La altura genera conflictos en el barrio Punta Mogotes
En la actualidad, se permiten edificios de hasta 7 pisos. Un proyecto de ordenanza impulsa que el tope se eleve a 12 pisos. Las quejas de los vecinos no se hicieron esperar.
En Punta Mogotes, la construcción de edificios está generando conflicto. Por un lado, los vecinos -en su mayoría- no quieren torres más altas que las habilitadas en la actualidad, que llegan a los 7 pisos, porque dicen que va en contra de la calidad de vida. Por otro, se propone que la generación de emprendimientos de "12 pisos y algo más" traerá progreso a la zona. La cuestión estalló debido a la presentación de un proyecto de ordenanza -cuyo autor es el edil radical Fernando Rizzi- que autoriza las edificaciones en altura en esa zona.
Así, con la intención de escuchar la opinión de los vecinos, se realizó una reunión en la sede de la Sociedad de Fomento en la que se hicieron presentes los integrantes de la misma, el titular del Colegio de Martilleros de General Pueyrredon, Miguel Donsini; el coordinador técnico del Plan Estratégico Mar del Plata, Pablo Rescia; y el integrante de la ONG "Hábitat y vida", Eduardo Layus, además de comerciantes de la zona. La consigna sobre la que se trabajó fue "¿qué barrio tenemos, qué barrio queremos?".
El proyecto presentado en el Concejo Deliberante local "propone liberar la franja costera de Punta Mogotes, desde Vértiz hasta la calle Castro Barros, para la construcción de edificios en altura", según los vecinos, y cuenta con el visto bueno de la Cámara de Constructores, el Colegio de Martilleros, el Colegio de Arquitectos, y la Uocra, entre otras instituciones. El autor de la iniciativa, Fernando Rizzi, justificó su ausencia en la reunión porque "no está en la ciudad", aunque tampoco respondió a los llamados de este diario.
Los vecinalistas basaron su oposición por considerar que " habría de generar un impacto urbanístico grave en toda la zona, dividiéndola en dos: por un lado la fachada de edificios altos hacia la costa y por el otro un interior ensombrecido, en estado de abandono y con los servicios todavía más resentidos por la mayor demanda que provocarían las nuevas construcciones".
Opiniones
La presidente de la Sociedad de Fomento de Punta Mogotes, Sara Castorina, se manifestó en contra del proyecto debido a que "son 12 pisos y algo más, porque como no se puede construir en el subsuelo, se tienen que sumar los pisos de las cocheras, de la pileta y el quincho", detalló LA CAPITAL.
"Queremos que siga el Código (de reordenamiento territorial) tal como está -dijo-, ya nos parece demasiado 7 pisos. Se puede crecer de otra manera, conservando la calidad de vida, hay muchos lotes. Si no creemos que va a pasar lo mismo que en Playa Grande".
Por su parte, el coordinador técnico del Plan Estratégico Mar del Plata, Pablo Rescia, explicó que el mismo nació en 2001 para "poder establecer políticas de largo plazo, más allá de los políticos de turno".
Específicamente sobre Punta Mogotes, detalló que "se acaba de aprobar un plan de gestión territorial, en función del cual que no es un nuevo código sino un instrumento propositivo, con proyectos para que Mar del Plata crezca. Tenemos que saber lo que queremos".
En ese sentido, advirtió que "pensamos en desarrollar la zona", pero incorporando variables como "la infraestructura y el espacio público, ya que en el barrio tienen una gran calidad ambiental", señaló.
El presidente del Colegio de Martilleros de General Pueyrredon, Miguel Donsini, se reveló como un defensor del proyecto ya que "hay que darle nivel a la zona, recuperar el turismo de élite que perdimos".
"Hace 40 años que tengo oficina inmobiliaria en la zona -manifestó- y 30 años atrás esto era de primerísimo nivel, se ha ido deteriorando y ésta es la mejor zona turística, con los mejores servicios y playas del país".
Asimismo, recalcó que "no estamos hablando de torres de 25 o 50 pisos, sino de 12, y no en todo el barrio sino sólo en el sector costero. Hay muchos lotes y hoy ya nadie, ni por costos o seguridad, se hace un chalet".
En la opinión del martillero, estas construcciones "le devolverán nivel a la zona" y descartó cualquier tipo de problemas con los servicios. "El agua no es problema, no es que por un edificio el vecino se va a quedar sin agua", reseñó.
"Lo más importante -finalizó- es que la construcción da trabajo y el derrame llega a todos lados".
A pesar de los elevados tonos que, por momentos, adquirió la conversación, no llegaron a ningún acuerdo y prometieron reunirse nuevamente dentro de 15 días.