Desde el guardacostas, con los binoculares, uno de los marinos a bordo lo descubre: el jet sky se ha acercado demasiado a los bañistas. Da el alerta por handy y los hombres del gomón salen disparados hacia la costa. Como zorros grises de mar, interceptan al infractor, le piden sus papeles, documentación y registro y, si algo no anda bien, la moto acuática puede terminar secuestrada por la Prefectura Naval en un galpón del puerto de Mar del Plata.

La escena se repitió el verano pasado en la costa. Preocupado por esta situación, el presidente de la Mutual de Guardavidas local, Julio Di Virgilio, salió a pedir que se eliminen las bajadas náuticas en los balnearios y explicó que es incompatible la circulación de motos de agua en espacios donde tradicionalmente hay bañistas.

"Si las cosas siguen como hasta ahora tendremos que lamentar un accidente fatal en cualquier momento", advirtió Di Virgilio. Y enseguida agregó: "Desconozco que haya otra ciudad turística en el mundo que permita el tránsito de vehículos de alta cilindrada en lugares donde la gente disfruta del mar".

Sitios autorizados

Las bajadas náuticas autorizadas en la ciudad están en el Torreón del Monje, Cabo Corrientes (en uno de los extremos de Playa Varese) y en Punta Cantera (playa 0 de Punta Mogotes). Además, existen a lo largo de los 47 kilómetros de costa de Mar del Plata bajadas naturales, lugares desde donde se puede acceder al mar, pero que carecen de habilitación por parte de Prefectura.

Las recomendaciones para los nautas son claras: no navegar cuando la visibilidad es escasa, tampoco en la noche, respetar la cantidad de máxima de personas que puede transportar el vehículo y, especialmente, no navegar a menos de 200 metros de la rompiente para evitar accidentes con los nadadores. Quienes manejan un jet sky o una moto de agua deben contar con el carné de timonel, la documentación al día y matrícula. Cualquier violación a las normas puede derivar en el secuestro de la embarcación.

Año tras año, el tráfico en aguas del Atlántico ha ido intensificándose: se estima que el parque acuático de la ciudad se duplica en la temporada; en consecuencia, también los controles.

El operativo de seguridad en los balnearios que se montará este verano apuntará a mantener un orden legal, pero fundamentalmente a cuidar a todos los turistas, a los que están en la orilla y a los que surcan las olas a todo motor.

Abultada multa

"En estos momentos nos tenemos que hacer cargo de una multa de 100 mil pesos que nos aplicó un juez como responsables solidarios de un accidente ocurrido en Cabo Corrientes en 1996. Por supuesto que nos parece una sanción incoherente, ya que nosotros no tenemos poder de policía", dijo Di Virgilio.

"Mientras tanto los concesionarios desaparecen si surge algún problema; los funcionarios no toman conciencia del peligro; el municipio, que es responsable directo de los permisos, no hace nada, y Prefectura, que debería controlar la actividad, o no cumple con su tarea o no se hace cargo de las consecuencias", apuntó.

Por último, Di Virgilio señaló que "los usuarios de las motos acusan a los surfistas y los molestan porque les interfieren las salidas, cuando en realidad quienes practican este deporte no molestan a nadie y la tienen sumamente clara. Simultáneamente ellos siguen saltando en las olas delante de la gente, como si ignoraran que un golpe a tanta velocidad podría causar la muerte de alguna persona".