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27-10-2011

No hay vacantes en los primeros años de colegios privados

En una consulta de opinión realizada entre referentes de establecimientos de enseñanza privada, se pudo saber que no hay vacantes para acceder a los primeros años y en el resto sólo ingresa no más del 50% de los postulantes.

En Mar del Plata y su zona de influencia hay más de 240 escuelas e institutos privados. De ellos, 60 son de gestión eclesial o católicos. Unos y otros presentan, entre variados aspectos, una similar problemática: la demanda por su nivel de enseñanza, en detrimento de los establecimientos estatales, es tan grande, a pesar de ser pagas, que en su mayoría no cuentan con vacantes, principalmente en los primeros grados de cada ciclo. Igualmente, en los demás años secundarios, grados primarios o salas maternales o de infantes se da la situación que sólo ingresa no más del 50 por ciento de los postulantes.

Los referentes de estos establecimientos y entidades que los nuclean entrevistados por LA CAPITAL coincidieron en destacar que podría ser que la alta demanda en la enseñanza privada tuviera dos motivaciones principales: la calidad de la enseñanza, unida a los medios técnicos y tecnológicos de que disponen estos establecimientos y un ambiente de mayor seguridad tanto externa como interna.

Sin embargo, hubo quienes consideraron que "no es demasiado válido el argumento de que las privadas tengan mejor nivel de docentes, porque parte de su plantel también ejerce en la órbita estatal. No todos cuentan con medios didácticos o tecnológicos y, en cambio, hay escuelas del Estado que sí los poseen".

"En lo que respecta a los temas de seguridad -acotaron-, por ejemplo en lo que tiene que ver con las juntas de los alumnos, los problemas sociales se dan en todos los niveles".

El titular de la Junta Regional de Educación Católica (Jured), padre Silvano, dio una explicación sobre por qué esta predilección por la enseñanza privada, haciendo la salvedad de que "puede ser uno de los motivos, pero no el único". Dijo que "en lo que tiene que ver con nuestros establecimientos católicos, posiblemente pesa el hecho de la educación cristiana que recibe el niño ya desde el jardín, en la que se tienen presentes valores tales como la unión de la familia, la importancia del prójimo y la necesidad de ser solidarios, además de todos los otros propios de nuestra fe".

También, el padre Silvano se refirió a la alta demanda y la insuficiencia de vacantes que presentan las escuelas, destacando que "podemos decir que, año tras año, en la salita de 3 y en los primeros grados de primaria y años de secundaria, generalmente no se producen ingresos de afuera. En el primer caso, por la prioridad de ser hermanos de alumnos que ya están en nuestros institutos. Pero en los de primaria y secundaria porque a ellos acceden los que ingresaron en el jardín y siguen todo el ciclo".

Y agregó que "algunos establecimientos privados, como es el caso de los católicos, reciben un aporte (no un subsidio) del Estado, que generalmente se destina a pagar a parte del plantel docente. Pero todo lo demás, incluso las obras del edificio escolar, es realizado con medios económicos genuinos".

En lo que respecta a la enseñanza privada laica, algunos de los referentes consultados obviaron sus nombres al igual que los institutos a los que pertenecen. Uno de ellos puntualizó que "con el aporte de la cuota que cobramos y teniendo en cuenta el aporte que pueda dar en algunos casos el Estado sólo permite mantener un buen plantel docente y dotar a nuestro alumnado de una biblioteca y otros medios didácticos y tecnológicos. A veces, también, realizar reparaciones. Pero no contamos con los fondos para ampliar nuestras instalaciones".

El problema de los cursos colmados de alumnos en las escuelas privadas y de la falta de vacantes para admitir a otros, tiene también otras miradas, como la del secretario gremial del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), Rodrigo Miguel, quien expuso que "la mayoría de los establecimientos privados está incumpliendo lo que hay legislado sobre el número de alumnos por aula. Eso significa que en vez de 30, como marca la disposición respectiva, tienen cursos de 35 a 40. Esto redunda en un mayor trabajo y a veces en exceso de parte de los docentes, con todas las secuelas que ello implica, en materia de salud física y mental".

Al preguntársele si le hallaba una explicación a la gran demanda que actualmente existe en la enseñanza privada, sostuvo que "posiblemente, se deba a que cuenta en la opinión pública con una mejor imagen que los establecimientos estatales. Por ahí, se considera que es más estable y los alumnos contarán con mejores medios de estudio, lo que no siempre es así. Además, es dable observar que en los establecimientos estatales hay una aguda problemática social y que toca aspectos tan sensibles como el de la seguridad para los que allí concurren".