Milagros Avellaneda y su hijo de dos años desaparecieron el 28 de octubre del año pasado en Tucumán. El desenlace del caso conmocionó a toda la provincia: un guardiacárcel, pareja de la mujer y supuesto padre del nene, fue detenido e imputado por sus homicidios. Pese a eso, los cuerpos de las víctimas nunca aparecieron.

En Tucumán, la Policía rastrilló durante días las zonas donde podrían encontrarse la mamá y su hijo. Nada dio resultados. “Estuvo buscando en google como descomponer cuerpos. No sé si está viva o muerta, pero quiero que él diga qué hizo con mi hija y mi nieto”, reclamó Amalia del Jesús Ojeda, desesperada.

Ese hecho se convirtió en una de las principales hipótesis que siguen los investigadores que tratan de descifrar un misterio que desconcierta a la policía y la justicia bonaerense: la identidad del menor que apareció mutilado cerca de un arroyo ubicado entre Miramar y Mar del Sud. “Es una de las líneas que estamos siguiendo. Ya me comuniqué con la fiscal de Tucumán y ella me envió una fotografía del niño que desapareció junto a su mamá”, contó a LA CAPITAL, la fiscal de caso, Ana Caro. Y, enseguida, agregó: “La edad del menor que desapareció en Tucumán es coincidente con el cuerpo”.

Los investigadores podrán determinar si se trata del nene cuando los especialistas de la Policía Federal terminen de realizar un método de última generación: la reconstrucción de lo que fue en vida el rostro del menor que apareció mutilado.

Para lograrlo, los investigadores usan una técnica usada en un caso que tuvo repercusión mundial: “Bella Bond”. En este hecho, la policía de Boston logró reconstruir la cara de una nena de 3 años que fue encontrada muerta y envuelta en bolsas plásticas. Gracias a esta técnica pudieron determinar su identidad y detener al culpable del crimen.

“Estoy esperando que me notifiquen desde Buenos Aires cuando ya esté realizada la reconstrucción. Ahí podremos avanzar o no en esta pista”, confió la fiscal Caro.