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22-08-2010

Una vida con la historia marplatense

El arquitecto Roberto Cova cumple hoy 80 años. Reconocido historiador marplatense, escribió seis libros y prepara una nueva obra. En 1974 fue miembro fundador del Gabinete de Estudios Históricos Regionales. Hoy se realizará un homenaje en el Teatro Colón.

por Gustavo Visciarelli

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El arquitecto Roberto Cova responde con un gesto vago cuando se le pregunta en qué momento empezó a dedicarse a la investigación histórica. Sin dudas, siente que todas sus vocaciones -la arquitectura, la historia, el dibujo, los viajes- son producto de apasionantes combinaciones ancestrales. Como resultado de todas ellas, su casa está poblada de libros, papeles, cuadros, fotos y reliquias. Los dibujos de su autoría expuestos en las paredes reflejan símbolos familiares mediante imágenes arquitectónicas: la casa de su bisabuela en Chascomús o la calle principal de Somma Lombardo, el pueblo de sus antepasados milaneses. De tanto en tanto, una melodía de campanas recuerda otra de sus pasiones: los relojes antiguos.

"Ya me tapan los papeles y tengo que liquidar cosas. Las estoy liquidando: quemando lo quemable, rompiendo lo rompible, regalando lo regalable. Entonces encuentro cuadernos y cosas mías del pasado. Y revisando papeles viejos veo que hace 20 años yo estaba pensando en este libro que estoy escribiendo, que se llama "Variaciones marplatenses sobre la casa chorizo y otras historias". Y ahí cuento otras cosas que tienen que ver con mis parientes. Lo que más me importa son los inmigrantes. Las casas chorizo las construyeron los inmigrantes, particularmente los italianos. Se trataba de una serie de habitaciones, una tras otra, que daban a una galería. En general tenían puertas intermedias para circular por adentro. En las más modestas, el baño era una categoría metafísica? una letrina que estaba en el fondo. Esta casa es una ampliación de una vieja casa chorizo que hay más atrás y aún se conserva. Fue hecha en 1912 por mi abuela. Yo nací el 23 de agosto de 1930, de esa pared hacia atrás. Acá (señala el living donde transcurre la entrevista) había un jardín".

Cova remonta la historia a las últimas décadas del siglo XIX cuando sus abuelos paternos llegaron desde Somma Lombardo para radicarse en un campo de la zona. "Pero mi abuela -relata Cova- enviudó en 1907 y siendo joven quedó a cargo de cuatro hijos, entre ellos mi papá, que tenía dos años, por lo cual se vino a la ciudad. ¿Por qué? Aquí estaba su hermano Pedro Colombo, un albañil que había llegado a Mar del Plata en 1896 y trabajó con el suizo-italiano Francisco Beltrami que había hecho la capilla de Santa Cecilia y la Municipalidad vieja en 1890".

Pedro Colombo fue quien levantó a pedido de su hermana la "casa chorizo" donde Cova nació y donde sigue viviendo."El hermano de mi abuela, un hombre muy capaz, venía todos los días. Lo conocí muy bien y ejerció mucha influencia en mí, quizás al punto de marcar mi carrera".

Pero en su formación aparece otro inmigrante italiano: Luis Rovelli, el segundo marido de su abuela. "Mi abuelo postizo -relata- era una persona de gran capacidad. Era frentista. Junto con otros lombardos hicieron el Club Mar del Plata, la Estación Terminal y el Asilo Unzué. Los frentes más importantes de la ciudad los hicieron ellos". A partir de ese instante y a lo largo de la charla, Cova llamará a estos hombres "los maestros comacinos", asociándolos con los albañiles de Como -Lombardía- que en el período carolingio forjaron una célebre escuela arquitectónica.

Los dibujos de Cova

Cova reconstruye su otra rama ancestral: los Castagnino, quienes llegaron de Génova en 1853 para establecerse en Chascomús, donde prosperaron realizando tareas rurales. Uno de los hijos de aquella familia -Antonio Castagnino, abuelo de Cova- no siguió los dictados de su ascendencia y luego de formarse en el oficio de la herrería, abandonó su ciudad natal y radicó en Mar del Plata."Mi papá -señala Cova- se casó a los 24 años con una de las hijas de Antonio Castagnino, hermana del genial pintor Juan Carlos Castagnino".

Pero la relación de Cova con el dibujo tiene un antecedente mucho más cercano. "Mi papá era carpintero. Hizo esa mesa, esa biblioteca, hizo los muebles para casarse?era un tipo que sabía. Estudió dibujo por correspondencia. Hoy veo los planos que hacía mi papá y no lo puedo creer. De modo que siempre vi un tablero de dibujo, un compás y una regla T. Hay que saber usar el lápiz para ser buen carpintero".

Ese padre carpintero y dibujante fue quien le mostró a Cova los paisajes de la vieja Mar del Plata. "Todos los domingos a la mañana, salvo que hiciera mucho frío, me sacaba a andar en bicicleta. No quedó calle por ver?yo vi todas las casas, todas las calles. Esa fue mi infancia. Los domingos a la tarde me llevaban al cine. Y en las tardes de verano íbamos a caminar. A veces La Perla, a veces la Rambla, a veces por las rocas de abajo? recuerdo las sensaciones en la Loma?la banda municipal que en verano tocaba en la rambla y en invierno en la Plaza San Martín?me acuerdo de cosas que vi en aquellos momentos. Esos albañiles a quien llamo los maestros comacinos intervinieron en todas las cosas que se hicieron acá. Y siempre me pareció que las personas mayores, los viejos, sabían cosas?y todo lo que evocaban-´¿te acordás cuando hicimos la escalera de tal chalet?´, etc- me llamaba mucho la atención".

Ayer y hoy

Cova asegura que la ciudad actual no le gusta. "Cuando yo era chico -rememora- había pocos edificios altos. Uno era el Club Mar del Plata, con cuatro pisos principales y entrepisos. Y una casa de la calle Corrientes entre Luro y San Martín que tenía cinco pisos, con ascensor, hecha en 1901. Y estaba el hotel Regina donde hoy está la Fonte D`Oro, que tenía como cinco pisos. Todo fue demolido porque en el 50 aparece la Ley de Propiedad Horizontal y se acabó la paz. Ahí vino la especulación. Demolieron todos los chalets de la Loma, construidos con un lujo principesco por arquitectos importados o argentinos que habían estudiado en Europa porque no había arquitectos argentinos, ya que la escuela de arquitectura es de 1901. Se demuele la rambla, se hace el Casino?las cosas cambiaron.

- ¿Cómo se tendría que haber armonizado aquel patrimonio con las necesidades de la vida moderna?

- En Europa no se demuele nada?no se puede porque lo que hay atrae turismo, entonces no les conviene demoler. Se compatibiliza lo que se hace con lo que hay. Quizás tienen que construir afuera porque lo que está no puede tocarse. En cambio aquí se demolió todo lo que había frente a la playa para hacer edificios para que la gente estuviera cerca del mar?.

- ¿Nota algún cambio en el concepto de preservación patrimonial?

- Alguna mejoría, pero siguen demoliendo buenos chalets del 40 para hacer edificios.

- ¿Qué debe tener un historiador, además del método?

- Sentimientos. Se dice que el historiador debe ser neutro, debe ser imparcial, pero debe tener un amor por lo que el hombre hace?tiene que buscar qué hizo el otro?como lo hizo?

- ¿Qué es lo más importante que usted hizo en estos ochenta años?

- Quizás lo más importante que hice fue dar lecciones en el Colegio Industrial y en el Colegio Tavelli durante 25 años. Las cosas que yo les dije a los chicos no se consiguen en ninguna parte, salen de acá adentro, es toda mi experiencia.

Homenaje en el Colón

Organizado por el Gabinete de Estudios Históricos Regionales tendrá lugar hoy a las18.00 horas, en el Teatro Colón -Hipólito Yrigoyen 1657- la celebración de los 80 años del arquitecto e historiador Roberto Cova.

La entrada es libre y gratuita y el propósito de los organizadores es que toda la comunidad participe de esta celebración para renovar el compromiso de defender el patrimonio cultural y arquitectónico de la ciudad y su crecimiento urbanísticamente equilibrado.