Claudio Valente quedó imputado por seis abusos sexuales
Catorce mujeres, entre las cuales hay cuatro víctimas de abuso sexual, los reconocieron como su atacante. Ya no quedan dudas de que se trata del "violador céntrico".
Claudio Valente (41) fue reconocido ayer por once de las doce mujeres a las que les exhibieron su fotografía en el marco de causas que investiga el fiscal Fernando Castro, una de ellas con un abuso sexual consumado.
"El trámite inicialmente había sido programado para el lunes y martes de la semana próxima pero se decidió adelantarlo. Por suerte, la mayoría de las víctimas pudieron identificar a Valente, el cual ya fue notificado de esas nuevas imputaciones", dijo ayer el fiscal Castro a LA CAPITAL.
De esta manera, Valente, que ya estaba imputado en tres investigaciones por la violación contra cinco mujeres, ahora afronta cargos por un nuevo abuso sexual, un robo automotor agravado y tres tentativas de robo automotor.
En los próximos días las ocho causas en las que Valente está imputado quedarán bajo la órbita de la fiscal María Isabel Sánchez, quien deberá afrontar ya la etapa de acumulación final de pruebas para solicitar la elevación a juicio.
Valente, a quien se lo conoce como el "violador céntrico", está comprometido en los hechos del 17 y 21 de abril, en los que dos parejas de mujeres fueron raptadas y llevadas al sur de la ciudad. Allí tres de ellas fueron abusadas sexualmente con penetración, mientras que la restante fue manoseada. En esas dos investigaciones, se constató que el semen hallado en prendas de vestir de las víctimas pertenecía a Valente.
Dos de esas mujeres lo reconocieron en rueda fotográfica, mientras que las otras dos, ante las abrumadoras pruebas existentes, no fueron sometidas a ese trámite. Además en esas causas, investigadas por los fiscales Mariano Moyano y Fernando Berlingeri, se agregaron como evidencia varios objetos de las víctimas que fueron hallados en la habitación de Valente. También en una de las causas, se encontraron las huellas del imputado en el automóvil en el que raptó a las mujeres.
Además, la fiscal María Isabel Sánchez -que absorberá todo el proceso- aguarda resultados de ADN en su causa, aunque la víctima ya reconoció a Valente como su violador.
Esos tres hechos de violación guardan una estrecha similitud en cuanto a la metodología del autor con uno que investiga Fernando Castro y que ocurrió el 24 de marzo. En ese episodio dos jóvenes fueron raptadas en Jujuy y Avellaneda, conducidas en el automóvil de una de ellas hasta el sur de la ciudad. Luego, entre un camping próximo al Faro y una arboleda, una de ellas fue sometida sexualmente.
Este caso en su momento fue denunciado sólo como un robo automotor pero el fiscal Castro, al advertir que la víctima era una mujer, profundizó la investigación hasta que la convenció a instar la acción por abuso sexual. La mujer aceptó entonces denunciar la violación, un delito que generalmente es mantenido en reserva.
Lo cierto es que en la jornada de ayer las dos mujeres reconocieron a Valente sin dudas, consolidándose la prueba incriminatoria. Pero además esa causa tiene un elemento más que compromete a Valente: las sábanas de la habitación del hostel donde se alojaba pertenecían a la mujer violada. ¿Cómo llegaron allí? Es que en la noche del rapto, la víctima tenía en su automóvil una bolsa con ropa que había retirado de un lavadero. Valente, al que se acusa de haber robado el automóvil tras la violación, se quedó con esas sábanas, las cuales fueron secuestradas en el allanamiento al hostel de Tucumán al 2400.
Castro además convocó hoy a una mujer que eludió el accionar de Valente de forma muy audaz. A fines de marzo la joven estaba a punto de subirse a su automóvil cuando fue interceptada presuntamente por el imputado. Obligada a conducir, la mujer simuló que sus llaves se caían a la calle y en un rápido movimiento saltó del vehículo y lo cerró con el mando a distancia.
El atacante quedó encerrado pero rompió la ventanilla y escapó. Esta maniobra fue vista también por tres amigas de la dueña del automóvil, quienes estaban en una camioneta a poca distancia. Las mujeres reconocieron ayer en fotografía a Valente.
Por último, también ayer participaron del reconocimiento otras víctimas de robo automotor y una joven a la que salvó un vecino. Esta última mujer caminaba por la calle cuando fue "abrazada" por un individuo y obligada a seguir caminando. Pero eso fue advertido por un vecino que a los gritos puso en fuga al atacante. Esa mujer también reconoció a Valente.
Desde el 23 de abril, Valente está preso en la Alcaidía Penitenciara de Batán, donde permanecerá hasta la celebración del juicio oral y público. Con la unificación de las causas solamente se llevará a cabo un juicio en el que Valente podría recibir una pena de 50 años de prisión.
Este individuo se encontraba beneficiado por la libertad asistida, al atravesar el año final de una condena a 11 años y 8 meses de prisión.
La fotografía y el "identikit"
Con el objeto de no perturbar las investigaciones y causar una posible nulidad de pruebas claves, los medios de comunicación responsables evitaron la divulgación del rostro de Valente desde su detención. Ayer, una vez cerradas las últimas causas que tenían como trámite pendiente las ruedas de reconocimiento fotográfico, se autorizó su publicación.
La fotografía que ilustra el artículo principal pertenece al 23 de abril, horas después de que Valente fuera atrapado. Puede apreciarse que la única coincidencia con los dictados de rostro que trascendieron por las redes sociales y algunos medios periodísticos es la "nariz de boxeador". No se trata de una persona "regordeta", ni tiene el pelo corto, ni en su rostro hay cicatrices de acné y otra enfermedad cutánea.
De allí que no queden dudas sobre lo perjudicial de haber divulgado esos dictados de rostro de uso forense, ya que la gente común con esa imagen como única guía halló similitudes en muchas personas pero no en Valente.
De hecho fueron los policías encubiertos que merodeaban el centro de la ciudad y que tenían además de la orientación de esos dibujos otras pruebas, pudieron identificarlo.