Estudiaron la relación entre la edad, la personalidad y la forma de manejar
El comportamiento humano es el factor más influyente en el 90% de los accidentes de tránsito. Los investigadores entendieron que las acciones de prevención, educación y acreditación de conductores, no los debe considerar como un grupo homogéneo.
Investigadores del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata, realizaron un estudio sobre los estilos de manejo y su relación con factores socio-demográficos y de personalidad. Los hombres son más propensos a la ira y al riesgo, mientras que las mujeres son más ansiosas y distraídas.
El estado del vehículo, la infraestructura vial y el comportamiento humano, son los tres factores que permiten explicar por qué ocurre un choque de tránsito. De los tres se considera que el comportamiento humano es la causa principal en el 90 % de los casos.
El desempeño de un conductor implica sus habilidades básicas para controlar un automóvil y su estilo de conducción. Este puede definirse como la forma habitual en que una persona conduce un automóvil. Es importante señalar que el estilo de conducción es independiente de las habilidades de cada conductor. Por este motivo, un conductor con mucha destreza puede ser más riesgoso que un conductor novel, en la medida que puede estar más dispuesto a asumir riesgo al conducir. Según un estudio realizado por el psicólogo Dr. Fernando M. Poó, actual becario postdoctoral de Conicet y miembro del grupo de investigación Métodos y Modelos de Investigación en Psicología del Tránsito, se pueden delimitar 5 dimensiones o estilos de conducción: (1) búsqueda de riesgo en la conducción, (2) agresividad-hostilidad en el tránsito (3) disociación e inatención, (4) ansiedad y disgusto por la conducción, y (5) prudencia y cordialidad al conducir.
Del estudio hecho en la ciudad de Mar del Plata, con un turismo constante y superpoblación vehicular, se observo que los estilos se asocian de distinta manera con el historial previo de choques, con el género, la edad y la personalidad de los conductores. En términos generales, se observó que los hombres son más propensos a involucrarse en comportamientos de riesgo y a experimentar irá durante la conducción. Por otro lado, las mujeres experimentan más a menudo sentimientos de ansiedad y disgusto por la conducción, son más propensas a distraerse y a cometer errores debido a esas distracciones. No obstante, las mujeres como grupo informaron ser conductoras más prudentes y cordiales que los hombres.
En cuanto a la edad, se observó que mientras más joven era un conductor mayor era la posibilidad de que fuese un conductor riesgoso o agresivo y menor la posibilidad de que fuese un conductor prudente y cordial.
Con respecto al historial previo de choques, se observaron diferencias según los estilos. Los choques con consecuencias más graves estuvieron asociados a los estilos riesgoso y agresivo. Los conductores riesgosos informaron haber participado en un mayor número de siniestros con daños materiales y lesiones durante los dos últimos años. Para el mismo período de tiempo los conductores agresivos informaron participar en choques con daños materiales. Por otro lado, los conductores disociativos e inatentos informaron participar en choques con daños materiales menores. Por último, los conductores prudentes informaron una menor participación en siniestros viales comparados con los demás estilos.
Según las conclusiones del Dr. Poó, los rasgos de personalidad, en tanto a características individuales relativamente estables, actúan como variables disposicionales para los distintos estilos de conducción, que influirán luego en la posibilidad de participar en incidentes viales. Los resultados indican que no es adecuado considerar a los conductores como un grupo homogéneo. Por lo tanto, la prevención, la educación y la acreditación de conductores deberían partir del conocimiento de estas diferencias para evitar resultados distintos de lo esperado, ya sea ausencia de resultados o resultados negativos.