Murió Jorge Raúl Belloti el último "play boy" argentino
Empresario, coleccionista y personaje ciudadano, "Tornillo" fue admirador de la pintura y el cine. Pablo Picasso, Juan Carlos Castagnino y Leopoldo Torres Nilson fueron algunos de sus amigos.
Dicen que desayunaba con Chandón y que cuando en Mar del Plata comenzaba a hacer frío, hacía las valijas y rumbeaba para Europa. Siempre estaba bien acompañado pero nunca se quiso casar -"para no dividir el patrimonio", decía en broma-, aunque sus amigos sospechaban que lo que no quería era perder su bienamada libertad.
Jorge Raúl Belloti (más conocido como "Tornillo"), fue el "último playboy" de la Argentina. Murió ayer en Mar del Plata, la ciudad donde había nacido hace tantos años que no los quería confesar -sus amigos dicen que fue coqueto toda la vida- y donde habían nacido sus padres -Juan Bellotti y Ofelia Belli-, y su abuela.
La ciudad donde sus padres habían fundado la fábrica de dulce de leche que nos representa como un símbolo: "Chimbote" y que el mismo "Tornillo" hacía cuando tenía ganas de meterse en la fábrica, con orgullo de artesano.
Empresario exitoso, en la vida también lo fue. Como jugador de rugby del Pueyrredón Rugby Club, allá en su lejana juventud, como golfista del Golf Club Mar del Plata y como criador de caballos de carrera, donde logró destacarse con excelentes ejemplares, recorriendo los principales hipódromos de Estados Unidos y Europa. Además, fue propietario de la caballeriza JJB, nombre que le dio en homenaje a su padre.
Pero donde puso enorme pasión, fue en los cuadros. Coleccionista, marchant, supo ser también amigo personal de los plásticos Juan Carlos Castagnino, Juan Otero y Oscar Vas. Y en Europa, de Pablo Picasso, con quien veraneaba en la Costa Azul y compartía horas en su atelier.
Su vida social fue más que activa y sus amigos relatan que se inició en el Primer Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, donde con Atilio Mentasti logró ingresar al mágico mundo del celuloide y del glamour. Así es que desde ese Festival y durante largos años en los festivales siguientes, en Mar del Plata y en el resto del mundo, "Tornillo" se paseó del brazo de las más lindas mujeres. Hasta dicen que llegó a conquistar el corazón de la princesa de Mónaco, Carolina, en una de sus tantas visitas al mítico Casino, de paso hacia un Festival de Cine en Cannes.
Diez años seguidos pasó las temporadas veraniegas en Capri, desde 1956 hasta 1966. "Después migró para la Costa del Sol, para Marbella", rememora el abogado Héctor "Goly" Ruso, su amigo de toda la vida, con quien "Tornillo" compartió "calavereadas", "hasta que me casé", confiesa.
"Fue amigo de Leopoldo Torre Nilson, de Beatriz Guido, de Mirtha Legrand y Daniel Tinayre. Fue un personaje de la noche, tenía dinero y le gustaba gastarlo y compartirlo. Era, lo que se dice -concluye "Goly"-, un "ganador".