La subcoordinadora local del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, Gabriela Salvi, hizo un balance de la encuesta y dijo que el saldo fue "positivo" en Mar del Plata, donde el resultado del sondeo confirmó que viven 616.788 habitantes, un 9,2 por ciento más que hace nueve años.

Ayer, mientras en el Consejo Escolar se terminaban de computar los últimos datos, Salvi estimó que fue censada el 98% de la población. "El censo ha sido un éxito. La gente participó en forma masiva y sólo el 0,72% se negó a contestar el cuestionario", afirmó.

En la ciudad hay 316.144 viviendas, de las cuales 84.967 están deshabitadas y sólo se ocupan en verano. Así, cerca del 27% de las casas permanece cerrada durante casi todo el año. "Además, hubo 23.167 hogares con personas ausentes", dijeron los censistas.

Al dar a conocer las cifras finales de la encuesta, que concluyó el domingo, Salvi reconoció que el número de habitantes generó "sorpresa" pero descartó "cualquier error" en el proceso. "Creo que está en el imaginario colectivo que en Mar del Plata vivían más de 700 mil habitantes. Pero la cifra que arrojó el censo es razonable teniendo en cuenta que la tasa de crecimiento de la población fue del 9,22% en 10 años", señaló.

Por su parte, el intendente Gustavo Pulti admitió que esperaba que el índice poblacional estuviese cercano a los 700 mil habitantes. "Pero nunca pensé que podía rondar el millón", aseguró.

En declaraciones a LU6, explicó que su percepción estaba basada "en la cantidad de alumnos que concurren a los colegios, las personas que se atienden en el sistema público de salud, la cantidad de contribuyentes que pagan las tasas de servicios urbanos y el número de viviendas".

Aunque esperaba una cifra mayor, Pulti aclaró que "la cantidad preliminar que se dio a conocer no me parece que sea un número malo, no encuentro algo negativo". Y agregó: "Por el contrario, hallo la importancia central de contar números objetivos de un censo bien hecho, que permita planificar cosas y establecer estrategias de desarrollo económico y social".

Sierra de los Padres se convirtió en una de las zonas con mayor crecimiento poblacional. En relación al último censo, que fue realizado en 2001, la cantidad de habitantes se duplicó.

La encuesta continuará hasta hoy en algunas localidades porque aún quedan por relevar los datos del 3 por ciento de la población. En el Indec dijeron que miles de personas no pudieron ser censadas debido a diversos inconvenientes, como por ejemplo zonas de muy difícil acceso en regiones alejadas de los centros urbanos.

Por eso, los censistas contratados por el Indec seguirán trabajando durante todo el día para relevar a la gente que no fue encuestada a lo largo y a lo ancho del país. En total, unos 66 mil vecinos se comunicaron a la línea 0800-999-23676 que el Estado puso a disposición para que los ciudadanos evacúen sus dudas y también puedan ser censados.

Así, se prolongará el trabajo de los llamados "censistas de recupero", que salieron a relevar el porcentaje de la población que no había sido alcanzada por la medición del miércoles pasado, según los cálculos oficiales.

Fuentes del Indec comentaron ayer que los datos preliminares se conocerán recién el 17 de diciembre, por lo hasta ese momento no habrá información oficial sobre las encuestas. El 20 de junio de 2011 habrá cifras más detalladas, mientras que el informe definitivo estará listo para el 15 de diciembre del año próximo.

El resultado del censo es fundamental para la asignación de las partidas presupuestarias que recibirá cada provincia y para establecer el número de representantes ante el Congreso de la Nación y las legislaturas provinciales y municipales. Es, también, una herramienta de gran importancia para poder formular, ejecutar y evaluar las políticas sociales.

Por primera vez, el relevamiento tuvo en cuenta a las parejas gays y se volvió a incluir a los afrodescendientes. Además, los datos permitirán armar un mapa de la población aborigen y de la discapacidad en todo el país.

El del miércoles pasado fue el décimo censo nacional. La encuesta responde a una exigencia de la Constitución que prevé que todos los años terminados en cero debe realizarse un nuevo relevamiento de los argentinos. Pero este censo no quedó fuera de los cuestionamientos que pesan sobre el Indec por la supuesta manipulación de las cifras oficiales, en particular los datos sobre inflación.