"Eramos pibes y decíamos: pase lo que pase vamos a llegar"
Charly García, con 16 años, tocaba en la casa de verano del barrio de Punta Mogotes de los padres de Nito. El dúo se lucía ante amigos y vecinos. Años más tarde nacería Sui Generis a cuadras del mar. Los recuerdos de Charly y las confesiones de Nito, con padre marplatense, ante LA CAPITAL.
por Marcelo Pasetti
Tanto Charly García como Nito Mestre están estrechamente ligados a Mar del Plata, más allá de que haya sido aquí donde tocó por primera vez Sui Generis, lo que será recordado hoy con la instalación de una escultura en la esquina de Rivadavia y Santa Fe.
Ya en un reportaje realizado a Charly García hace cinco años por LA CAPITAL, el genial músico, al margen de contar la historia del nacimiento de Sui Generis admitía que Mar del Plata era un "pedazo bastante importante de mi infancia. Significa una carpa en la Bristol, haber descubierto la citarina, que fue el primer instrumento que toqué, un choque con los autitos de la Plaza Colón, mi tío Chucho el pintor, un abuelo que no conocía que parece que tenía algo que ver con el Torreón, Nito, Punta Mogotes...".
Y después sorprendía con una declaración "made in Charly", mientras desde un ventanal del Hermitage -donde alguna vez tocó con Sandro- observaba a los turistas en la playa. "Una vez estábamos en un restaurante con María Rosa Yorio y pedimos la entrada. Y como ya con la entrada estábamos satisfechos, pum, nos fuimos sin pagar. Corríamos y había un cubo con tierra, una construcción o algo así, y saltamos, rajamos y zafamos".
Nito Mestre, en tanto, es casi marplatense y tiene muy preciso el recuerdo de los primeros recitales de Sui Generis. En diálogo con LA CAPITAL recordó que "todo nació en el Teatro de la Comedia. El dueño era Gregorio Nachman. Nosotros estábamos tocando con una banda en el colegio, que era de seis integrantes y después pasó a ser de cuatro. Siempre con Charly. El baterista y el bajista cambiaban a menudo. Cuando vinimos a Mar del Plata lo hicimos con un baterista, que luego fue mi baterista en Los Desconocidos de Siempre, y un bajista, Rolando Portich, que ahora es juez. Al poquísimo tiempo de estar tocando en el Teatro de la Comedia, nosotros mismos con Charly salíamos a repartir los volantes".
Y continúa. "Hacíamos la secuencia de Rivadavia hasta el mar, dábamos la vuelta, volvíamos por Havanna, San Martín, hasta San Luis y toda la vuelta. A veces ampliábamos hasta Luro, pero no pasaba nada. Eramos soporte en un teatro chico, no más de 150 personas, y como no pasaba nada, el bajista, Rolando, dijo que se iba, que prefería irse de vacaciones con su familia a Córdoba. Nos queríamos morir. Teníamos banda propia, nos sentíamos los Rolling Stones y estaba eso de que uno se va del grupo con los pies para adelante... Pero se fue igual. Con Charly entonces nos reunimos en la casa del baterista Paco Pratti, que por suerte nos fue leal, pero Francisco no cantaba y lo queríamos hacer cantar. Porque un piano, una guitarra acústica y una batería no encajan ni a palos. No dio, y con Charly dijimos, bueno, salgamos como dúo. Y la noche en que íbamos a debutar como dúo, aunque pareciera un chiste, empezaba en el ciclo Pedro y Pablo que acababan de ganar un concurso con La Marcha de la Bronca. O sea, teníamos que compartir con un dúo que acababa de ganar un premio".
El testimonio histórico de Nito abunda en más precisiones.
"Dijimos que sea lo que Dios quiera. Y nos fue bárbaro. A partir de esa noche nos fue muy bien en ese teatro. Ese día específico nació Sui Generis como dúo en Mar del Plata. Ahí se fundamentó incluso algo que era un dúo".
¿Cuales fueron los primeras temas tocados? Nito Mestre confiesa ante LA CAPITAL que "Quizás porque", casi seguro, "Te recuerdo invierno", "Cuando comenzamos a nacer" casi seguro, porque "Canción para mi muerte" fue al año siguiente cuando le tocó la colimba a Charly".
De la salita de Nachman, los Sui Generis saltaron al teatro Diagonal y luego al Atlas. "Nosotros llegamos allí por Pierre Bayona, que era el que manejaba nuestras cosas. Bah, lo que había...Manejaba los sándwiches de jamón y queso y los volantes, que era lo que había", consigna y agrega que "seguimos con nuestra rutina de hacer la publicidad en la calle. Y nos divertíamos mucho. Salíamos con la oculta misión secundaria o primaria de conocer alguna niña".
"Vengan ahora que no somos conocidos"
- ¿Y ganaban mujeres con la música?
- Sí, siempre. Por suerte sí. En su medida. Subía el rating y subían las mujeres. A veces nos dividíamos vereda con vereda y con Charly íbamos cerca por las dudas. Y parábamos a las chicas. Y el verso que yo hacía, me acuerdo, era "vengan a vernos ahora que no somos conocidos que después se van a arrepentir".
- ¿Siempre confiaste en que llegarían?
- Sí, sin dudas. Cuando conocí a Charly, dije (no me pongo el título de haber sido el primero) este tipo es un genio.
Nos hicimos amigos, éramos como chanchos. Durante la escuela iba a dormir a su casa dos o tres veces por semana. Para cantar, o ir al cine, al Lorca, al Arte... Recitales no había tantos. Ibamos a los de Almendra, Los Gatos, Manal y los primeros de la Pesada del rock and roll. Charly estudió música clásica, y mi viejo era violinista, por lo que mamé música clásica toda mi vida, y teníamos una concepcion de la música un poco distinta del común. Nos llevábamos muy bien por eso. Más adelante, cuando empezamos a cantar, yo pensaba no sé cuándo va a pasar, pero va a pasar seguro. Yo tenía una fe ciega. Entre los dos se armaba esa cosa de decir pase lo que pase vamos a llegar, pese a todo.
Nito es casi marplatense. Y así se siente. Toda la familia de su padre era de Mar del Plata. "Mi abuela conoció a mi abuelo y se casaron en Mar del Plata. Mi abuelo José era catalán, obviamente Mestre, y puso la panadería El Puerto.
Tuvieron un hijo, mi padre, que estudió violín en Mar del Plata. Mi viejo hizo la primaria y la secundaria en el Nacional. de Mar del Plata. Después se fue a estudiar Medicina a Buenos Aries. Todos mis primos, los Fantini, los Zunzunegui y los Domenech, todos eran de Mar del Plata. De la primerísima época de la ciudad. Esos son todos primos míos. Y mi hermano vive en Mar del Plata".
- ¿Y tus padres, ya casados, compraron una casa en Mar del Plata?
- Yo vine a Mar del Plata desde antes de nacer. Mi madre era lituana, criada en Dinamarca. Vino a los 16 años a la Argentina y conoció a mi padre acá. A mi madre le encantaba el mar. Venían con su Chevrolet 47 a Mar del Plata, por esa ruta 2, cuando podían. A mi madre le encantó Mar del Plata. De hecho se casaron acá. No nací de casualidad en Mar del Plata, Si hubiese sido en diciembre, enero, febrero o marzo era marplatense seguro. Te abrevio. Compraron un lote en el barrio Peralta Ramos y al final se hicieron la casita que visité desde siempre. Toda mi infancia, y te diría hasta los veintipico de años venía a Mar del Plata, desde el 15 de diciembre hasta marzo. La pasaba maravillosamente. Obviamente venía Charly. En esa casa tuvimos los ensayos de Porsuigieco.
- ¿Ya tocaban juntos en esa casa?
- Hacíamos las fiestas típicas. Traían sándwiches y bebidas, y en esas fiestas tocábamos con Charly, en dúo. También íbamos a las casas de los vecinos y amigos del barrio.
Teníamos 16 o 17 años. Uno de los vecinos tenía un Geloso y nos grabó nuestras primeras canciones. Y están. Charly las tiene y yo las tengo en un disco rígido. Una se llamaba "Te recuerdo invierno", y otra era una canción que se llamaba "Te daré algunas cosas". Ah, había otro tema que era "Monoblock", compuesto por Charly con Piegari que era compañero mío de la primaria, que había estado en Sui pero que dejó en el mismo colegio. Se fue a España. Los principios eran extraños. Decirles a los viejos que salíamos a tocar y que nos dejaran...Los padres de Charly no tenían historia. Mi madre me veía contento y nunca me hizo la contra. Habrá sufrido un poquito. Pero los padres de Piegari no aceptaron. El compuso "Natalio Ruiz" . En Mar del Plata hay gran parte de mi vida, y acá en definitiva nació Sui Generis.
Aquellos primeros golpes en las discográficas...
"Cuando recién arrancamos hubo un par de chances de grabar un disco. Ibamos a los sellos discográficos, con Charly y la guitarrita, y nos decían cualquier barbaridad. Por ejemplo, que editarían los discos en Japón, porque convenía entrar primero desde el exterior...En realidad querían que nos dedicáramos a limpiarles la oficina. Y nos tenían como esclavos, tipo che pibe. En Philips fue la más graciosa de todos. Nos atiende un productor, que tenía los pies arriba de la mesa, y nos dice "pibes a ver canten". Nosotros teníamos toda una rutina armadita. "Cuando comenzamos a nacer", "Quizás por qué", "Amigo vuelve a casa pronto" y "Necesito" o "Mariel". Por ahí andarían...
Y el tipo nos dice mañana van a firmar. Y nos advierte: les aviso que cuando vengan los remises (no había limusinas) y las admiradoras tendremos que contratar guardaespaldas. Nos contó una historia buenísima, de fama, de grandeza, de éxitos.Quedamos fascinados..."
"Volvimos al otro día, a la misma oficina, y nos atiende un tipo que nos dice sí, yo soy el productor. Pero no era el mismo tipo que el del día anterior. El que nos había atendido el día anterior era el personal de limpieza, que nos tomó el pelo hasta cansarse".
Twitter: @marcelopasetti