar de construcciones diversas que de centros de salud (seis ya terminados con aportes del gobierno de Cristina); de escuelas (un jardín, tres primarias y dos secundarias, todas en barrios periféricos con 20 millones aportados por el gobierno de Scioli) y de trabajo para miles de obreros técnicos y profesionales. En la reseña para el archivo de la ciudad se habla de las grandes realizaciones, pero quedan en el tintero las otras menos grandiosas pero también imprescindibles. Pero aún cabe esperar otras memorables con las que sueña el intendente para antes de irse (¿irse?) a fines del 2011 como la terminal de cruceros y el traslado de los bares de Alem a la Escollera Norte.
Cabe esperar la misma pasión para atender otros problemas de la ciudad en esta segunda etapa del gobierno comunal y cuando el aspecto de las estructuras de la ciudad están encaminadas. Las falencias funcionales de vieja data del complejo administrativo, presupuesto, personal, servicios etc., están reclamando no sólo la solución de emergencia sino un replanteo y una reorganización que es dable esperar de una gestión como ésta que supo ganar el apoyo y el acompañamiento de los diversos estamentos que deberán aportar lo suyo en el amplio y complicado tema. Es la otra cuestión de la agenda grande de Mar del Plata aún pendiente y por lo ya hecho el actual gobierno está para aspirar a la historia.
Pobre Katz
La habitual malicia de las internas partidarias no tendría por qué ser compasiva con "Jaimito" Katz un sobrador exponente, en sus tiempos de gloria, de esa tradición. Muy a la sordina, pero con sardónicas risas, se lo ha comenzado a calificar de "semáforo". Los méritos aquilatados para el título son la sucesión de sus derrotas. Primero la del candidato que ungió con el dedo para caer ante Pulti; luego la debacle en la interna donde su "Confe" fue cuarto entre cuatro y ahora el tsunami al que llevó a Cobos en Mar del Plata donde prometió 900 votos de ventaja y apenas recogió 562 contra 1138, sin mencionar la quinta sección, donde cayó en Necochea, Balcarce, Guido, Maipú, Mar Chiquita, Gesell, Madariaga, Tandil, etc. En cambio un verdadero jefe territorial como Marcelo Honores arrasó con su misma lista en General Alvarado, al igual que Ricardo Jano en Lobería. Lo mismo sucedió con Mario Meoni y Héctor "Cachi" Gutiérrez, el primero triplicó en Junín y el segundo duplicó en Pergamino. Ambos, según la costumbre del "Ruso" fueron ninguneados porque querían quedarse con la conducción del "cobismo" en la provincia. Tampoco hay que olvidar que fue quien convenció a Cobos para hacer el acuerdo político con Leopoldo Moreau y Fredy Storani, a quienes previamente había acusado de ser responsables de haber llevado a la UCR al abismo del 2 por ciento de los votos. Ahora le vendió a Cobos la conveniencia de adelantar su tortuoso camino hacia la precandidatura radical y el mendocino perdió sucesivamente en Buenos Aires, Capital Federal (aquí no pudo imponer a su candidato Marcelo Stubrin en la conducción de la UCR) y Neuquén, un record: tres jugadas tres perdidas y en distritos que suman el 50 por ciento o poco menos del padrón general del país. En términos mundialistas tan de moda: eliminado en la primera ronda.
El periodismo nacional a estas horas le viene atribuyendo y con dureza, a nuestro ex intendente la responsabilidad de todas las jugadas perdedoras de Julio Cobos. Así, por ejemplo, se le atribuye la idea de enfrentar a Alfonsín "en el cobismo por estas horas se culpa de esa mala estrategia al diputado Daniel Katz, operador del vicepresidente ante Moreau y Storani. En rigor Katz cayó duramente en Mar del Plata". Y le recuerdan que por el contrario sus "adversarios internos" Meoni y Gutiérrez ganaron en sus distritos. Se subraya que estos dos "no querían que el cobismo participe de la interna, pero Katz ganó esa pulseada e hizo que se involucren Moreau y Storani en la pelea contra Ricardo Alfonsín". Se especifica que a Cobos "le habían llevado un paquete en donde ganaban por 60 a 40 y de esa forma las posibilidades presidenciales de Alfonsín quedarían acabadas". Concluye el análisis publicado señalando que las derrotas "y la falta de un armado está haciendo que ahora Cobos piense en Mendoza". Tras las consabidas encuestas retornará "a dar pelea por la gobernación" y ahí se compraría otro problema: Ernesto Sanz también quiere ese destino. Otros, como Coti Nosiglia tratarán de influir para que el senador se avenga a facilitar una salida digna para el ambicioso perdedor. Aunque la pregunta del momento es "¿Qué queda del cobismo?". Y cuando la pregunta se refiere al futuro del operador Daniel Katz apenas se escucha mascullar una maldición que pareciera vincularlo con una lora o algo parecido.
Arriba el subsidio, abajo los aumentos
Está registrado en los sitios de información oficial la suma de lo recibido en calidad de subsidio correspondiente al mes de abril de 2010 por las empresas del transporte urbano de pasajeros en Mar del Plata: se trata de pesos 4.231.015,70. Si la cifra se extrapola al resto del año se concluye que el pródigo 2010 le deparará por este rubro a los empresarios casi unos 50 millones de pesos. El año pasado como saben los concejales y otros devengadores de sueldos oficiales y autorizantes o no de aumentos tarifarios, el subsidio sumó 40 milloncitos, es decir que el generoso año en curso los dotará de un aumento del 25 por ciento. Si los omnibuses recorren la misma cantidad de kilómetros que el año anterior, el aumentito significaría una ganancia adicional de 1 peso con 48 centavos. El valor del kilómetro recorrido el año pasado teniendo en cuenta los datos oficiales fue de 3 pesos con 90 centavos. Sí, acertó, por supuesto que este análisis no emana del despacho de ninguno de los 24 señores concejales y sus respectivas pléyades de asesores.
Hay gente que está a la búsqueda de los datos -gordos pescados negros y flacos salarios blancos y no pocos trabajadores también negros- por los que el SOMU a veces se pone loco ante tanto empresario angelical y merecedor de que el municipio le canjee deudas a 1 por 3.
No es para tanto
Diversos sitios dieron cuenta de un presunto descontento y enojo de gente vinculada al negocio que está enarbolando el prestigio del arquitecto César Pelli porque el intendente Gustavo Pulti no presidió el acto propiciado por el "Lobito" Garciarena para distinguir al ilustre visitante. Parecería exagerado el malestar porque lo recibió y atendió con la deferencia que se merecía el presidente del cuerpo, su colega arquitecto Marcelo Artime, cuya satisfacción y contento se traslucía en sonrisas tan amplias como las del concejal antes citado que ha venido actuando con intenciones a la vista.
Además Pulti ya había cumplido su parte en el despacho principal. Más bien parece un exceso más de los muchos y groseros que se han advertido en las últimas semanas en una evidente campaña destinada a presionar a las autoridades en busca del direccionamiento a favor de capitales foráneos en la elección del proyecto para la Vieja Terminal.