Néstor Otero es el presidente de la empresa que construyó la nueva terminal Ferroautomotora. Pero además fue quien personalmente impulso su concreción en 14 meses. Su objetivo fue contar con la estación en el menor tiempo posible. Esa premura motivo algunos inconvenientes, del que dijo que "soy perfectamente conciente de ellos", pero también de que "de forma consensuada, podemos llegar a intentar soluciones más rápidamente". Así lo expuso en una charla con LA CAPITAL, en la que destacó el esfuerzo económico y financiero que demandó la obra, la experiencia que tienen en la realización de estos emprendimiento y cada uno de los pasos dados desde 2003 hasta su concreción.

Otero se hallaba acompañado del quien estuvo a cargo del proyecto y es director de la obra, el arquitecto Sergio Giberti, y el representante técnico, ingeniero Claudio Lucarelli . De esta forma, se generó el siguiente diálogo:

- Al margen de los antecedentes que ya había al respecto ¿como surge la idea de hacer una estación ferroautomotora?

- Este proyecto nace en 2003, cuando presentamos una iniciativa destinada a la terminal antigua, ante la Dirección Provincial de Transporte. En la conversación surge la posibilidad de hacer la 'multimodal' (ferroviaria y automotor), tal cual se imponía como criterio desde el Estado. Con ese objetivo, resolvemos plantear ante el Ministerio de Planificación, del que depende la Secretaría de Transporte, esta iniciativa, que después se presenta ante todos los organismos oficiales que corresponde. Tras un período de estudio, se acepta nuestra propuesta de construir una nueva terminal para Mar del Plata.

- Entonces ¿cómo fue el proceso hasta que le adjudicaran la obra y la concesión?

- Es decir, presentamos la idea como una "iniciativa privada", con la que se confecciona un proyecto y se llama a licitación, ya que el otorgamiento de la obra no es automático. Tenemos que someternos a un proceso licitatorio en el que se se presenta también otra empresa, que no realiza ninguna oferta, porque a sus directivos les pareció muy alta la cotización, ya que había que efectuar una obra destinada a 20.000 metros cuadrados cubiertos (2 de un total de 8 hectáreas).

Una inversión de 45 millones

- ¿A cuanto ascendía en ese momento la oferta?

- Aproximadamente, 32 millones de pesos. Pero después, se elevó a 36 más el IVA (superaba los 45 millones). El IVA lo vamos a ir recuperando porque tenemos un crédito fiscal, que se va a mantener, pero que se va a ir consumiendo con los años.

- ¿El desistimiento de la otra empresa permitió que le adjudicaran directamente la obra?

- Nosotros quedamos como "iniciadores", pero nos tuvimos que someter al proceso licitatorio en el que se podría haber presentado otra empresa, y llevarse la obra por mejor oferta. Finalmente, quedamos nosotros con la convicción para todos de que hubo total transparencia de procedimientos...

- ¿Con qué organización empresarial se presentaron?

- Primero, nos presentamos con una UTE. Y una vez adjudicada la obra, constituimos la sociedad anónima "Terminal de Mar del Plata". Estoy refiriéndome a lo que pasó entre 2007 y 2008. Nosotros teníamos un plazo para hacer los trabajos que alcanzaba los tres años. Pero logramos abrir y poner en funcionamiento, no con poco esfuerzo, esta Ferroautomotora en 14 meses.

El porqué hubo una demora de dos años

- ¿Cuándo se les adjudicó la obra?

- En 2005. A nosotros nos consideraron como iniciativa privada, iniciadores, y nuestra oferta de "interés público". Una vez que el estado tuvo el proyecto, llamó a licitación y fuimos adjudicados. Pero tuvimos que esperar casi dos años el desalojo de quienes ocupaban el predio de la estación. Además, con el mismo proceso licitatorio, el Estado llamó a licitación para el levantamiento de los ramales ferroviarios, depósitos y la mesa giratoria del ferrocarril. Y a estos dos se les sumaron obras complementarias para liberar el predio.

- ¿Es decir que no pudieron comenzar hasta que se liberara el predio?

- Ciertamente, eso fue lo que demoró que comenzáramos la obra de forma inmediata, ya que disponíamos de los fondos para hacerla. Eso no constituía una traba, como lo fue en anteriores ocasiones que se quiso hacer una obra similar. Llegamos hasta 2008, con el problema más grave de todos los que enfrentamos: las personas que tenían sus viviendas en el predio...

- ¿Y cómo lograron sortear esta cuestión?

- Primero de todo nosotros comprendíamos el derecho de la persona de tener un lugar donde vivir y el inconveniente que le significa irse de allí. Así, se realizaron gestiones, y el Ministerio de Planificación puso el dinero para terminar de construir las viviendas del complejo de la UCIP, que fue el elegido por esta gente para mudarse. Mientras tanto, alquilamos 15 propiedades, en la que vivirán hasta que tengan su casa definitiva. Si no hubiéramos actuado con esta ejecutividad, tendríamos que haber esperado un año más, y recién ahora habríamos estado empezando la obra, cuando les otorguen a estos vecinos su vivienda. Y además constituía un perjuicio económico, porque teníamos que abonar por mes casi 100 mil pesos, en concepto de garantía de obra, 40 mil pesos, y otros 50 mil por seguro de obra. Y lo peor que no podíamos empezar la construcción, lo que hubiera sido un gran desaliento. Además, obra que se atrasa, se encarece.

La parte Automotora y la Ferroviaria

- ¿Qué se hace en 14 meses?

- De octubre de 2008 a diciembre de 2009 hacemos la parte automotora. Y lo que estamos haciendo nosotros es el hall de la ferroviaria, que es lo que nos corresponde. El resto de lo que tiene que ver con el Ferrocarril es del Estado (comprenden 5 andenes y los ramales de vías). Allí no tenemos responsabilidad. Los halles automotor y ferroviario, está la novedad, que se comunican por dentro del edificio.

- ¿Qué injerencia tienen los organismos estatales en la actividad que se desarrolla en la Ferroautomotora?

- Es importante señalar que los organismos estatales deben ejercer los controles que determina su jurisdicción sobre la empresa adjudicataria y sus actividades- que somos nosotros-. Es decir, que si no tenemos la concesión como corresponde, no contamos con limpieza, vigilancia y otros elementos, tendríamos que ser prevenidos y eventualmente sancionados. Pero como contamos con todo en regla, estamos tranquilos. Esta facultad el Estado nunca la debe declinar, y por eso, la aceptamos de esta forma. Además, no es algo nuestro, ya que tenemos la concesión por 30 años, más una renovación de otros 20, siempre que cumplamos con todas nuestras obligaciones, sino se acorta.