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13-04-2014

Cada vez más vecinos se agrupan para combatir la inseguridad

El fenómeno se replica por la mayoría de los barrios de la ciudad* Alarmas comunitarias, sistemas de comunicación por celulares y hasta silbatos son utilizados para evitar un robo o alertar sobre un sospechoso* Los vecinos tratan de cuidarse entre sí para evitar los asaltos.

Preocupados porque los delincuentes asaltaban cada vez con las familias adentro de sus casas, los vecinos del Bosque Peralta Ramos se juntaron y empezaron a dividirse en grupos para estar alertas y así intentar evitar los asaltos. En Las Heras, desde que el comerciante Vicente Pécora (60) murió a fines de 2012 durante un robo, se instalaron alarmas comunitarias para protegerse de los delincuentes.

El fenómeno de estas dos zonas de la ciudad no es aislado y se replica en casi todos los barrios de Mar del Plata: ante la ola de inseguridad, los vecinos deciden estar agrupados para cuidarse de los ladrones.

"Esto comenzó en el 2000 cuando se vivieron picos de inseguridad importante y ahora con las nuevas modalidades delictivas se está viendo otra vez con más ímpetu que los vecinos deciden cuidarse", cuenta Mirta Tarillo, presidenta del Foro Vecinal de Seguridad de General Pueyrredon.

Modos particulares

Cada barrio define su manera de protegerse de los delincuentes. Una de las forma más comunes es organizarse cuadra por cuadra y definir códigos de comunicación para saber cuándo un vecino salió. Por ejemplo, una luz encendida significa que la casa está vacía y que el vecino debe estar más atento para cuidar que no entren delincuentes. "Nos damos cuenta que los representantes de los barrios han vuelto a participar en el Foro de Seguridad para tener más pertenencia. Algunos que se habían ido, ahora regresaron para informarse. Es evidente que hay una preocupación por la inseguridad", afirma Tarillo.

Alarmas comunitarias

Otra manera de protegerse que también es elegida en los barrios es el de las alarmas comunitarias. Este sistema funciona de forma inalámbrica y está compuesto por un equipo central -la bocina- con batería de respaldo y un sensor. La alarma se instala cada 8 o 10 casas y los vecinos que viven más cerca tiene un pulsador inalámbrico o llavero que se puede activar desde adentro o desde afuera de la vivienda. Los especialistas recomiendan activarla para disuadir una situación sospechosa y para alertar ante la inminente posibilidad de que se cometa un delito. Una vez que el vecino apriete el botón se activará una sirena que tiene un radio de alcance de 80 metros a la redonda.

Comunicados

Este sistema se refuerza en los barrios con el intercambio de datos. En cada casa hay un listado con los nombres y teléfonos de los vecinos más cercanos para poder contactarlos ante una urgencia. También se recomienda enseñarle a los chicos cómo debe usarse la alarma comunitaria para el caso que vean algún delito.

"Los vecinos se agrupan cada dos cuadras o cada una manzana. Tratan de saber los horarios cuando llegan a la noche para cuidarse entre sí. En general nos hemos ido juntando entre todos para protegernos", cuenta Dora Hermida, presidente de la sociedad de fomento del Bosque Peralta Ramos.

Desde mediados del año pasado, el barrio comenzó a sufrir la mutación del delito. "Tuvimos un momento de inseguridad muy feo. En el verano siempre el Bosque se tornó un poco más peligroso porque hay turismo y los ladrones aprovechaban para entrar a las casas cuando estaban vacías. Pero ahora ya directamente toman rehenes y ha habido casos bastantes violentos que por suerte no terminaron con muerte", relata la vecinalista.

La tecnología

Ante la inseguridad, los vecinos eligieron diferentes sistemas para cuidarse entre sí. Uno de ellos es el Zello, un programa que se puede bajar para los teléfonos celulares o las computadoras y que sirven para estar comunicados como si tuvieran "Walkie Talkie". Así ante cualquier sospecha enseguida se ponen en contacto para estar alertas.

Otra de las formas que eligen los vecinos para sentirse más seguros es un simple silbato. Cuando ven que en la calle hay un sospechoso, lo hacen sonar y el barrio empieza a intercomunicarse para estar en alerta. Si ven que hay un peligro real, prenden las luces de las casas y tratan de hacer ruido hasta que llegue la policía. La intención es que los delincuentes al ver movimiento en la cuadra desistan de cometer el robo.

"Por el miedo y el no te metás, la gente se había encapsulado detrás de las rejas. Pero hoy vemos hasta en los medios cómo la gente se anima a decir otra vez lo que está sucediendo", explica la presidenta de los Foros de Seguridad sobre el crecimiento de la participación ciudadana ante la inseguridad. Y agrega: "Esto se empezó a ver de nuevo en los últimos meses. La gente está saliendo a decir lo que ocurre y no espera que haya un hecho de inseguridad para contarlo. Los vecinos ahora comentan cuándo están temerosas porque pasan cosas en las esquina de su casa o sienten que a la noche pasan las motos".

Tarillo destaca que es clave que en los barrios haya participación en los foros de seguridad. "Los que no lo están haciendo son los que más problemas tienen. Y los vecinos vienen directamente a pedirnos ayuda. Es muy importante la organización", detalla.

Más seguridad

El recrudecimiento de la inseguridad durante los últimos meses desató que los marplatenses también optaran por nuevas formas privadas de cuidarse. Una de las más novedosas es la custodia para evitar las entraderas. El servicio se contrata en las agencias de seguridad privada y consiste en que el cliente llama a un custodio para que lo vea cuando entra a su casa. De esa manera puede ingresar vigilado.

En los barrios de mayor poder económico de la ciudad, la apuesta para combatir la inseguridad también pasa por tener un vigilador en la cuadra durante todo el día. Se instala una garita en la esquina y desde ahí un custodio cuida la zona.

Ese método se fue ampliando: es común que en barrios de clase media, los vecinos de la cuadra al menos paguen un vigilador nocturno. Por casa de la cuadra se abona aproximadamente 300 pesos para poder contar con el servicio.

En las casas de mayor poder adquisitivo es habitual ver cámaras de seguridad en los principales accesos. Pero no sólo eso: las rejas se multiplicaron y hasta las mascotas están pensadas para protegerse.

En cada barrio de la ciudad y a su manera, los vecinos coinciden: para enfrentar a la inseguridad deben unirse y cuidarse entre sí.