CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
23-11-2012

Protesta y violencia en Egipto

Hubo marchas a favor y en contra de Momahed Mursi. El presidente, decreto mediante, tendrá poder por sobre la Justicia. Ordenó no disolver la Asamblea Constituyente.

EL CAIRO, Egipto.- Opositores y oficialistas se enfrentaron ayer duramente en varios puntos de Egipto durante marchas a favor y en contra de nuevos poderes que se otorgó ayer a sí mismo el presidente Mohamed Mursi, quien defendió su decisión y dijo que no dudará en usar sus potestades si ve al país en riesgo.

En medio de una creciente polarización en el estratégico Egipto, opositores incendiaron sedes del brazo político de los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi, en ciudades del canal de Suez y en la norteña Alejandría, donde decenas de personas resultaron heridas en choques entre partidarios y detractores del mandatario.

La información fue dada por la TV estatal egipcia, que agregó que también hubo enfrentamientos a golpes en ciudades del Sur.

Decenas de miles de personas se congregaron asimismo en la emblemática plaza Tahrir de El Cairo para protestar pacíficamente contra Mursi, mientras que cientos de seguidores del mandatario le manifestaron su apoyo frente al Palacio Presidencial, a varios kilómetros de distancia de la plaza.

Por medio de un decreto, Mursi se puso el jueves por encima del Poder Judicial y dispuso que ningún tribunal ni otra autoridad pueden disolver la polémica Asamblea Constituyente que debe redactar la nueva Carta Magna del país para reemplazar el texto que rige provisoriamente desde la caída de su antecesor, Hosni Mubarak.

Los miembros cristianos y progresistas de la Asamblea renunciaron al órgano días atrás denunciando un "secuestro" del panel por parte de los Hermanos Musulmanes y su intención de querer sacar adelante una Constitución que imponga estrictas prácticas islámicas y restrinja libertades individuales.

El líder egipcio también decretó que todas las decisiones que haya tomado desde que asumió, en junio, hasta que se adopte la próxima Constitución y se elija un nuevo Parlamento -en el segundo trimestre del año próximo-, no estarán sujetas a ninguna apelación ante la Justicia o ante otra autoridad.

Opositores acusaron al mandatario de haberse proclamado "faraón" y dijeron que sus decisiones lo igualan a Mubarak, cuya gestión autocrática desató una revuelta que lo derrocó. Los detractores de Mursi dijeron que está traicionando el espíritu de apertura democrática que infundió la revolución contra el antiguo régimen.

Mursi salió ayer al balcón de su Palacio Presidencial y se dirigió a sus partidarios, ante los cuales dijo que no tiene intención de apelar a los poderes excepcionales que se otorgó, pero que lo hará si ve el país en peligro y que su objetivo es conseguir "la estabilidad política, social y económica" del país.

La controvertida decisión provocó ayer también su primera víctima política, el asesor presidencial de Asuntos para el Cambio Democrático, el intelectual copto (cristiano) Samir Morqos.

"He decidido dejar el cargo porque el presidente y los funcionarios presidenciales no me informaron sobre estos decretos antes de anunciarlos. Supe de ellos por la televisión", se lamentó Morqos en declaraciones a la edición online del diario estatal Al Ahram, según informó la agencia de noticias DPA.

En Alejandría, opositores y oficialistas se enfrentaron con piedras cerca de una mezquita, y un grupo de opositores prendió fuego a la sede del Partido Libertad y Justicia (PLJ), la formación política del movimiento islamista Hermanos Musulmanes, por la cual Mursi se candidateó a presidente.

La TV estatal dijo que también fueron prendidas fuego sedes del PLJ en las ciudades de Suez, Puerto Said e Ismailía, sobre el Canal de Suez, y que también se registraron enfrentamientos a puños en la sureña ciudad de Assiut.

En El Cairo, al grito de "¡Andate, andate!", cientos de personas se manifestaron contra el mandatario en la plaza Tahrir, epicentro de la revuelta del año pasado contra el anterior gobierno.

"íMursi es Mubarak, revolución por todos lados!, cantaron los manifestantes, informó la cadena de noticias CNN.

A varios kilómetros de distancia, miembros de los Hermanos Musulmanes se congregaron frente al Palacio Presidencial para respaldar a Mursi.

"El pueblo apoya los decretos del presidente", cantaron, con sus puños en alto.

Mursi no sólo ejerce el Poder Ejecutivo, ya que también detenta la autoridad legislativa desde que un fallo judicial anterior a su asunción, el 30 de junio, disolvió la cámara baja del Parlamento, dominada por los Hermanos Musulmanes.

Con el control de dos de los poderes del Estado, el mandatario había tenido frecuentes choques con el tercero, el Judicial, en los últimos meses.

En su discurso ante sus seguidores frente al Palacio Presidencial, Mursi acusó a "quienes se esconden detrás de los jueces" por querer hacer descarrilar la transición a la democracia, informó la agencia de noticias EFE.

"No me gusta ni quiero utilizar procedimientos excepcionales, pero si veo que mi país está en peligro lo haré, porque es mi deber", señaló, al tiempo que aseguró que tiende la mano a la "oposición real".

También el jueves, Mursi decidió de un plumazo jubilar al fiscal general del Estado, que en los últimos meses había cuestionado sus decisiones en varias ocasiones. El ex procurador Abdel Megid Mahmud fue reemplazado por Talaat Ibrahim.