Restringirán construcciones en barrios emblemáticos para preservar sus estilos
La Municipalidad mantiene en pie la promoción del 30% extra de superficie a inversores inmobiliarios. Pero intentará direccionar los proyectos de obras hacia otras zonas de la ciudad. También se reducirá de 3 a 2 el número de pisos permitidos para viviendas multifamiliares en los barrios a proteger.
El intendente Gustavo Pulti anunció ayer que elevará al Concejo Deliberante una norma que apunta a conservar características edilicias tradicionales e identificatorias de la ciudad, como los chalet de piedra y techos de tejas en barrios emblemáticos, sin perjudicar el crecimiento del sector de la construcción.
En concreto la futura ordenanza renovará el régimen de promoción que gozan desde hace nueve años los inversores inmobiliarios para seguir construyendo viviendas unifamiliares y multifamiliares, pero restringirá puntualmente ese impulso constructivo: trece barrios con estilos tradicionales similares estarán vedados para las empresas de construcción, serán preservados cada uno con su fisonomía.
Pulti hizo el anuncio ayer acompañado por el presidente del HCD Marcelo Artime y por el secretario y subsecretario de Planeamiento municipal, José Luis Castorina y Ricardo Rodríguez, respectivamente.
Los barrios a preservar son Chauvin, San José, La Perla, Nueva Pompeya, Villa Primera, Estación Norte, Bernardino Rivadavia, Plaza Peralta Ramos, Peralta Ramos Oeste, Lomas de Stella Maris, Leandro Alem, el Centro y Playa Grande. "Son sitios donde hay una característica constructiva que identifica a Mar del Plata y que el gobierno municipal desea preservar, tomando las experiencias de otras épocas de la ciudad", enfatizó el jefe comunal.
La promoción para la industria de la construcción data de 2002, cuando golpeaba la crisis, escaseaba la inversión y había que seducir a los constructores. Desde entonces se concedió un 30% extra de superficie a construir a quienes gestionaban permisos, pero esa norma caducó el pasado 31 de diciembre y los empresarios reclamaron su renovación durante meses, para que no se frene el "boom" de esa actividad.
La comuna aceptó el reclamo y negoció arduamente con las cámaras del sector -se sabe que llegó a un consenso con al menos el Centro de Constructores marplatense-, pero impuso restricciones en cuanto a lugares específicos donde no se permitirán alteraciones del paisaje edilicio, a pedido de los vecinos. Aquella libertad para construir en cualquier lugar "no va a correr más", afirmó ayer Pulti.
Según remarcó el intendente, con el nuevo régimen de promoción se busca un "desarrollo armónico y parejo" en pos de conservar las costumbres locales sin perjudicar la expansión del sector constructor, que atraviesa un gran momento de crecimiento.
Paralelamente, el proyecto que ahora debatirán los concejales también establece una revisión de la posibilidad de construir hasta tres pisos en algunos de los barrios a preservar: el máximo ahora será de dos pisos "para proteger la morfología marplatense", continuó Pulti.
"Hemos estalecido una línea de consenso y de trabajo con los sectores de la construcción para convenir la protección de estos espacios y lugares típicos para no volver a tropezar con la misma piedra con la que se tropezó décadas atrás", expresó más adelante el intendente.
En esa búsqueda de consensos también se incluyó al gremiod e la construcción, la Uocra, obviamente interesado en que no decaiga el ritmo de obras privadas alcanzado en los últimos años.
El argumento del gobierno municipal es que se torna imperativo proteger "los chalet típicos en esos lugares" y al mismo tiempo "ir orientando el desarrollo de esta buena etapa de construcción de Mar del Plata hacia otros sitios".
"Sabemos que el impulso económico es importante porque da trabajo y crea progreso. Pero también sabemos que el estado tiene que poner las reglas para que ese crecimiento se oriente hacia el bien común y hacia lo que todos los marplatenses quieren, que es que ese crecimiento no sea avasallante", insistió Pulti.
Redireccionar las obras
Con respecto a los lugares hacia donde se pretende direccionar -y expandir- la actividad privada de la construcción se citó como ejemplo ayer la zona norte, donde, se está encarando la última etapa del emisario submarino, se construyó la autovía a Santa Clara, se está construyendo una bicisenda, y está a punto de adjudicarse el colector Marco Sastre.
Del mismo modo "el sur tiene grandes expectativas de desarrollo", al igual que "nuevas urbanizaciones y barrios que han aparecido y que están menos ligadas a los sectores costeros", dijeron Pulti y Castorina.
Por otro lado, el jefe comunal se encargó de reiterar su pensamiento acerca de la importancia del rol del Estado en la decisión de distribuir la densidad. Expresó su deseo de que sea el gobierno y no el mercado quien evalúe las necesidades y el interés público en torno a esta cuestión. "Nosotros pensamos que el Estado es el depositario de la confianza pública y tiene que poner las normas que protejan un desarrollo armónico tratando de representar el interés mayoritario", recalcó.
Por su parte Castorina aclaró que a través de distintos relevamientos advirtieron "cierta distorsión en torno a los lugares de crecimiento de la ciudad por distintos motivos, ya sean económicos o por comodidad".
De la misma forma, y también a partir de estudios técnicos, el secretario de Planeamiento confirmó que buscarán establecer "determinadas normas generales" y estrategias para expandir las construcciones hacia zonas menos pobladas pero que tienen "perspectivas de desarrollo". "Queremos que la gente siga manteniendo las mismas relaciones barriales que vienen teniendo hasta ahora", concluyó.