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18-12-2014

Llegó a su término la demolición parcial del ex hotel Hurlingham

La planta baja quedó en pie para intentar garantizar la preservación de los indicadores de construcción originales que en su momento permitieron la ocupación total del terreno. Teniendo en cuenta la zona, puede llegar a levantarse una edificación de hasta 7 pisos.

Del edificio en el que durante varias décadas funcionó el emblemático hotel Hurlingham -en la manzana delimitada por el Boulevard Marítimo y las calles Carlos Pellegrini, Gascón y Bernardo de Irigoyen- solamente quedó en pie la planta baja ya que el resto de la construcción, que desde hace tiempo estaba abandonada, fue demolido (las tareas concluyeron el sábado pasado pero recién ayer se retiraron las últimas maquinarias que trabajaron en el lugar).

Acerca de la labor que se realizó, el secretario de Planeamiento Urbano de la Municipalidad, José Luis Castorina, dijo a este medio que "si bien faltan algunos temas muy puntuales de limpieza y de impermeabilización de las medianeras de las construcciones que lindan con los vecinos (en la víspera se trabajó en tal sentido) a la demolición en sí, que se llevó a cabo por decisión de Facundo Muñoz, el dueño de la propiedad, la podemos considerar como terminada. Era una construcción que además de atentar contra la estética del lugar, representaba un riesgo ya que en la estructura del edificio, que permaneció cerrado y sin mantenimiento durante muchos años, a causa de la corrosión podían visualizarse importantes deterioros que tornaban muy complicada y costosa su eventual recuperación", afirmó.

Luego de aclarar que "una vez que el Municipio accedió al informe de un profesional, relacionado con la estabilidad del edificio, se autorizó su demolición parcial", al ser consultado sobre los motivos por los cuales se preservó la planta baja Castorina sostuvo que "hasta ahora no hay ningún proyecto presentado; como el hotel ocupaba el 100% del predio y teniendo en cuenta que actualmente rige una ley provincial que obliga a dejar libre una superficie del 40%, si lo demolían todo iban a tener que ajustarse a esa norma; como ese porcentaje quedó en pie, el día que se presente alguna iniciativa seguramente van a solicitar el mantenimiento de los indicadores de ocupación que tuvo antes", señaló. Tras comentar que "para retirar el escombro van a dejar que transcurra el verano", expresó que "por lo que nos dijeron, una vez que finalice el período estival tienen previsto presentar una propuesta; como se trata de un terreno ubicado en una zona R3, que es de media densidad, puede llegar a levantarse una edificación de hasta 7 pisos de altura. No hay dudas de que se trata de un lugar privilegiado, ubicado en la parte central de la bahía Varese, desde donde, hacia el norte, se tiene una de las mejores vistas de la costa marplatense; por otro lado, está reparado de los vientos del sur y no tiene problemas con el cono de sombra que pueda proyectar ya que daría contra Cabo Corrientes", concluyó.-

Hablan vecinos

A raíz de que la parte posterior del hotel daba por la calle Gascón (al 300), mientras el mismo se mantuvo en pie representó un obstáculo para que, desde las casas y el edificio que hay en esa cuadra, pudiera verse el mar. De allí que una gran mayoría de los vecinos vieron con buenos ojos la demolición de un edificio que, además de obstruirles esa vista panorámica, teniendo en cuenta el estado de abandono en que se encontraba, era como una "mancha" para la ciudad. Anabella Reinoso, habitante de una de las casas que hay en la cuadra (lindaba con el ex hotel), dijo a este medio que "si bien en su momento el Hurlingham fue un establecimiento de gran categoría, para contemplar la posibilidad de reabrirlo era necesario hacer una gran inversión, lo cual fue descartado; en las condiciones en que se encontraba, no hay dudas de que afeaba este sector de la costa marplatense; esperemos que en el futuro hagan algo que valga la pena, acorde con le jerarquía del lugar", afirmó.

Mabel Hernández, que vive en una casa ubicada en la intersección de Gascón y Bernardo de Irigoyen, lamentó la polución ambiental que provocó la reciente demolición. "Desde hace más de un mes vuela tanto polvillo que me veo obligada a vivir encerrada; por otro lado las plantas se estropean", dijo, agregando que "no podemos aceptar que el escombro permanezca en el lugar hasta que pase el verano; personalmente hubiese preferido que al edificio, en lugar de demolerlo, lo hubiesen puesto en valor".

Nadya Simionato, que desde hace dos años ocupa un departamento externo de la propiedad horizontal construida en la intersección de Gascón y Carlos Pellegrini, manifestó que "estoy contenta porque, además de que el hotel estaba abandonado, al menos por ahora, recuperé la vista al mar, la cual es hermosa; esperemos que cuando construyan hagan algo bueno, que genere mayor movimiento de gente". Gladys Castro, una turista que vive en el mismo edificio, sostuvo que "estoy feliz de que hayan demolido una construcción que se encontraba en un estado de total abandono y en la que, seguramente, había muchos roedores; hace muchos años que venía reclamando que procedieran de la forma en que lo hicieron ahora".-