Con la llegada de realidad virtual, "se disolverá la comunión mística del cine"
Catedrático y teórico de los medios de comunicación, Roman Gubern es miembro del jurado de la competencia internacional del Festival Internacional de Cine. Habló ayer de las nuevas tecnologías y del cine que vendrá.
Para el catedrático español Roman Gubern, el cine de los próximos años incorporará a la realidad virtual como espectáculo masivo, un hecho que, a su juicio, transformará el modo de ver cine y la condición del espectador tal como se desarrolla en la actualidad.
Con su tono ameno y un riquísimo anecdotario -sólo con sus anécdotas podría elaborar su libro número cuarenta y tres-, el profesor y catedrático que es autor de libros como "El eros electrónico" y "Patologías de las imagen", entre otros, habló ayer sobre las nuevas tecnologías, en una charla que se desarrolló en el teatro Provincial, dentro de las actividades especiales del Festival Internacional de Cine.
La imagen digital, el e-book, la realidad virtual, internet, el cine en tres dimensisones, "la cultura del dormitorio" que llevan a cabo los adolescentes, el chat, la televisión y hasta el cine y la memoria formaron parte de su disertación, que guió la docente Stella Maris Poggian.
A los presentes, en su mayoría estudiantes de cine de diversas universidades argentinas, les pidió no ser "tecnófobos" y recordó una frase del también teórico cultural Paul Virilio: "Se progresa detectando los efectos perniciosos de las nuevas tecnologías".
Aunque el cine en tres dimensiones es una novedad que recién desembarca en Argentina, Gubern vaticinó ayer que los ingenieros de Hollywood trabajan para perfeccionar el sistema de realidad virtual y aplicarla como espectáculo masivo, en las salas de cine.
"En Hollywood siempre están pensando en qué hay que hacer para sacarle los dineros a la gente, porque internet ha modificado el paisaje cultural, el consumo cultural", contextualizó el teórico.
En este sentido, indicó que los espectadores de una película realizada bajo el formato de realidad virtual no tendrán gafas -anteojos- sino un casco en sus cabezas con el que podrán meterse en esta otra realidad paralela.
"En el cine tradicional el espectador está en su butaca pasivamente, gozando de un espectáculo ajeno, pero en la realidad virtual cada uno entra en el ciberespacio a vivir entre comillas una aventura ignota en un espacio tridimensional virtual. Y aquí interviene la tiranía del hipertexto: un espectador va para un lado, yo voy para otro, ya no compartiremos una experiencia común".
Según su visión, este sistema transformará el modo de ver cine. "Esa misa maravillosa que es el cine, donde estamos todos juntos compatiendo esa comunión mística de la imagen en la pantalla se disuelve", dijo y aclaró que el espectador dejará esa condición para convertirse en espectador-operador-actor, "ya no solo espectador".
En este contexto, se preguntó si el público será capaz de soportar en carne propia las elipsis, es decir, los saltos temporales que tiene toda historia.
"Las industrias del entretenimiento están diseñando nuevas estrategias, la batalla se está librando en el campo del entretenimiento y en el campo militar, dos campos convergentes. Esas son las dos puntas de lanza de la industria de la imagen", apuntó.
La llegada de lo digital
Tras recordar a su amigo y director de cine español Luis García Berlanga, recientemente fallecido y por cuya amistad llegó a ser jurado de un festival de cine sadomasoquista, el profesor Gubern señaló que la llegada de la imagen digital significó un acercamiento a las cualidades de la pintura.
"La producción de imagen a través de las tecnologías ha adquirido la habilidad y la flexibilidad de la pintura, el pintor puede pintar lo más inverosímil, lo más fantástico, pues bien la imagen que antes estaba sujeta a la esclavitud de lo real, de lo visible, ha adquirido la flexibilidad propia de la imagen pictórica, pero con rasgos muy relevantes de comparecer frente al público como una imagen autentificadora", indicó.
"Podemos mentir ocultando que la imagen miente, el cineasta se ha hecho pintor", agregó.
Un punto de inflexión -historió- fue la aparición de la película "Jurassic park", en 1993, dirigida por Steven Spielberg. "Ahí es donde nace la hiperimagen, que son collages o injertos de imágenes de naturaleza distintas, imágenes analógicas con imágenes digitales. En el caso de Spielberg, la imagen analógica de los actores coexistió con la imagen digital de los dinosaurios. Fue una película fundacional", dijo.
Y agregó que "la película habla de la dificultad de recrear la imagen de los dinosaurios: de hecho la tercera parte del costo de la película se fue en crear esos dinosaurios que nunca existieron".
Dentro de lo que llamó "la maldición de lo digital", Gubern colocó a los efectos especiales desvinculados del contenido. "Esto de que la gente vuele y aparezcan dragones, eso no tiene interés porque lo que interesa a la gente es conocer las motivaciones de los personajes, identificarse con ellos y vivir sus peripecias, pero el puro acrobatismo de la gente que salta y se transforma, eso no tiene interés. Y una parte del cine de Hollywood fue por ese lado".
Máquinas humanas
También recordó a Marshall MacLuhan, intelectual canadiense famoso por haber acuñado la frase "la aldea global" varias décadas antes de que apareciera internet. "La teoría central de McLuhan era que los medios (de comunicación) eran extensiones del hombre: él decía que la televisión era la extensión del ojo, que la radio una extensión del oído".
Gubern fue un paso más allá en este concepto y habló de la delegación de facultades humanas que, ahora, le son propias a las máquinas: "Las nuevas tecnologías han dado un salto cualitativo, porque las tecnologías actuales ya no son extensiones del hombre, son delegaciones de facultades. La cámara de vigilancia autoprogramada para disparar el agua cuando sale el fuego ya no es extensión sino una delegación de facultades del hombre, lo mismo que la mal llamada bomba inteligente. Delegar funciones humanas en aparatos puede ser catastrófico. De esto ya dio cuenta la ciencia ficción".
A sus 76 años y con un total de cuarenta y dos libros escritos "más o menos", dijo, Gubern contó que es la tercera vez que pisa Mar del Plata. Ya lo hizo en 2005, cuando -como ahora- fue parte del jurado del Festival de Cine y con anterioridad visitó la ciudad como conferencista.
"Soy interdisciplinario -indicó sobre su método de trabajo-. Picoteo de todos lados, un poco del psicoanálisis, un poco de la semiótica y me interesan los animales, se aprende mucho de la naturaleza".