"No es exagerado afirmar que en cada barrio de Mar del Plata hay un promedio de 5 a 10 'quioscos' que venden las drogas tradicionales, como la marihuana y la cocaína. Pero en el centro, donde es imposible determinar en cuántos lugares se comercializa, hay una tendencia a las drogas de diseño, como el éxtasis", aseguró el doctor Marcelo Blanco, titular de la Fiscalía de Estupefacientes del Departamento Judicial de Mar del Plata.

Hace un par de años, a poco de asumir su cargo, el mismo funcionario había afirmado que "al menos, existe un 'quiosco' de drogas por barrio".

En tal sentido, Blanco explicó: "Si bien la vez anterior dijimos uno por barrio de promedio, en algunos se registraban un poco más. Pero igualmente comprobamos que ahora se incrementó, por la conveniencia que reporta esta actividad, porque la labor de la Justicia apunta a cercenar a los punteros y pequeños comerciantes, que venden droga al menudeo, y porque no se llega al gran distribuidor, ya que nosotros por Ley no lo podemos hacer. Es tarea de la Justicia Federal. Pero no es culpa de esta jurisdicción, sino de la Ley de Desfederalización que impide realizar una investigación integral que vaya desde el vendedor barrial a quien comanda este pingüe negocio".

De 4 años a 6 meses

A fin de dar una dimensión de la labor que despliega la Fiscalía de Estupefacientes, Blanco expuso que "en 2009, aproximadamente, realizamos 180 allanamientos; en el 95 por ciento de los casos, incautamos droga y se detuvo a 365 personas. "Pero lo interesante del caso -señaló- es que, mientras en la Justicia Federal, una causa de éstas podría demorar hasta llegar a juicio, 3 años, nosotros en 6 meses ya contamos con el fallo condenatorio o absolutorio".

Debe recordarse que el 26 de diciembre de 2005, la provincia de Buenos Aires adhirió a la llamada Ley de Desfederalización de la Droga 26.052. Es decir, los tribunales de esa jurisdicción empezaron a tener competencia sobre casos en los que se registraba, comercialización de estupefacientes, pero al menudeo. De esta forma, se quiso apuntar a desmantelar la red de "quioscos" (así se denomina en esta jerga a las casas donde se pueden adquirir estas sustancias para consumo personal). Y por esta misma norma, le quedó vedado expresamente a la Justicia Provincial continuar con las investigaciones, a fin de detectar a los que introducen la droga en la provincia y en la ciudad, ya que ese rubro quedó en manos de la Justicia Federal. Lo cierto es que esta última sin los datos logrados por la Justicia Provincial, se ve imposibilitada de seguir la cadena, ya que a medida que se asciende en el orden de jerarquías del narcotráfico, los eslabones van tendiendo a hacerse invisibles.

Blanco señaló que "si bien nosotros no podemos realizar tareas de inteligencia (porque no somos una Oficina de Investigación) para así, a partir del vendedor al menudeo, llegar al gran distribuidor, tenemos una percepción de que en Mar del Plata hay empresarios que, utilizando la pantalla de una firma dedicada a un rubro comercial o industrial, participan de las etapas del negocio a las que por ley no podemos acceder. Es decir al almacenamiento, transporte y distribución".

-¿Cuál es la conclusión que extrae después de cuatro años de vigencia de la Ley de Desfederalización de la Droga en la Justicia Provincial?

- Si tenemos en cuenta la cantidad de procedimientos que realizamos, los que superan largamente a los que en su momento realizaba la Justicia Federal, tenemos que resaltar que su resultado es positivo. Pero no es así, porque la venta de droga es cada vez mayor y un número creciente de personas se dedica en Mar del Plata a este negocio. Muchos, antes se dedicaban a robar y ahora encontraron una actividad más rentable y menos peligrosa. Además, en la mayor parte de los casos ni ellos se dedican a la comercialización...

- ¿Cómo es eso?

- Es bien simple de entender. En la mayor parte de los allanamientos que realizamos, los detenidos en primera instancia y hasta dar con el principal, fueron mujeres, muchas jóvenes, y hombres de cierta edad, digamos de un promedio de 60 años o quizás más. La explicación la tenemos en que para lograr cierta impunidad, estas personas, familiares o amigos de "punteros" barriales, son detenidos. Pero como se trata de mujeres con hijos para criar o de personas mayores con enfermedades crónicas no van a la cárcel, sino que se les da, con total lógica, arresto domiciliario. Además, cuentan con un medio de vida que les permite hacer varios cientos de pesos en un día. Con vender 20 dosis de cocaína, hacen 200 pesos en un ratito. También, padres más inescrupulosos ponen a expender droga a sus hijos de 14 ó 15 años.

Sin vinculación

- ¿No sería conveniente que las actuaciones que realizan ustedes sean remitidas a la Justicia Federal para que investigue más arriba?

- En realidad, nosotros no podemos investigar y proceder para otra jurisdicción. Cada una hace su trabajo y dispone de sus propios recursos que, por cierto en una y otra Justicia, son escasos. Toda esta labor nosotros la hacemos con siete personas, que somos los integrantes de esta Fiscalía, que además cuenta con pocos recursos materiales para realizar su tarea. Por eso, volviendo al tema anterior, soy pesimista en cuanto al sentido que tiene nuestra labor, ya que no asesta un daño significativo a este flagelo, sino que a pesar de nuestro trabajo, sigue creciendo.

- ¿Si bien ustedes no investigan a las organizaciones que distribuyen droga, pero tienen la sensación de que están asentadas en la ciudad o vienen de afuera?

- Hay de todo. Los proveedores de los "punteros" barriales consiguen la droga en distintos lados. Sabemos que aquí hay altos financistas y empresarios que todas las semanas traen droga a la ciudad. Se trata de propietarios de industrias o comercios, que usan su negocio legal como pantalla para este otro negocio. Pero nosotros no podemos ser proveedores de datos para la Justicia Federal. La investigación que realizamos está descrita en la Ley, que es muy acotada. No podemos hacer nada fuera de esta disposición. Con esta limitación favorecemos el trabajo del gran traficante, al que nunca se llega porque con los medios y métodos que investigamos nunca llegamos a detectar todos los eslabones de la cadena del narcotráfico.

Precios y lugares

Con el ánimo de desenmascarar lugares públicos donde se realizan los típicos "pasamanos" (entrega subrepticia de droga), el fiscal Blanco expuso que "el listado de sitios puntuales es muy largo. Pero puedo señalar los más conocidos". Y en esa nómina incluyó los siguientes: la fuente de la peatonal; la Rambla Casino y alrededor de donde están los Lobos de Mar; el sector de la peatonal que va de Corrientes a la costa, y casi todas las plazas de la ciudad, pero principalmente las siguientes: Mitre, Pueyrredon, San Martín y Colón.

También, el titular de la Fiscalía de Estupefacientes destacó que "en las zonas de Constitución y Alem, principalmente alrededor de algunos pub y locales nocturnos, y en el interior de estos lugares, más que cocaína y marihuana, se consiguen las denominadas drogas de diseño, que son las metaanfetaminas y, principalmente, el éxtasis".

Blanco añadió que "hoy es muy fácil conseguir droga en Mar del Plata, y a precio no muy alto. Digamos que el consumidor tiene opciones, que van del gramo de cocaína (una dosis o "raviol") que tiene un costo promedio de 10 a 20 pesos, según la calidad y el conocimiento que tenga del producto el cliente; pasando por la marihuana, de la que 10 gramos sirven para confeccionar hasta 5 cigarrillos, tiene un costo de 15 pesos, hasta el éxtasis, que si es nacional, se cobra unos 30 pesos, pero importado de Holanda, el mayor productor del mundo, se eleva a 80 pesos".

Delivery de pizza y droga

"Una de las modalidades de la venta de droga que se observa, principalmente, en el centro de Mar del Plata, es a través de un delivery, en el que se entregan indistintamente, y en el mismo servicio, pizzas, empanadas y estupefacientes", destacó el fiscal Marcelo Blanco.

De tal manera, el funcionario graficó lo difícil que resulta detectar la venta de droga en este sector de la ciudad, ya que la gran cantidad de edificios de departamentos impide ubicar los lugares, al margen de los comercios, donde se venden estas sustancias.

Al respecto, Blanco señaló que "existen tres modalidades de venta de droga por delívery. En todas, se hace a través de un motociclista que va con su vehículo repartidor. Pero puede ser que entregue sólo droga; droga, pizza o empanadas a domicilio o los mismos productos a otro que está en una esquina, y desde allí se lo lleva a un cliente en un departamento o casa".

En 2009, hubo 180 allanamientos y se detuvieron 365 personas

El fiscal Marcelo Blanco brindó algunos números de la labor que se viene desplegando desde la Fiscalía que encabeza. Señaló que en 2009 hubo 180 allanamientos, de los que el 95 por ciento fueron positivos porque se halló droga. Y para dar una precisión mayor, tomó como ejemplo dos meses de este año: "tanto en mayo como en junio de 2009 realizamos un allanamiento cada dos días y detuvimos a dos personas, como mínimo".

Más adelante, se refirió a los procesos iniciados, que llegaron a juicio y obtuvieron sentencia. Al comparar tales resultados con los que se registran en la Justicia Federal, expuso que "cuando estos procedimientos se realizan en esa jurisdicción, hasta llegar a juicio y obtener un fallo, transcurría un promedio de 3 a 4 años. Hoy, en la Justicia Provincial, casos parecidos o iguales demoran no más de 3 meses de instrucción y son elevados a juicio en otros 3 meses, por lo que a los 6 meses ya se cuenta con un fallo condenatorio o absolutorio. Pero estos últimos fueron la excepción, porque en 3 años de vigencia de la Ley, se registraron sólo tres casos, y en uno porque retiré la acusación".