Juan Miguel Alvarez

Twitter: @jmalvarezmdq

Enviado especial

JUNIN.- Unión consiguió anoche la mayor proeza deportiva de su historia y uno de los logros más importantes de un equipo de fútbol de Mar del Plata. El representativo del humilde club derrotó a un gigante del interior como Talleres de Córdoba y competirá desde la próxima temporada en el Nacional 2015, algo impensado poco tiempo atrás.

El celeste obtuvo un nuevo ascenso -el tercero en seis años y medio- en un contexto de ensueño. Ganó una "final" frente al rival más poderoso de la categoría, con muchos años en Primera División e incluso un título internacional (la Copa Conmebol 1999). 

Unión no se amedrentó ante el marco desfavorable y fue ayer por tercera vez superior a Talleres en la temporada de transición del Federal A. Por eso, se impuso por 1 a 0 en cancha de Sarmiento de Junín, en el desempate del primer puesto de la Zona 5, y obtuvo una plaza en la segunda categoría del fútbol argentino. Increíble. 

El equipo dirigido por Gustavo Noto le dio a Talleres de la misma medicina que en los dos choques anteriores. En la primera mitad fue muy superior por su juego colectivo y aprovechó las ventajas defensivas otorgadas por el rival. En el complemento, aguantó la diferencia con el corazón. De todas maneras, la diferencia pudo haber sido mayor.

El arranque fue muy dinámico. Unión salió decidido a jugar en campo contrario, preciso con la pelota y con un Nicolás Ramírez desequilibrante por la izquierda. A los 3' el delantero llegó hasta el fondo por primera vez pero nadie conectó el pase atrás. Y sobre los 11' probó con potencia desde afuera del área con un potente remate que impactó de lleno en el palo. Talleres salió del asedio y también inquietó en el cuarto de hora inicial. Buscó mucho con envíos largos a sus puntas. Así Victorio Ramis ganó la posición y metió un derechazo desviado y, más tarde, Ezequiel Barrionuevo exigió a Angel Pedroso tras una linda "pirueta" desde afuera del área. Más allá de esas aproximaciones, los defensores del celeste estuvieron seguros por arriba. 

Como en los partidos anteriores, el equipo de Córdoba dejó espacios atrás y, cuando se equivocó, pagó. Así, a los 20' Elías Bazzi rechazó mal de cabeza hacia arriba, Albarracín fue a la disputa y la pelota salió hacia la derecha, por donde ingresó con su largo tranco Joel Amoroso. El ex Ferro avanzó con pelota dominada y definió por el costado ante la salida del arquero. 

Después, Unión hizo lo que más le gusta. Lo esperó replegado en su campo y, cuando recuperó, pasó rápido de defensa a ataque, con Nicolás Castro, Amoroso, Ramírez y Albarracín "enchufados". A los 33' el puntano probó con la cara interna y dos más tarde Mazzina pisó el área y cabeceó muy al centro tras el pique. 

El equipo de Córdoba se desesperó pronto, empezó a perder muy seguido la pelota y se expuso en defensa. Unión tuvo chances para dar otro golpe antes del entretiempo, pero no concretó. En la más clara, Albarracín se apuró en un mano a mano desde una ubicación abierta. 

En el segundo tiempo, el equipo de Gustavo Noto controló aún más las acciones. Ahora, desde la posesión. El celeste estuvo concentrado en la marca, ganó las divididas y los de arriba siguieron intratables. A los 10' Albarracín pasó entre dos por derecha y su definición al primer palo encontró una buena respuesta de Emiliano Costa.

A los 20', debió salir lesionado Amoroso -con el brazo inmovilizado jugó los últimos minutos como delantero- y Noto dispuso el ingreso de Jorge Peirone, pasando Manzoco al mediocampo. 

Unión defendió cada vez más cerca del área por nerviosismo propio y por el empuje del rival. A los 22' Talleres tuvo la primera posibilidad de serio riesgo, con un cabezazo de Julio Mozzo que salió cerca. Sobre los 34' Agustín Díaz encaró en diagonal y descargó bárbaro para Godoy, cuyo potente remate pegó en el palo. Enseguida, hubo un doble cabezazo cordobés en el área rival y Pedroso voló espectacularmente. A los 40' hubo un cruce providencial de Quiles para evitar el empate de Fabio Alvarez. Y, en la réplica, Nahuel Santos combinó con Seltzer y, mano a mano, definió al palo. La expulsión de Bazzi, el peor de la cancha, fue anecdótica. Porque enseguida llegó el pitazo final y la locura de los pocos marplatenses que vivieron una noche inolvidable.

En el fútbol, como en la vida, la historia hay que escribirla día a día, latido a latido. Ayer, un humilde equipo de Mar del Plata narró su página más gloriosa. Casi fantástica. Pero que fue pura realidad.